🌹 Capítulo 40 🌹

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—¿Entonces me esperarás a la salida del curso? —pregunté a Ray mirándolo con una pequeña sonrisa

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—¿Entonces me esperarás a la salida del curso? —pregunté a Ray mirándolo con una pequeña sonrisa.

—Dalo por hecho.

Asentí y ambos fuimos por diferentes caminos. Entré al salón de natación y vi a Gerard sentado mientras observaba a todos nadar.

—¡Muy bien Jamia! Sólo relaja más los codos y deja que el agua te lleve —dice Gerard mirando a una chica nueva con un bañador morado. 

¿Jamia? ¿Acaso ella es...? No, por supuesto que no es lo que yo pienso.

Me acerco a Gerard y lo llamo, él se sobresalta un poco y frunce el ceño algo enojado... Lo que me faltaba.

—¿Por qué llegas tan tarde? —preguntó molesto.

—Lo siento, Ray y yo no nos dimos cuenta del tiempo cuando hablábamos —dije bajando la mirada.

—¿Ray? Ese tipo hará que explote de furia algún día de éstos, Lucy, y no será nada bueno eso —comentó levantándose y acercándose demasiado a mí.

—Aquí no, ahora no —susurré cuando puso sus manos en mi cintura.

Él asintió frustrado y yo le dediqué una corta sonrisa.

—Iré a ducharme y a cambiarme —avisé y él volvió a asentir.

Y así lo hice, tomé una rápida ducha y me metí en el traje de baño rojo, aunque esta vez decidí no ponerme el short. Había pasado una semana así que las heridas de mis piernas ya no se notaban tanto, aunque en realidad lo que sucede es que la chica del bañador rosado me había hecho sentir mal con el comentario que me había dicho la anterior vez en los vestíbulos. Encima de que sentía como si Gerard no dejara de verla en las clases y eso me hacía sentir el doble de peor... Yo también quiero que Gerard me noté, y aunque sé que ni siquiera le llegaré a los talones a esa chica con su perfecto cuerpo, quiero intentarlo.

Salí de las duchas y pude ver cómo inmediatamente la mirada de Gerard se posaba en mí mientras aparecía una gran “O” en su boca. Me sonrojé y crucé mis brazos sintiéndome más desnuda que nunca. 

—Wow —expresó Gerard sin dejar de mirarme mientras llegaba hasta él.

Miré a las piscinas y noté que la chica del bañador morado se acercaba a nosotros nadando.

—Lindas piernas —comentó llegando a la orilla.

Fruncí el ceño y la observé.

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora