Solo es imposible si lo crées.

Cap. XX [El sol está saliendo]

NARRA ____.
Desperté al rededor de las 10 a.m. Tomé mi celular, vi algunas notificaciones y publicaciones en mis redes. Vi una foto de Guido. Subió a su cuenta de Instagram, una foto con Giuliana, lo cual me extrañó demasiado. Miré la fecha. 26 de Marzo. Sentía que me olvidaba de algo.

Bloqueé mi celular, me volteé. Vi al amor de mi vida, descansando plácidamente a mi lado. Se veía tan tranquilo. En paz. Me quedé observándolo algunos minutos, mientras trataba de recordar qué era lo importante que me estaba olvidando.

¡El cumpleaños de Giuliana!

Me levanté de la cama a velocidad lúz, y me deslicé, casi sin hacer ruido, hasta su habitación. Lentamente abrí la puerta, y la vi. Aún dormía, lo que me dió tiempo a planear una sorpresa.
Dejé una notita en mi mesa de noche, sobre el celular de Patricio.

"Tanta fué la emoción,
que olvidé el cumpleaños
de mi hermana! Ya volvemos,
te amamos❤️"

Me cambié rápidamente, con lo primero que encontré. Y salí del penthouse, para así poder comprar lo que necesitaba.

En la esquina, a media cuadra, había una pastelería. Encargué una torta de chocolate con frambuesa, para la noche. A ella le encantaba.
En un cotillón, compré globos de helio con el número 20, de color plateado, y algunos con forma de corazón. Esos eran azules, su color preferido. En un supermercado, compré todo lo que me faltaba. Y una vez hechas mis compras, volví al pent.
Subí por el ascensor. Las puertas se abrieron y pude ver a Patricio, quien abrió los ojos como dos platos al verme cargar tantas bolsas.

Patricio- ¿Qué haces? ¡No podes hacer fuerza, amor!- dijo retirando las compras de mis manos.

_____- Estoy embarazada, no enferma, bombón- dije y besé la comisura de sus labios.

Me dirigí velozmente a la cocina, donde comencé a preparar el mejor desayuno en la historia de los desayunos.

En una bandeja coloqué una torre de panqueques, con mucha miel y una vela prendida en la cima. Un batido de Starbucks, que compré en el camino. Tostadas. Chocolates, y algunas otras golosinas. Un exprimido de naranja. Enlacé los globos de corazones azules a la bandeja, y me encaminé cuidadosamente hasta su habitación, donde la sorprendí, junto con Pato.

¡Felíz cumpleaños!

Despeinada, con lagañas y ojeras, pero con su sonrisa intacta. Era hermosa. Su cara de felicidad, indicaba que este iba a ser un muy buen día.
Besé su frente, y le dije cuánto es que la amaba. Sopló la vela, sin pedir sus deseos.

_____- No pediste tus tres deseos- dije observándola extrañada.

Giuliana- Los tengo a los tres, no deseo nada más- dijo dulcemente.
Pato y yo la abrazamos, con mucha fuerza. Demostrando una vez más, que podíamos ser los más pesados cuando nos lo proponíamos.

Fui corriendo hasta mi habitación y tomé mi cámara instantánea. Al regresar, nuevamente la abrazamos, y tomé la foto.
La mejor foto de la historia.
Ella salía con una enorme sonrisa, mientras que Pato y yo, besábamos su mejilla, y la abrazábamos con mucha fuerza.
La cámara desprendió la foto. Sonreí al verla.

Ellos eran mi mundo.

NARRA GIULIANA.
Con la noticia del bebé, hasta yo misma olvidé que era mi cumpleaños. Jamás pensé que las vueltas de la vida me iban a traer acá. Iniciando el día de mi cumpleaños, en un penthouse en Buenos Aires. Con mi hermana del alma, que me dio la mejor noticia, y el mejor regalo. Mi mejor amigo, que increíblemente es Patricio Sardelli.