[Sonidos criminales] Part. V

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NARRA ____.
Un nuevo día. Me levanté. Me quedé sentada mirando por la ventana algunos segundos. La lluvia protagonizaba la mañana en la gran ciudad de Buenos Aires.

Miré mi muñeca, donde se encontraba penetrado un tatuaje con una frase que siempre me ayudaba a salir a delante: todo pasa.

Mi corazón dolía. La herida no sanaba. Las personas enamoradizas, creen en los cuentos de hadas. Creen en el amor. Creen en el "para siempre", pero se olvidan que el "siempre", nunca es eterno. Siempre hay un final para todo, aunque... jamás hubiera pensado que sería tan pronto.

Una lágrima se deslizó sobre mis mejillas, al recordar su sonrisa. Cerré los ojos. No podía seguir así.

Me levanté de la cama. Decidí ponerle una "buena cara al mal día".
Fuí hasta la cocina, Giuli y Guido estaban desayunando.

Giuliana- ¿Cómo está la princesa?- dijo mi amiga dándome un beso en la frente mientras me sentaba junto a ellos.

- Triste, y sin un príncipe- le dije a mala gana.

Guido rió.

Guido- Sé que no debería meterme, ni opinar- lo miré con mis enrojecidos e hinchados ojos- Pero, hacé lo que tu corazón te diga. Quizás lo odies con la cabeza, pero a tu corazón no le podes mentir. Él manda a los sentimientos. Escuchalos y respetalos- sonreí. Lo adoraba- Y si ese pelotudo te rompió este corazoncito- señaló mi corazón- lo voy a matar.

Me levanté de la silla y lo abracé. Era un buen amigo.

No quería desayunar, me tiré en el sillón a ver tele. Puse "Q música".
Sonaba "Wake me up when september ends". Subí el volúmen. Me gustaba mucho esa canción. Y era ideal para acompañarme en estos momentos.
Fuí a la terraza. Donde lo ví parado alguna vez. Sentía su presencia aún en el lugar. Su calor.

Suena mi celular. Era él.

No lo tendí.

Llamó un par de veces más. Después de un largo tiempo escuchando la melodía de mi celular, decidí atenderlo.

Patricio- ¡Mi amor!- pude notar que sonreía- ¡Hola!

- ¿Qué querés?- pregunté con frialdad.

Patricio- ¿Cómo "qué querés? Quiero verte. Hablar con vos. ¡Que estemos
bien!- dijo.

- Te acordaste tarde- me frené- ¿Por qué no me lo dijiste antes?- sollozé.

Patricio- Quería decírtelo, pero... ¡No pude! Verte, ¡verte me lo complicó todo!- lloré- Creéme que lo intenté mi amor. Quise contártelo desde un principio, y no encontraba momento. ¡Me sentí un boludo toda la noche! Pensé en vos. ¡Pensé en lo nuestro!- continuó- Esto recién empieza. No quiero que se terminé, yo... te quiero- la milésima de partícula más pequeña de mi corazón, terminó de romperse al escuchar eso.

- Basta, por favor- dije aún llorando- ¡No intentes persuadirme! Se terminó lo de nosotros. No me llames. No me busques. Ya... ya no me importas- dije arrepintiéndome en el momento. Le corté.

Sentía la necesidad de tirarme desde aquel piso 20.

Guido- ¡Ni se te ocurra!- dijo al verme agarrada de la varanda.

Solo es imposible si lo crées. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora