🌹 Capítulo 31 🌹

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Levanté la cabeza confundida y me di cuenta de que era de noche y estaba lloviendo afuera

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Levanté la cabeza confundida y me di cuenta de que era de noche y estaba lloviendo afuera. Miré a mi alrededor y descubrí que me había quedado dormida viendo la televisión... ¿Dónde está Ray? He pensado últimamente que fue muy rápido y repentino el tener un nuevo compañero de piso, aunque creo que me vino bien.

Apago el televisor y todo queda oscuro. Tomo mi celular y miro la hora, 2:34 ㏂ aparece en la pantalla y frunzo el ceño. Me levanto del sofá y comienzo a caminar hasta mi habitación para pretender seguir durmiendo, pero me detengo cuando escucho algunos sollozos desde el cuarto de Ray, ¿qué sucede? Toco su puerta pero no responde. 

Estoy así unos segundos más hasta que decido entrar. Él aparece en un oscuro rincón de la habitación abrazándose a sí mismo y con la cabeza gacha, frunzo el ceño y me acerco un poco.

—¿Ray... Estás bien? —pregunté murmurando. No contestó. 

Llegué a su lado y toqué su hombro, lentamente él levantó la mirada y pude notar sus ojos rojos, en definitiva estaba llorando. Me senté a su lado y él comenzó a sollozar aún más fuerte.

—M-Mi madre... —susurró y yo toqué levemente su hombro.

No tenía mucha idea de qué hacer en estos momentos, pero una cosa estaba clara, ahora yo no importaba, ahora él importaba aquí.

—¿Qué pasó, Ray? —pregunté susurrando y él echó la cabeza hacia atrás con abatimiento.

Mordió sus labios temblorosos y me observó con la mirada perdida.

—Mi madre murió en un accidente de tráfico hace unas horas —dijo sin aliento y yo me sorprendí.

—Dios... —susurré y miré a Ray con tristeza— Lo siento tanto. 

Asintió lentamente y se echó a mis brazos a llorar, no lo aparté pues sabía que ahora más que nunca necesitaba un abrazo de quien fuera. Acaricié sus esponjosos cabellos lentamente mientras sentía sus lágrimas caer en mi hombro y sollozaba totalmente destrozado.

—La abandoné —murmuró con suplicio y culpa—. La dejé sola en casa y me mudé... La dejé.

Arrugué la frente y lo separé de mí.

—Ray, esto no es tu culpa, todo lo que pasó fue un accidente, tú lo dijiste, y tienes que entenderlo —dije tomándolo de las mejillas y hablándole fijamente a los ojos.

Se escucha un trueno y segundos después su cara es iluminada por éste mismo. Su rostro estaba deformado en una cara llena de sufrimiento y tormento... Me ponía mal verlo así.

—Ella era tan buena... ¿Cómo pude haberla dejado sola? —preguntó a sí mismo como si fuera la peor persona del mundo.

—Ray, Ray por favor escúchame, no tienes porqué sentirte así, ella nunca quisiera verte así y estoy casi segura de eso —murmuré obligándolo a mirarme a los ojos.

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora