🌹 Capítulo 47: Final 🌹

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—Bueno, entonces le diré al doctor que mañana por la mañana puedes ser dada de alta —anunció a Peter con una gran sonrisa

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—Bueno, entonces le diré al doctor que mañana por la mañana puedes ser dada de alta —anunció a Peter con una gran sonrisa.

—¿Sí crees que estoy completamente bien? —pregunté un tanto preocupada.

—Bueno, es cierto que tu memoria no está al cien por ciento, pero si quieres recuperar todos tus recuerdos será cuando ya estés fuera de este hospital. Las demás partes de tu cerebro parecen estar bien, tus movimientos no son ni retrasados ni anormales, tu facultad para hablar no parece tener ninguna anomalía y tus mente, hablando psicológicamente, parece haber cambiado mucho más de lo que algunas personas aseguran que eras antes.

—¿Con “algunas personas” te refieres a Gerard, cierto? —comenté volteando la mirada.

—Ya hemos hablado muchas veces de él Lucy... ¿Acaso quieres añadir algo más?

Negué con la cabeza rápidamente.

—No quiero hablar de él más —dije un tanto cohibida.

—Estás tratando de evadir lo que sientes por él al evadirlo, Lucy, lo sé —dijo y yo bajé la mirada... Tal vez eso es cierto.

—¿Y qué? De todos modos no somos nada —dije con recelo.

Él suspiró y negó varias veces con la cabeza.

—Tómense un día para ustedes solos nada más, y así podrás aclarar correctamente tus pensamientos.

—Ni siquiera tenemos muchas cosas en común —dije cruzándome de brazos.

—Estoy seguro de que sus sentimientos por ambos sí —aseguró con una ceja arqueada y una pequeña sonrisa en sus labios.

—En serio te gusta ver al mundo arder, ¿no es así? —pregunté y él rió divertido.

—Sólo dale una oportunidad, una verdadera, y abre tus sentimientos a él... No es alguien malo —expresó.

—Mmmm, lo pensaré —sentencié y me levanté de la silla.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó preocupado.

—No, creo que puedo sola —dije y tomé las muletas.

Salí de la habitación y fui directamente a la mía. Abrí la puerta y él apareció delante de mí dándome la espalda... Oh no. Se dio la vuelta y pude ver que entre sus manos sostenía una gran rosa negra... Por Dios, hace mucho que no veía una.

Me acerqué rápidamente a él y él me entregó la rosa.

—Un pajarito me dijo que te gustaban las rosas negras —murmuró sonriente y no pude evitar contagiarme de su sonrisa.

—Mmmm, me parece que ese pajarito trabaja de psicólogo —dije un tanto divertida.

Él soltó una pequeña risa y asintió con la mirada. Tomé la rosa con mis manos y acaricié cada pétalo de la flor sintiéndome hechizada por su belleza. Gerard tomó mis muletas y las hizo a un lado mientras se acercaba a más mí y me tomaba por la cintura pegándome a él, pero sin dañar a la rosa.

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora