Actos prohibidos

Capitulo 42

-Y cuando bajé del autobús mi pantalón estaba mojado, el asiento estaba lleno de agua y ni siquiera me di cuenta.- platicaba Sam divertida y nos hizo reír a su amigo y a mí.

Los dos son muy agradables, cada cosa que dice Sam me hace reír.

-Oigan y ustedes son novios.- les pregunté.

-No, claro que no!.- dijo Samantha sorprendida por mi pregunta.

-Nos conocimos está mañana.- comentó Theo riendo.

-Además soy lesbiana.- dijo Sam repentinamente, dejándonos con asombro.

-Oh mmm eso es genial.- dije después de unos segundos.

-Vaya, jamás lo hubiera imaginado.- dijo Theo.

-Si bueno, no es algo extraño.- comentó Sam un poco agresiva.

-No, no lo es, es solo que no nos lo esperábamos, fue algo imprevisto.-le dije tratando de calmarla.

-Si bueno tal vez debí ser más sutil.- respondió ella cortésmente.

Después de la hora del almuerzo tuvimos otras clases hasta que se llegó la hora de salir. Mientras todos abandonaban el salón yo permanecí sentada, le mande un mensaje a mi tía diciéndole que saldría más tarde, ella en cuestión de segundos respondió diciendo que le mandara otro mensaje cuando estuviera lista para regresar a casa.

-Hey Marisa, nos vemos mañana.- dijo Sam desde la puerta.

-Nos vemos.- le respondí.

Tomé mis cosas y salí del salón de clases, no tenía idea de dónde estaba la biblioteca así que me acerqué a un chico y le pregunté.
Él dijo que estaba al final del pasillo, saliendo por la puerta principal a la derecha, frente a las canchas.
Me dirigí a la biblioteca, entré y me acerqué a la señorita que estaba en el escritorio frente a la puerta.

-Hola, el profesor Benjamín dijo que viniera después de clases.

La señorita de cabello oscuro en ningún momento volteó a verme mientras yo hablaba.

-Así que eres la que ocasionó problemas el día de hoy.- dijo mirándome como si me juzgara.

-No hice nada malo, yo únicamente...- no me dejó hablar más.

-En aquella mesa.-dijo señalando al fondo.- Están todos los libros que aún no están clasificados, debes acomodarlos en orden.- finalizó y volvió a lo suyo.

Sin decir algo más fui a donde estaba la mesa que me indicó.
Libros de ciencia, política, historia, novelas, aventuras, todo eso debía ordenar en los estantes.

Comencé por juntar los de ciencia, minutos después ya llevaba algunos 20 apilados y luego los lleve a su lugar.
Enseguida comencé a juntar los de historia.
Mientras lo hacía alguien se puso a mi lado, lo cual me asusto un poco.

-Hola.- dijo aquel extraño.
Era un chico rubio de ojos tan azules que te pierdes en ellos y labios exquisitos.

-Hola.- respondí tan perdida en sus ojos que al darme cuenta me sentí como una tonta.