Capitulo 61

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Habían pasado varios minutos después de mi atrevimiento.
Ni siquiera me era posible mirar a Conan a los ojos.
Él se había retirado de mi lado hace unos minutos, no logré pedirle disculpas, lo intenté pero las palabras no salían de mi boca.
Ahora él estando al otro lado de la habitación hablando con uno de los chicos y tratando de olvidar lo que hice, ya nada me detendría.
Por un segundo pensé que lo que estaba a punto de hacer era una tontería, una barbaridad como diría mi madre.
Pero aún así lo hice.

Me levanté de la silla sin detenerme a pensar en las consecuencias.
Caminé lo más rápido que pude, tomándome de las parades y de lo que hubiera cerca para no caerme.
Cuando al fin logré llegar a la habitación de Joe, intenté abrir la puerta pero esta tenía la cerradura resguardada con llave.
Mi mente comenzó a imaginar cosas alocadas.
Joe y Natasha solos en la habitación ¡Y la puerta cerrada!
Jamás me había considerado como una persona posesiva, pero imaginarme a Joe besando otros labios me hizo perder el juicio.
Además había bebido demasiado, ya no era yo quien actuaba. Y eso es lo que peor de todo, que el alcohol y los celos se habían apoderado de mí.
Golpee la puerta un par de veces y nadie respondió , intenté otra vez y seguía sin obtener respuesta.
Comencé a golpear sin parar y llamé a Joe, mis gritos se podían escuchar a cien metros de distancia pero no me importo y seguí haciéndolo.

–¡Joe sé que estás ahí, maldito mentiroso abre la puerta antes de que enfurezca más de lo que ya estoy, y ni que decir de ti Natasha, eres una cualquiera!

Mi tía llegó al lugar donde me encontraba y trató de calmarme pero no lo consiguió.
Golpeo la puerta con todas mis fuerzas inesperadamente la puerta del baño que está frente a la habitación se abre.

El rostro desconcertado de Joe lo dice todo.
Segundos después Natasha abrió la puerta de la habitación.
Ni con todo el alcohol que había bebido pude evitar sentirme avergonzada.
Me sentí como una estupida niña inmadura, y posiblemente si lo era.

–Yo....– intenté disculparme pero en cuanto abrí la boca Joe se alejó de ahí.

Miré a Natasha y parecía estar molesta, obviamente no tanto como Joe, pero si lo estaba.

–Lo lamento tanto, no sé en que estaba pensando.– le dije a la pobre chica, indignada regresó a la habitación.

Sabía que debía enfrentar las consecuencias, mi tía estaba detrás de mí esperando una explicación, seguro ella estaba tan apenada como yo por mis actos.

Di media vuelta y me encontré con su inexpresiva mirada.

–Cometí un error y lo lamento, tía no sabes qué tan avergonzada estoy por lo que hice.– intenté continuar con mis disculpas pero me interrumpió.

–¿Avergonzada? Marisa yo me siento decepcionada.

Sentí como si mil agujas me perforaran, decepcionar a alguien que quieres es el peor de los sentimientos.

Preferí dejar las cosas así y hablar con ellos después.
Fui a la habitación, busqué algo de ropa en mi habitación y entré a la ducha.
Me sentía tan culpable por lo que había hecho y pensé que un rato a solas conmigo y mis pensamientos podrían ayudarme a sentirme mejor, pero me equivoqué, seguía sintiéndome como la peor de las villanas.
Había tratado tan mal a Natasha y ella en realidad no me había tratado de mal modo, ella no merecía tal cosa.
Después de unos minutos salí del baño envuelta en una toalla y luego me vestí con algo cómodo y abrigado ya que comenzaba a hacer un poco de frío.

