Solo es imposible si lo crées.

Cap. XIII [Cicatríces]

NARRA PATRICIO.
La abrazaba. La besaba. Estaba junto a mí. En mi cama, recostados. Podía sentirla otra vez. Ella me miraba. Yo le juraba que jamás la volvería a dejar sola. Besó mi frente, luego mis labios, y sonrió sobre ellos. Se alejó y me dijo "Te quiero". Se apartó aún más de mí. Se paró de la cama, y... se fué.

Abrí los ojos. Un puto sueño más.

Estaba tan cansado de buscarla, y no encontrarla. De esperarla, y que no llegue. De soñarla, y no tenerla.

El tiempo era mi peór enemigo, los días pasaban y yo no sabía nada de ella. Ni de Giuliana. Me desesperaba.

Anoche creí verla, pero no estaba muy seguro de lo que ví. Quizás mi mente me permitía visualizar lo que mi corazón necesitaba ver.

Miré a mi al rededor. Todo en su lugar. Una habitación tan triste, y sin vida. Todo en aquel lugar era tan feo si no estaba ella, dandole su toque a todo. Como siempre lo hacía.

Su cama era tan fría. Pedía a gritos su regreso. Tanto como yo.

Agarré mi celular.

Tenía una foto de ella de fondo. Sonriendo. Llevaba puesta mi gorra. Y un buzo que le quedaba enorme. No estaba mirándome. En realidad, nunca supe a donde miraba. Simplemente podía ver su enorme sonrisa. Su larga cabellera negra. Sus ojos brillantes, que destinaban el avistaje hacia algún lado. Ella no se dió cuenta de que la estaba fotografiándo. Eso le daba el toque a la foto. Tan espontánea y natural. Transparente y pura. Tal cual lo era mi ___.

Me enamoré perdidamente de esa mujer. Me mostró un mundo diferente. Un mundo felíz. Lleno de música, risas y amor. Un mundo de los dos. Sólo ella y yo. El problema es que ella se fué, y este mundo se rompió con su partida. La extraño y siento que estoy en la nada.

Tenía un mensaje de Guido.

Guido- [Hermano, estamos en el estudio. No te despertamos porq parecías bastante cansado. Hoy recorremos Merlo. Vamos q las encontramos!!! Te esperamos aca]

La positividad de mis hermanos, era mi motor. Lo que realmente me impulsaba a seguir en estos días.

Me levanté de la cama, y me vestí.

El día estaba gris. Triste.

Fuí al baño. Mi reflejo en el espejo mostraba la realidad, estaba debastado. Con ojeras. Muy cansado. Pasábamos horas, y horas buscándolas.
Lavé mi cara.

Salí del pent. Sentí que ya no podía pasar un segundo más en ese lugar. No. No sin ella.

Subí a mi auto, me dirigí a una cafetería. A esa cafetería. Donde tomamos nuestro primer café... juntos.

Entré. Todo estaba igual que la última vez. Sólo que con más gente.

Busqué una mesa con la mirada. La encontré. La mesa que ella había elegido esa vez. Me senté.

Estaba perdido en mis pensamientos. Me estaba volviendo loco.

Una voz femenina me sacó de ellos.

Xxx- ¿Ya eligió que va a ordenar?

Asentí.

Ella esperaba una respuesta.
Me miraba. Sabía quien era. Pero realmente no tenía ganas de presenciar todo el circo que siempre armaban.