Su personalidad no tenía límites en la depresión, su mundo se venía abajo con cada día que pasaba... Sólo quedaba esperar a que un día todo eso acabara... O que alguien más llegara a su vida a salvarla.
***
-Sólo quería mantenerte feliz todo lo pos...
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—¿Qué pasó? —preguntó y puso ambas manos sobre mis hombros, mirándome fijamente.
Bajé la mirada y tallé mis ojos mientras negaba con la cabeza.
—Nada.
—No pudo haber pasado nada si regresas totalmente triste y llorando. ¿Qué fue lo que dijo tu padre?
—Nada —repetí volviendo a negar con la cabeza.
—Lucy...
—Gerard, no quiero hablar de eso —dije fría y cortante.
Él asintió con la cabeza y se alejó de mí.
—Tengo que irme, espero no te importe —avisó un poco preocupado.
—Está bien —murmuré y me senté cansada.
Él se despidió y después salió casi corriendo... Me pregunto a dónde irá.
Me recuesto sobre el sillón y suspiro mientras dejo las lágrimas resbalar sobre mis mejillas. Siento que estos días han sido los más pesados que he tenido y cada vez quiero pensar menos, lo cual es irónico porque lo estoy haciendo ahora.
Desde que salí del hospital he querido estar más sola que nunca, realmente nunca pensé que tener compañía me cansaría mucho más que estando sola. Gerard no ha querido despegarse de mí desde que salimos del hospital y aunque lo comprendo, para mí es cansado, quiero decir, sí, él es tan cariñoso, tan amigable pero yo sólo quiero estar sola por un segundo, pensar en las cosas que han pasado, desahogarme un poco llorando sola, aunque creo que eso es lo que él intenta evitar.
Y luego papá, diciéndome que me deje de comportar como una puta porque vió a Gerard en el hospital cuando fue a verme completamente moribunda, prohibiendome volver a tratar de suicidarme y dejándome completamente en claro que lo principal es que me comporte como alguien madura que tiene que sostenerse a sí misma.
Todo eso no me ayuda mucho, ya sé que soy una idiota depresiva y que no sé cuidarme porque simplemente pienso en lo malo de mi vida... ¡Pero qué quiere que haga! ¡Ni siquiera puedo pedir ayuda porque, principalmente, no quiero! Se me ha hecho una total adicción la navaja. ¿Cómo puedo explicarle al mundo que me gusta cuando la cuchilla rasga mi piel? Todos me dirían que tengo problemas, porque es cierto, y me mandarían a que me dejara de estupideces y me metiera a rehabilitación, así de simple... Para ellos... Para papá.
¿Cómo decirle a papá lo que me sucede, cuando ni siquiera sabe cuál es mi color favorito? ¿Cómo explicarle que cuando abrazo a Gerard me siento protegida, cuando él estuvo entre los brazos de una prostituta que fue mi madre y terminó dejándome a mi padre? ¿Cómo explicarle que siento una terrible depresión que me está dejando vacía por dentro? Que no me deja hacer cosas cotidianas como salir una tarde al parque, arreglarme para ir a alguna parte, sonreír al mundo o tener algún sentimiento que no sea tristeza o ansiedad.
