🌹 Capítulo 11 🌹

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—Voy a darme una ducha y vuelvo rápido —comenta y yo asiento

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—Voy a darme una ducha y vuelvo rápido —comenta y yo asiento.

Se aleja caminando y desaparece en mi habitación. Toco mi cabeza y frunzo el ceño. ¿Esto no es todo lo que se supone que evitaba que pasara?, bueno ahora es todo lo contrario.

Decido no pensar más y el sonido de un celular me distrae. Sé que es el de Gerard y me da curiosidad. Mi lado moral me dice que no sea irrespetuosa y no mire su teléfono, pero la otra parte de mí, la que odio y la que siempre gana, me obliga a desbloquear su celular y comprobar que el mensaje es de la señorita White.

—: ¿Cuánto más tardarás? Asegúrate de decirle que surgió un problema y que te tienes que ir. Mis bragas mojadas esperan ; )

Frunzo el ceño y dejo el celular donde estaba antes.

No, no, no, no, no es cierto... ¿Sólo está aquí por compasión y por lástima?, ¿todo eso que hizo en toda la mañana fue para no lastimarme?, ¿irá a quitarle las bragas mojadas a la señorita White? Ese pensamiento me hace casi vomitar y todo en mí se rompe en mil pedazos, no, en millones y millones de pedazos.

«Tú fuiste la que le dijiste que tuviera hijos con la señorita White, tú fuiste la que lo alejaste de ti misma, tú eres la única culpable de que ahora cuando salga de tu casa, va a ir a la de ella para quitarle las bragas y tener el mejor sexo del mundo. Estúpida, todo fue tu culpa, así que no lo hagas responsable a él», pienso para mí misma y al final sé que es cierto, todo eso es malditamente cierto.

Todo es mi culpa, yo lo quiero, yo lo alejo, yo lo hago sufrir y yo lo mantengo a mi lado una y otra vez. Estoy totalmente confundida y destrozada, lo que en la mañana era cariño y protección ahora se ha convertido en culpabilidad, lástima y compasión. Ya no siento nada real con él, yo no quiero sentir nada con él.

5 minutos después sale del baño con otro conjunto. Supongo que fue a su casa cuando estaba dormida y regresó. Revisa su celular y frunce el ceño. Mi pulso se acelera y al final mete su celular en su bolsillo y me mira serio.

—Lucy, tengo que irme. Me avisan que surgió un problema y tengo que irme —dice y casi siento que es la señorita White la que me está hablando.

Asiento mientras aprieto disimuladamente mi mano en el sillón. Se acerca a mí y me da un corto beso en la mejilla. Se aleja y desaparece por la puerta, ahí es cuando me doy cuenta de que este fue el verdadero adiós.

Me recuesto en el sillón y comienzo a golpearlo con fuerza mientras lloro.

—¡No, no, no, no! —grito mientras sollozo.

Mis pensamientos se mezclan con mis sentimientos y me hacen querer volarme la cabeza de un disparo. Ya no quiero llorar, ya no me quiero sentir así, ya no quiero esperar nada de nadie, ya no quiero esto nuevamente, ya estoy en el suelo, ya estoy en lo más profundo del oscuro y grande vacío por el que caí al encontrarme con Gerard, y quiero quedarme justo ahí, donde nadie quiere entrar, ese lugar hueco y aterrador donde ahora estoy, en ese lugar quiero estar para siempre. 

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora