Solo es imposible si lo crées.

[Cicatríces] Part. III

NARRA ____.
Mi pelo largo había sido recogido en un rodete bajo. Tenía puesto un vestido con espalda descubierta. Me gustaba mucho. Estaba levemente maquillada, con brillo sobre mis labios y mucho rimel.

Mi cuerpo había sido maquillado, para camuflar los moretones. Me habían perfumado, y había podido bañarme.

Todo estaba extrañamente tranquilo.

Aunque, nadie me decía a dónde me llevaban.

Loan manejaba, yo estaba sentada junto a él.

- ¿A...a dónde vamos?- pregunté con miedo.

Él me miró.

Loan- ¿Te importa mucho?- preguntó arquendo una ceja.

- La verdad... si- dije sin preámbulos.

Loan- No es cosa tuya- se limitó a responder- Estás muy linda.

Sólo asentí mientras miraba por la ventana.

Loan- ¡Mirame a mí!- gritó, lográndo que me asuste. Estacionó la camioneta repentinamente, se desabrochó el cinturón de seguridad, y se inclinó sobre mí- ¡Mirame! ¡Mirame a mí, la puta madre!- dijo agarrando mi cara con ambas manos- ¿Por qué no tenés ojos para mí? ¿Por qué te enamoraste de un pelotudo que te lastima?- dijo sensible, pero aún gritando.

Irónico, ¿no lo creen?

Desabrochó mi cinturón con una mano, la otra se deslizaba desde la punta de mis pies, hasta el comienzo de mis múslos.

Loan- ¿Por qué no podés ser mía?- dijo casi en un susurro.

Yo sólo lo miraba. Ya no tenía miedo. Estaba acostumbrada a este juego, tanto, que ya sabía su jugada.
Sabía lo que se aproximaba.

Se sentó atrás, y tiró bruzcamente mi brazo. Atrayéndome hacia él.

Caí sobre su pecho.

Nos miramos algunos segundos.
Él, me miraba con locura y deseo.
Yo, con desprecio y asco.

Se liberó de mi vestido lentamente, quedando sólo con la fina prenda que cubría mi feminidad.
Comenzó a desparramar algunos besos en mi pecho, y en mi cuello. Besó mis labios, yo no respondí.

Loan- Besame, dale- dijo insistiéndo.

No podía. Mi cuerpo no reaccionaba ante su imponente beso. No sentía que debía pasar.

Loan- ¡Besame ____! ¡La puta madre!- gritaba sobre mis lábios.

Negué con mi cabeza lentamente.

Loan- Ah, ¿no lo vas a hacer?- preguntó alejándose de mí. Sacó su cinturón. Me giró y comenzó a golpearme con el.

Mi débil cuerpo ya no era capáz de captar los sentimientos. No reaccionaba en absoluto. Pero sí sentía el ardor en mis nalgas, y parte de mi espalda.

Me dió vuelta.

Sacó mi única prenda, y entró en mí. Como nunca antes. Con total brutalidad, demasiado fuerte.
Yo gritaba.

- Loan... me duele- dije entre lágrimas. Él no respondía- ¡Pará, por favor!- seguía sin responderme. Ni siquiera me miraba.

Sentía como me desvanecía por dentro. Temblaba ante él. Me dolía muchísimo.

Acabó en mi, y se recostó sobre mi pecho.

Loan- Quereme, por favor- dijo triste.

Levantó la vista hacia mi cara. Yo aún lloraba. Se acercó a mis labios y depositó un beso forzado, como los de siempre.

Se alejó de mi, y se vistió. Imité su acción, y me senté adelante, nuevamente.

Encendió el vehículo, y continuamos nuestro viaje. En el camino me obligaba a bajar la mirada, no me dejaba mirar hacia afuera.

Lo único que deseaba era volver a ver a mi amiga, verificar que esté bien. Y en lo posible, hablar con ella.

Llegamos a un edificio bastante alto.

Loan- Vas a hacer todo lo que yo te diga, tal cuál te lo ordene. No intentes escapar, porque no vas a poder. No hables con nadie, a menos que yo te lo pida. No te portes mal, ¿dale?- dijo ladeando su cabeza- Sonreí. Te amo.

Asentí nuevamente. Y sonreí falsamente, con mis ojos aguados.

Se bajó. Se acercó a mi puerta, y la abrió. Me bajé y tomó mi mano.
Él quería parecer lo más caballero posible. En mi opinión, cada vez era más pelotudo.

NARRA JOSÉ.
Todo estaba listo. El plan de los chicos marchaba a la perfección.
No me gustaba la idea de meterme en problemas, pero ellos siempre me dieron una mano cuando la necesité. Y además de amigos, eran familia. Quería ayudarlos a recuperar a las chicas.

Dictaron las 00hs. Ya había bastante gente en el lugar. Un poco de techno sonaba en la fiesta. Los tres hermanos estaban dispersos entre la gente.

Se abrieron las puertas de el ascensor y varios hombres con al rededor de 7, o tal vez, 8 mujeres se adentraron.

Me acerqué hasta ellos.

- ¿Que tal?- dije en forma de saludo.

Loan- ¿José?- asentí- Soy Loan, mucho gusto- estiró su mano, que posteriormente estreché- ¡Lindo lugar!- dijo mirando a su al rededor.

- Gracias- dije sonriéndole. La sonrisa más falsa y forzada de toda mi vida.

Loan- Bueno, mis chicas son tuyas. Mi seguridad va a estar deambulando por el lugar..- continuó- Ya que hay algunas, bastante subversivas- dijo casi en un susurro, pero que igualmente pude oír. Se hizo a un lado, dejándome ver a la chicas que se encontraban tras él- Te las presento; ella es Oriana, ella es Lucía, ella es Alexa, Ángie, ella es Sofía, ella es Natasha, ella es Giuliana, y ella es ___.

Le guiñó el ojo a la última.

No podía creér lo que mis ojos veían. ¡Eran ellas! Y por lo que ví, ellas estaban igualmente impresionadas de verme. Se notaba en sus ojos que gritaban pidiendo ayuda.

Loan- ¿Qué te parece?- dijo evadiéndo mis pensamientos.

- Justo lo que necesitaba- me limité a decir. Aún estupefácto.

Loan- ¡Perfecto! Te las dejo. ¡Cuidalas, que valen oro!- dijo un tanto irónico. Se estaba por retirar, pero antes le plantó un beso desesperado a ___.

No entendía nada. Pero estaba felíz de que fueran ellas.

NARRA GIULIANA.
¡Era José! Al fin el sol empezaba a brillar para nosotras. Estaba contenta de ver a mi amiga. Estaba radiante. Deseaba con todo mi corazón que los chicos estén acá.

Mi corazón gritaba "salvenmé" con todas sus fuerzas.

Nos indicaron que esa noche, serviríamos de mozas.
Nos llevaron hasta la cocina, y ahí nos dieron un bandeja con tragos sobre ella, a cada una. Los cuales debíamos repartir a los invitados.

Salí de la cocina, y me escabullí entre la gente. Repartía tragos, pero la misión implícita era encontrar a los chicos.

¿Dónde estában?