Me senté sobre la cama pensando que hacer para arreglar mi equivocación.
Mientras me encontraba perdida en mis pensamientos buscando una solución, escuché a Natasha decir "Ya nos vamos, nos vemos más tarde".
En cuanto la escuché decir eso, recordé que por la mañana me había invitado a salir y caminar un rato.
Rápidamente me puse mis zapatos deportivos y salí de la habitación casi corriendo.
Era consciente de que Natasha ni Joe querían verme, pero no me importó y aún así los alcancé cuando ya habían salido de la casa.
Debía hablar con Joe y no podía pasar de esta noche, no podía permitir que se fuera a dormir molesto conmigo, y como no sabía a qué hora regresarían así que debía hacerlo durante la caminata.
Cuando salí de la casa vi a Joe, a Natasha y a sus primos.

–Hey, la invitación sigue en pie?.– pregunté un poco tímida.

Mi primo y su amiga solo me miraron, luego apartaron la vista de mí y siguieron caminando.

–Puedes venir.– dijo el chico llamado Sam.
Le sonreí y caminé hasta llegar a su lado.

Natasha, sus primos y Joe iban unos cuantos metros delante de nosotros dos.
Después de unos minutos caminando nos adentramos al bosque.
Natasha y Joe iban platicando y riendo, y yo no sabía de qué podría hablar con Sam.
Aún que estaba agradecida con él por ser tan amable.
En ese momento recordé a Conan y percate que él no estaba ahí, lo cual me pareció raro pero seguramente se había quedado en la casa.

–Supongo que no quieres hablar sobre lo que sucedió hace unas horas.– Comentó Sam sorpresivamente.

–No, en realidad no es algo de lo que quisiera hablar.– le dije.

–Está bien, comprendo.

Seguimos caminando y cuando ya estábamos lo suficientemente lejos de la casa me acerqué a Joe y traté de detenerlo.

–Joe quiero hablar contigo.– le dije.

–Yo no quiero.– dijo sin siquiera verme a la cara.

–Pues no me importa, debemos hablar.– dije con determinación. Tomé su brazo y lo lleve hacia afuera del grupo de personas que lo acompañaban.

–Necesito que me disculpes Joe, no estaba en mis cinco sentidos, tú más que nadie sabe que el alcohol me convierte en algo que no soy usualmente.– dije tratando de hacer que entrara en razón y me perdonara.

–Son excusas Marisa. No puedes decir que fue culpa del alcohol, hace días que no te interesa como me siento y no creo que ahora lo hagas.– respondió en un tono molesto, la oscuridad de la noche no me permitía ver sus facciones.

–¿De que hablas?.– pregunté confundida.

–¿En verdad no te das cuenta? Marisa te necesito, no puedo pasar ni un solo día sin pensar en ti, sin necesitar tus besos. Y tú lo único qué haces es mostrarme que eres feliz sin mí, y no me importa nada más que tu felicidad así que no te he dicho lo mucho que me molesta que estés con otro...

–Creí que te estabas enamorando de Natasha.– dije interrumpiéndolo.

–No, tal vez la estoy usando para olvidarte olvidarte, pero no eres fácil de olvidar.– dijo riendo.

Tomó mis manos, se acercó lentamente a mí, fue tan lento que tuve que soltarlo, tomar su rostro con mis manos y llevar sus labios a los míos volviendo a probarlos sintiendo que había pasado mucho tiempo desde la última vez, aun que no pasado ni un solo día.
Mientras nos besábamos, sus manos recorrían mi espalda y las mías acariciaban su cabello.
Había conexión, electricidad que nos recorría a los dos.

Inesperadamente se alejó de mí.

–Deberíamos regresar a casa y... ya sabes, tener sexo.

Reí ante su propuesta.

–Si, me parece buena idea.– dije al terminar de reír.
Esta vez si quería hacerlo.

–Bien.– dijo y camino unos pasos y después se detuvo en seco.– ¿Donde está tu mapa?.–Preguntó.

–¿Cuál mapa?.– Pregunté, no sabía de qué hablaba.

–Natasha les dio un mapa a todos, excepto a mí por qué dijo que no nos separaríamos.– dijo un poco preocupado.

–No me dio un mapa, no traje nada.– respondí.



Hola! Espero que les guste muchísimo el capítulo.
Les recomiendo comentar mucho por qué luego olvido que debo actualizar 😅 perdón por tardar tanto.

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