Capitulo 49

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Subimos a la camioneta y nos acomodamos igual que antes.
Estaba muy cansada, y a pesar de que me divertí me hubiera gustado convivir más con todos, bueno en realidad con todos no, solo con Joe, su hija y mi tía, pero seguro que ya habrá tiempo para eso.

Nadie hablaba, solo se podía escuchar una canción en la radio y el sonido de los autos.
Miré hacia afuera y el clima era igual que aquel día cuando Joe y yo robamos algunas cosas del supermercado y sonreí nerviosa al recordarlo.
Dejé de mirar por la ventana y al voltear vi que Marion había apoyado su cabeza sobre el hombro de mi primo.
Inmediatamente me invadieron los celos, Joe es mío, lo es desde el primer momento en que lo vi.
Sus ojos azules que al mirarme por primera vez me hicieron sentir mil mariposas dentro de mí me pertenecen a mí.
Cada palabra bonita que sale de su boca me pertenece a mí.
Y aunque lo niegue, aunque no estemos juntos, aunque él esté con alguien más... Él me pertenece a mí.
Y así será siempre.

Llegamos a casa y bajamos del auto.
Subí a mi recámara, me quité los zapatos y me recosté en la cama. Estaba cansada e intentaba dormir, pero no podía, Joe estaba dando vueltas en mi cabeza y no me permitía dormir.
Hace mucho que esto no me sucedía, hace tanto tiempo que no me sentía tan atraída por él.
Después de intentarlo varias veces por fin logré despejar mi mente y pude dormir.


En la universidad, me encontré varias veces con Conan pero no hablamos.
Como ya habíamos quedado, Theo y yo nos encontramos cerca de la puerta principal para de ahí irnos a comprar las cosas.
Salimos de clases y tomamos un taxi que nos llevó al centro de la ciudad.

Compré algunos desechables y globos para decorar.

-Que debería regalarle?.- le pregunté a Theo mientras caminábamos.

-No lo sé, no crees que es suficiente con la fiesta?.

-No, no es suficiente, será una fiesta pequeña. Además él se merece más que eso.

-Bueno entonces, podrías regalarle chocolates.

-Que regalo tan cliché.- le comenté. -Ya sé! Ven.- le dije y lo tomé del brazo.

Le compré una botella de vino, del mismísimo vino que habíamos bebido unos días atrás en su departamento.
Pensé que sería algo significativo para él y yo estaba feliz por eso.

Para regresar a casa tomamos un taxi, me dejó en mi casa y le di algo de dinero a Theo antes de bajar y él siguió su camino.

Bajé del auto esperando que Joe no estuviera en la casa y que no se arruinara la sorpresa.
Subí con las cosas a mi habitación, guardé todo en el armario y después bajé a la cocina.
Al parecer no había nadie en casa, así que me senté un momento a ver televisión.

Minutos después llegaron mi tía, Marion y Joe.
Ellos entraron directo a la cocina y como no había nada bueno en la televisión me dispuse a acompañarlos.
Fui a la cocina y me senté, al parecer mis primos y mi tía habían estado tan ocupados que no se les había dado el tiempo para comer.
Estaban comiendo y yo revisaba mi celular, se escuchó el timbre y amablemente les dije que no se preocuparan, me levanté de mi asiento y fui a atender la puerta.

-Conan, qué haces aquí?.- pregunté cuando vi al chico rubio y de ojos azules a través de la puerta.

-Vine a traerte algo.- respondió con una sonrisa nerviosa.

-Que cosa?.- le pregunté confundida.

-Una invitación a comer pizza, puede ser hoy, mañana, en una semana, cuando tú quieras pero por favor dame la oportunidad de salir contigo.

Me quedé ahí, sin decir nada, pensando en que podía decir, jamás hubiese esperado que él hiciera algo así, él estaba expectante.

-Está bien, te parece si en la semana te aviso?.- finalmente articulé.

-Si, perfecto. Te lo agradezco.

-No hay de que, quieres pasar?

-Si.- dijo titubeante. - Gracias.

Lo invité a pasar y lo lleve a la cocina, lo presenté a mi familia, comimos algo, estuvimos platicando un rato. Me dijo que tiene una hermana mayor y una menor, que los tres viven con sus padres y su abuela paterna.
Mientras lo escuchaba me imaginaba la maravillosa vida que debe tener, y lo afortunadas que son sus ex-novias.
Claro, no es la mejor persona que he conocido pero tampoco es que me haya hecho algo tan malo como para no aceptar sus disculpas después de haberme hecho del rogar.
Se había esforzado y eso lo aprecio, aprecio que se haya tomado un minuto de su tiempo para ir hasta mi casa e invitarme a salir. Cualquier otro habría simplemente mandado un mensaje.

También me dijo que le preguntó a Theo mi dirección y sobre mis gustos, mi amigo le dijo que me encanta la pizza y eso es verdad, me encanta la pizza aún más que un día sin clases.
Después de hablar un rato, me dijo que debía irse, se despidió de todos y lo acompañé a la puerta, me dio un tierno beso en la mejilla, el cual hizo que me ruborizara al instante, él lo notó y me dijo que me veía tan linda y eso empeoró mi situación haciendo que me pusiera tan roja como un tomate.

Cuando Conan se fue, subí a mi habitación, debía ducharme, había sido un largo día y estaba cansada.
Mientras buscaba mi ropa para dormir, alguien tocó la puerta de mi recámara.

-Pasa.- dije sin saber quien era.

Joe entró, cerró la puerta se recostó en mi cama, apoyó su cabeza sobre sus brazos y me miró.

-Ahora haces esto?.- me preguntó.

-A que te refieres?.- no sabía de que estaba hablando.

-Ahora juegas con todos los hombres, hace una semana estabas teniendo relaciones conmigo y ¿ahora traes a un tipo a casa?.

-Solo es un amigo Joe.- dije intentando calmarlo.

-Si claro, sabes qué?.- se levantó de golpe.- Ya no quiero saber nada de ti.

Antes de que pudiera decir algo Joe ya había salido de mi habitación, comencé a preocuparme y pensé en ir a buscarlo para hablar con él pero preferí dejar que las cosas se tranquilizaran, lo más probable es que mañana con la fiesta se le olvide todo lo que sucedió.

Actos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora