Cap. XIV [Esperé tanto]

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NARRA ____.
Al fín en casa. Extrañaba muchísimo este lugar. Amaba estar de vuelta.
Todo estaba tan lindo así, se sentía bien volver a mi vida normal.

Tengo la suerte de poder contar esta historia, y no haberme muerto con ella.

Ese mes que pasé ahí, fue horroroso. No se lo deseo a nadie, ni siquiera, a mi mayor enemigo. Sufrí como nunca.

Jamás pensé salir de ahí. Con vida.
Mucho menos pensé, que mi superhéroe sería Patricio.

Verlo ahí, me hizo recordar la primera vez que lo ví. Esa noche. Ese recital. Siempre lindo. Un poco despeinado. Mirando a la nada. Concentrado en un misterio. No notaba mi presencia. Su gorra, que yo tanto amaba. Su espalda, donde alguna vez encontré páz.

Lo único que pude decirle con certeza en ese momento, era que lo amaba. Fué lo más real, y lo más sincero que pude decirle. Quizás no era el momento, ni el lugar. Pero era nuestro reencuentro. Me olvidé del pasado, y las veces que nos lastimamos entre los dos. Él estaba ahí, por mí. Había ido a salvarme. A mí.

Flashback.
Patricio- Te amo, mi amor- sus ojos conectaban con los míos. Éramos solo el y yo, y eso me encantaba.

Tomó mi mano.

Patricio- Vamos- dijo mirando a todos lados.

Mi corazón latía fuerte. Íbamos a escaparnos.

Su mirada se dirigía a la entrada principal. Pero estaba lleno de los perros guardianes de Loan. Por lo que optamos por un Plan B. Salida de emergencia. Todo estaba bien. Todo estaba demasiado bien.

Salimos del edificio. Nos dirigíamos a su auto. Pero una voz nos congeló.

Xxx- ¿A dónde vas preciosa?

Pude sentir la sangre de Patricio hirviendo al escuchar eso. Me di vuelta.
Era él. Maldito Loan.

Patricio soltó mi mano y se acercó a él.

Patricio- ¡Hijo de puta!- una piña estalló en la mejilla de Loan- ¡Te voy a matar!- golpes iban y venían.

Yo estaba horrorizada. Quería ayudar. Quería hacerle pagar todo lo malo al desgraciado que había abusado de mi, pero no sabía como.

Patricio lo estaba destrozando.

-¡P.. Pato! ¡Pará, lo estás matando!- dije al ver que el cuerpo de Loan no reaccionaba.

Sabía que él me había hecho sufrir durante un mes. Pero la idea de ver a Patricio matar a una persona, me horrorizaba. No estaba lista para presenciar algo así.

Hizo oídos sordos a mis palabras. Misma escena. Ya vivimos esto. Este contexto. Mismas personas. Todo igual. No otra vez, ¡por favor!

Él seguía pegándole.

Me abalancé sobre él.

-Mi amor, ¡basta! ¡Por favor!- le dije llorando en su espalda- ¡Por favor!

El se alejó de Loan. Me miró a los ojos. No eran los ojos que me volvían loca.
Esos hermosos ojos cafés, se habían tornado en un negro oscuro, llenos de bronca. Con algunas lágrimas amenazando salir.

Ésta vez. Lo abracé. Odiaba verlo así.

Loan suspiró y se levantó del suelo. Todo roto. Quería seguir la pelea.
Me acerqué a él, y le di vuelta la cara de una abofetada.

- Todo vuelve, hijo de puta- dije cerca de su oído- Y esto no queda acá. Vos vas a pagar por todo lo que me hiciste, te lo juro como que me llamo ___ ______.

Loan- No... no queda acá- dijo.

¿A qué se refería con eso?

Sin más rodeos. Pato me tomó por la cintura y me llevó a su auto.

Nos subimos. El silencio me estaba molestado. Prendí la radio.

"Cuando no estás,
solo espero verte llegar por esa puerta.
Lo que ocurre cuando vuelvo,
es que te quiero más"

Cantaba con todas mis fuerzas. Él me miraba extrañado. Pero luego se me unió.

Patricio- Estaba esperando que vuelvas- le cambió la letra a la canción (¡qué raro!). Yo lo miré y sonreí como una boba.

No podía creér lo estúpida que me ponía, por amor.

Bajé el vidrio.

Me senté en el marco de la ventana.

Patricio- ¡Guarda Tarzán! Te podés lastimar- dijo sosteniéndome.

- ¡Tranquilo fierita! Sé lo que hago- dije usando su típica palabra, en forma de burla.

Patricio- ¿Segura?- dijo desafiante.

- ¡Te amo Patricio Máximo Sardelli!- grité.

Sentí que todo el mundo debía saber que mi corazón ahora tenía dueño. Amaba a este hombre. Y nada, nada, volvería a separarnos. Nunca.
El destino, o quizás la suerte lo había puesto en mi camino. Se nos presentaron obstáculos muy difíciles de superar, pero lo quería en mi vida. Y nadie iba a poder contra eso.
Porque cuando hay amor, no hay gilada. Mi corazón latía muy fuerte por él. Sin dudas, era para mí.

 Sin dudas, era para mí

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Fin del flashback.

Solo es imposible si lo crées. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora