Capitulo 45

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"Mierda, por qué él?" pensé.
Hace unos meses estaría feliz de que fuera él pero ahora no.
Ahora que estoy conociendo a más personas y que estoy a punto de olvidar a Joe no me alegra que sea precisamente mi primo.

Me peiné un poco y traté de acomodar mi vestido ya que se veía arrugado.
Tomé mis cosas,  salí del baño y caminé hasta la cocina donde estaba Conan.

-Llegaron por mí, ya me voy.

-Está bien, que descanses.- me dijo y después besó mis labios lentamente.

Salí de la casa y justamente enfrente estaba Joe esperándome en el auto.

Caminé hacia él y subí.

-Tardaste demasiado.- dijo en cuanto cerré la puerta y él arrancó.

-Lo siento, tenía que despedirme de mis amigos.

-Te divertiste?

-Si, estuvo muy divertido.- dije mientras recordaba el beso que me dio Conan cuando bailábamos.

Llegamos a casa y estaba tan cansada que fui directo a mi habitación.
Me puse la ropa de dormir, me limpie la cara y di un salto a la cama, después de unos minutos ya me había quedado dormida.

El fastidioso sonido de la alarma no paraba de sonar, abrí un ojo y miré el reloj que está sobre el buró.
"Mierda, ya es tarde" me dije a mi misma y me levanté enseguida.
Eran las 7:25 y tenía que estar en la escuela poco antes de las 8:00, la alarma llevaba sonando 25 minutos.
Claramente había sido mala idea salir de fiesta el día anterior.
Busqué rápidamente una toalla y ropa, tomé lo primero que encontré, jeans, blusa y suéter gris y tenis blancos.
Me dirigí al baño y me duché, al terminar me vestí lo más rápido que pude, cepillé mi cabello y bajé a la cocina.
Mi tía estaba preparando la mesa.

-Buenos días, hice licuado de nuez y huevo frito, siéntate.- me dijo que cuanto me vio entrar.

-Buenos días tía, gracias.- le dije mientras sacaba una silla para poder sentarme.

-Se te hizo tarde eh?

-Si, no escuche la alarma.

-No quise despertarte, ayer llegaron muy tarde.

-Lo sé, intentare solo salir los fines de semana.- le comenté y después me limpie la boca con una servilleta.

Me apresuré para terminar de desayunar y después fui al baño a lavarme los dientes, regresé a mi habitación, tomé mi mochila y mi teléfono y luego bajé las escaleras. Mi tía ya me esperaba en la puerta.
Subimos al auto y llegamos a la escuela faltando dos minutos para las 8:00. Me despedí de ella y corrí al salón.
No quería llegar tarde y que me castigarán otra vez.
Gracias a mis largas piernas pude llegar justo a tiempo.

Terminó la primera clase y tenía que ir a otro salón.
Me acerqué a mi casillero para guardar unos libros y vi a Conan a unos cuantos metros de mí.
Sin pensarlo mucho cerré la pequeña puerta del casillero y caminé hacia Conan.

-Hola.- le dije al mismo tiempo que movía mi mano de un lado a otro.

-Hola, te veo luego.- finalizó y se alejó de mí haciéndome sentir como una tonta.

Las clases pasaron y en cada descanso veía a Conan caminar por un lado mío pero no me dirigía ni una palabra lo cual me pareció algo verdaderamente extraño.
A la hora del almuerzo fui a la mesa donde se encontraba Theo.

-Hola, qué tal tu día.- le pregunté después de dejar la bandeja con comida sobre la mesa y me  senté.

-Bien, creo, Sam ya no me dirige la palabra.- respondió.

-Lo siento tanto, es mi culpa.

-No te preocupes, y tu día cómo va?.- dijo cambiando de tema.

-Raro, pareciera que Conan trata de evitarme, lo he visto unas cuatro veces y no me a hablado.

-Te dije que Conan no es bueno y prácticamente me ignoraste.- me reclamó.

-No parece ser malo, más bien es guapo.- sonreí con picardía.

Terminamos el almuerzo y volvimos a clases.
Al terminar el día, mientras caminaba por el pasillo vi a Conan y decidí hacer un último intento.

-Hey, cómo estás?.- le pregunté sonriendo.

-Hola, bien y tú?.- me respondió sin siquiera mirarme.

-Bien... oye no sé que ocurre....-

-Nos vamos guapo?.- dijo Sam para después tomarlo de la mano.

-Oye que está pasando?.- pregunté cansada de que nadie me dijera que sucedía.

-Me das un minuto Samantha?.- le preguntó Conan y ella solo puso cara de enfado y se alejó.

-Escucha Marisa, quizás pensaste que tú y yo podíamos ser algo más que amigos pero la realidad es que yo soy libre, no puedo salir con una sola mujer, me gusta disfrutar la vida.

Cuando dejó de hablar yo no sabía que decir, en cualquier momento podía soltar en llanto y no por tristeza, más bien por enojo. Él me había utilizado.

-Yo creí que podíamos ser amigos.- declaré.

Y era cierto que en algún momento se me cruzó por la mente que podíamos ser novios pero más que nada anhelaba tenerlo como amigo.

-Esta bien...- Conan trató de continuar pero yo me aparté de allí obligándolo a callar.

Actos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora