Solo es imposible si lo crées.

Cap. XXVII [Todo pasa]

NARRA GIULIANA.
Giuliana- Guido... ¡Es enorme!- dije mientras me bajaba del auto.

Nos recibían columnas altas de color beige, que sostenían un portón de madera, iluminado por pequeños focos led. Muy lujoso.
Tomé las llaves de mi bolsillo, y de la mano de Guido, nos adentramos a la propiedad. Había césped, mucho césped. Bien cuidado y fresco, parecía recién regado. Caminamos por un camino de tablas de madera barnizada, hasta llegar a una puerta negra. Coloqué la llave nuevamente, y entramos.
El piso de madera transmitía calidez. Era madera oscura, como la del portón y las del caminito. Los colores en las paredes variaban entre blancos, grises y beiges. Cuadros abstractos decoraban el lugar. Un juego de living negro complementaba con el ambiente. Una alfombra blanca bajo el mismo, cerraba la imagen.
Un televisor led. Lámparas arañas caían del techo.
Hacia la izquierda, un gran ventanal. Hacia la derecha, una cocina que estaba conectada al living y al comedor. Tenía alacenas de madera oscura, también, y una isla de mármol beige en el centro de la sala. Electrodomésticos ya instalados, de alta gama.
En el comedor, una mesa larga de vidrio, con muchas sillas. Una frutera de madera adornaba el centro. Cuadros y pinturas acromáticas adornaban la casa.

Guido- Increíble- dijo mientras deslizaba la mano sobre la mesa de aproximadamente doce sillas, y observaba el resto del lugar.

En el living, había una escalera que nos conducía hacia el primer piso. Subimos a través de ella, hasta llegar a una sala amplia con muchos puffs de colores, una pantalla led y algunos parlantes. Parecía una zona de juegos. Habían muchas puertas, la primera daba a una habitación con mucha luz. Una ventana gigante desde la pared, hasta el piso, como el ventanal del living. Estaba vacía. Solo tenía un guardarropa. La segunda puerta, daba a lo mismo. Otra habitación vacía, también con luz en abundancia, y un guardarropa. La tercer puerta, daba a la habitación principal. Una cama matrimonial era lo que más destacaba en la habitación. Dos mesas de noche, con lámparas sobre ella. Una alfombra gigante de piel de oso artificial, de color blanca. Un diván blanco bajo el ventanal, y una puerta que daba a un cambiador. ¡Era realmente hermosa! La última puerta de la "sala de juegos" daba a un baño gigante. Dos bachas. Una tina gigante con hidromasaje y un espejo gigante que decoraba la pared principal. Era de ensueño.

Guido- Parece de muñecas- dijo abrazándome por la espalda mientras veíamos nuestro reflejo en el gran espejo- Es perfecta, como vos.

Me di vuelta y tomé su rostro con ambas manos, mientras depositaba un suave beso en sus labios. El tomó mi cintura atrayéndome hacia el, uniendo nuestros cuerpos.

Giuliana- ¿Te imaginas viviendo acá?- él asintió- ¿Conmigo?- el asintió- ¿Con tu poco espacio para ropa porque ocupo todo con mi ropa? ¿Con mi maquillaje por todos lados? ¿Con mis zapatos tirados por ahí? O, ¿mis largas largas horas en el baño arreglándome, mientras vos te retorces en la puerta esperando para entrar?- el nuevamente asintió, para inmediatamente negar con la cabeza, mientras ambos reíamos.

Guido- Yo también tengo mis cosas...- dijo, dirigiéndose a la escalera.

Salí del baño, en dirección a la habitación principal. Me senté en la cama, y observaba todo. Cada detalle, cada objeto. Sólo ____ podía encargarse de crear una casa tan perfecta como esta.

Giuliana- Gracias, hermana- dije mientras cerraba los ojos, y una lágrima caía de uno de ellos.

Flashback.
_____- A una casa linda, no le puede faltar un buen baño- dijo mientras dibujaba un castillo.

Giuliana- A mí me gustan las bañeras blancas, esas que entras acostado- dije mientras jugaba con los crayones en una hoja.