Capitulo 21

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Mi mamá terminó de preparar el almuerzo y se sentó junto a nosotros.
Había algo que desde hace rato daba vueltas en mi cabeza y no me animaba a hablar de eso.

-Oye papá...

-Si, dime.- dijo mi papá después de darle un sorbo al jugo de naranja que hizo mi mamá.

-Y... Dónde se ha estado quedando Joe?Me refiero a que cuando vino se quedó con nosotros y ahora no.- le pregunté nerviosa.

-Con tu tía Silvana.- dijo sin darle mucha importancia a mi comentario.

Terminé de desayunar y me levante de la silla, fui a mi cuarto y me bañe, al salir del baño envuelta en una toalla comencé a buscar ropa en mi armario, encontré un short de mezclilla y una blusa de encaje blanco.
Me vestí y después me puse unas sandalias color café claro.

Me maquille un poco, cepille mi cabello y salí de mi habitación.

Tenía pensado ir a buscar algunas cosas para la fiesta de mañana en celebración de mi cumpleaños.

Mi papá ya se había ido a trabajar y mi mamá estaba en la sala pensado que hacer para cenar. Tenía una pequeña libreta donde anotaba las cosas que compraría para esa noche.

-mamá puedo hacer algo aquí para celebrar mi cumpleaños?

-Recuerdas que estas castigada?

-Si, lo sé pero será mi cumpleaños, podrías olvidar solo por un día que estoy castigada?.- le pregunté amable y tiernamente.

Mi mamá suspiro y después aceptó a darme permiso para hacer algo aquí en mi casa.

Tenía planeado hacer algo tranquilo, una reunión de amigos y familiares.
Comer pastel y botanas, quizás hacer algún juego y bailar.
Nada loco ni exagerado.

Así que le hable a Eric y le pedí que me acompañara a comprar algunas cosas.
En 20 minutos ya estábamos en el supermercado.
Compré desechables, algunas cosas para decorar, botanas y refrescos.
Mientras estábamos en la fila esperando nuestro turno para pagar recordé aquel momento de cuando Joe y yo salimos corriendo de la tienda sin haber pagado antes.
Fue de los momentos más locos y llenos de adrenalina de toda mi vida.
Joe es así, es espontáneo, ocurrente y vive la vida al máximo.

Eric me llevó a casa y me ayudó a llevar las bolsas y dejarlas sobre la mesa.

-Oye te quedas a cenar?.- le pregunté cuando recordé que haríamos una cena hoy.

-Me encantaría de verdad hermosa pero mi mamá necesita que cuide a mi abuela.

-Oh... Está bien no hay problema, pero mañana si vendrás cierto?

-Claro por nada del mundo me perdería tu fiesta de cumpleaños.- dijo y luego tomó mi mano lo cual me tomó por sorpresa. -Puedo decirte algo?.- me preguntó Eric mirándome fijamente a los ojos.

-Si claro.- le dije nerviosa y mi mano comenzaba a sudar.

Él solo me miraba y no decía nada, poco a poco se acercó a mí y me besó, me besó dulce y delicadamente, sus labios eran suaves y aquel beso desbordaba deseo y mis labios pedían a gritos que ese momento nunca terminara por qué fue un beso diferente y aún sin saber lo que sentía por él yo sabía que sus labios se quedarían grabados en mi piel sin importar los besos que aún me faltaban por dar.
Y comprendí que con solo un beso pueden llegar a tocar tu alma.
No sé cuánto tiempo duro pero después de alejarse me di cuenta de necesitaba más de eso.

-Perdón.- fue lo único que dijo y se marchó dejándome ahí desorientada y con un caos de emociones dentro de mi.

Apoye mis manos sobre la mesa, miré al suelo y mordí mi labio inferior deseando que fueran los suyos.

Mi mamá llegó del supermercado y dejó las bolsas sobre la mesa y luego me miró raro.

-Me podrías decir que te pasa? .- me preguntó mi mamá con cara de confusión.

-Me gustaría decirte pero ni siquiera yo sé que sucede.- le dije aún mirando al suelo.

-Esta bien.- dijo mientras sacaba las cosas de las bolsas y las acomodaba en los cajones de la alacena.

-Necesitas ayuda?.- le pregunté, quería olvidar un poco lo sucedido y distraerme.

-Claro, puedes empezar lavando el pollo.

Le ayude a mi mamá a preparar la cena.
Al terminar fui a mi cuarto y me bañé.
Saliendo me puse un vestido corto color negro y de manga larga y me puse unos tacones azul oscuro.

Salí de mi cuarto y me senté en el sillón, después de unos minutos llegó mi papá acompañado de mi tía Silvana, sus dos hijas y Joe.

Actos prohibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora