🌹 Capítulo 4 🌹

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Mi pulso se acelera y en mis ojos nuevamente se acumulan las lágrimas

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Mi pulso se acelera y en mis ojos nuevamente se acumulan las lágrimas. Bajé la mirada para que no lo notara.

—¿Cómo pretende hacer eso? ¿Dedicando parte de su vida en hacerme entender que lo que hago está mal? ¿Demostrándome que la vida vale más que los problemas? ¿Acaso ha pensado en que usted es simplemente mi maestro de Inglés? —pregunto casi ofendida.

—No quiero decir todo eso Lucy. Quiero entender por qué lo haces y quiero que te abras con una persona, sentimentalmente por supuesto, quiero que te sientas en confianza con los demás y aprendas a socializar —habla con mucho entusiasmo y yo cada vez me deprimo más.

Todo eso de lo que me dice ya lo he intentado varias veces y el resultado nunca fue bueno. Me he resignado a ser lo que soy y no pienso que una persona ajena a mí quiera cambiarme si ni yo misma puedo hacerlo. Me rehúso.

—No, no lo intentaré y no quiero seguir hablando más con usted profesor Gerard —digo en tono sutilmente frío mientras me levanto de la mesa. Él parece haberse quedado algo pasmado, tal vez le sorprendió mi respuesta.

—Pareciera que no quiere cambiar, parece como si le gustara ser lo que es ahora —dice, suena un poco asombrado y también se levanta conmigo.

—Tal vez sea eso, tal vez sólo me he resignado a ser lo que soy o tal vez no quiera volver a hablar con usted —contesto seca y distante, aunque la verdad ahora estoy bastante deprimida

—¿Por qué? ¿Acaso le hago sentir incómoda? Dejémonos de formalidades, olvídate de que soy tu profesor, ¿Tan mal te caigo? ¿Así de mucho me odias? Lucy mírame por favor —dice dolido y asombrado a la vez.

No quiero mirarlo, sé que nuevamente me echaré a llorar y no estoy segura de que me deje estar nuevamente entre sus brazos.

—Gerard, quiero estar sola en estos momentos, no quiero parecer grosera pero tú lo quieres saber todo, quieres saber cómo me siento, quieres saber lo que pienso. No soy un libro abierto y no es tan fácil serlo con alguien que prácticamente no conoces, y mucho menos si no eres alguien sociable. Por favor —mi voz cada vez se va haciendo más pequeña hasta convertirse en un susurro.

Bueno, espero que con esto le haya dejando un poco más claro teniendo en cuenta de que fui sincera y abierta con lo que sentía, es lo que él quería. Me mira por un momento y luego murmura

—Está bien. Pero ésta no será nuestra última charla —avisa entornando los ojos y frunciendo los labios.

(...)

Trataba de evitarlo, sí, siempre trataba de evitarlo, y ahora aún más después de que comienzo a notar que la gente me mira mal en otro sentido, y ya no sólo los compañeros, sino que también algunos maestros.

Volví a casa y me encontré a papá en la sala con alguien más. Era un tipo de traje diplomático negro al igual que sus zapatos brillantes y su cabello muy corto. Fruncí el ceño y me quedé en la entrada de la puerta mirándolos fijamente, hasta que papá se dio cuenta de mi presencia y me presentó con el señor.

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora