🌹 Capítulo 29 🌹

176 17 12
                                    

Abrí la puerta y lo dejé entrar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Abrí la puerta y lo dejé entrar.

—Mmmm, ¿quieres tomar algo? No tengo alcohol pero puedo servirte algo de jugo o agua —dije dejando mi mochila en el mueble más cercano.

Él le dio una vista rápida al apartamento y luego volteó a mirarme por unos segundos que parecieron eternidades. Nuevamente fruncí el ceño y él ladeó ligeramente la cabeza con una divertida sonrisa.

—No, estoy bien —dijo y yo asentí.

—Bueno, entonces empecemos...

Unas tres horas después ya teníamos la redacción casi completa escrita a mano y sólo faltaba reunir lo suficiente para la exposición y crear el proyecto en la computadora con bastante más información e imágenes sobre el tema, pero realmente ya no podíamos seguir más. 

Suspiré y dejé caer mi cabeza en sofá, ambos estábamos en el suelo con toda la información y las hojas blancas regadas por toda la mesita de noche que se encontraba en la pequeña sala de mi apartamento. Él también soltó un pequeño bufido y rascó su cabeza un poco cansado.

—Diablos, no nos deberían dejar tanta maldita tarea —comentó y yo reí levemente.

—Es cierto, antes no tenía que hacer tanta tarea—dije y casi al segundo me arrepentí.

—¿Antes? ¿En tu otra escuela? —preguntó y yo asentí bajando la mirada un tanto nerviosa— ¿Y cuál era tu antigua escuela? ¿Por qué te cambiaste? ¿Eres de por aquí o dónde naciste?

Preguntaba persistente y yo cada vez me sentía más incómoda e inquieta. Él pareció notarlo.

—Oh lo siento, no quería ponerte incómoda, en realidad no tienes por qué decírmelo.

Levanté la mirada y noté que él me observaba con una sonrisa resplandeciente y muy amable. Eso se me hizo un poco extraño, nadie me había tratado así antes.

—¿Y vives sola? —preguntó y yo entorné los ojos divertida— Oh es cierto, vuelvo a disculparme.

—Mmmm, sí, vivo sola desde que entré a la escuela —dije y él ladeó la cabeza pensativo.

—Ya veo —murmuró y eso me desconcertó un poco.

—¿Y tú? —pregunté y él pareció confundirse un poco— ¿Vives también solo?

—No me atrevo completamente, no tengo muchos amigos y creo que terminaría totalmente depresivo estando solo en un departamento por mi cuenta —comentó, aún con su gran sonrisa.

Vaya, eso me suena familiar.

—Entiendo... —dije y bajé la mirada.

—¿Entiendes? ¿Te siente muy sola aquí? —preguntó sin disimulada intriga.

Jugué con mis dedos nerviosa y lo volteé a ver nuevamente.

—Bueno, en realidad estoy tranquila ahora —dije suspirando y levantando la mirada con una pequeña sonrisa—. Me encanta este lugar.

Alone... In The Dark (Gerard Way)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora