Ese mismo día, regresaríamos a casa por la tarde, guardaba todas mis pertenencias en la maleta, fui a dar un vistazo al baño para ver si no olvidaba algo, recogí las sandalias que estaban en el suelo y las eché a uno de los bolsillos, tomé la maleta y bajé.
Todos estaban en la sala a la espera de Joe y Natasha, después de unos minutos llegaron, nos despedimos de la familia y apresurados subimos a la camioneta que nos llevaría de vuelta a tomar el tren. Finalmente llegamos a la estación.Conan y yo nos sentamos juntos, iba realmente cansada así que no me importó colocar mi cabeza sobre su hombro derecho. No me di cuenta en que momento me dormí, ahí, a su lado.
Cundo desperté todos estaban tomando sus cosas y preparándose para bajar. Abrí los ojos sobre exaltada debido a mi sorpresa, miré hacia todos lados y después me encontré con unos ojos azules.–Buenos días, espero hayas dormido bien.– dijo Conan con una sonrisa divertida.
–Que tonto– comenté al ver que estaba oscuro afuera.
–No quería despertarte, te veías muy cómoda.– Lo estaba, estaba tan cómoda que no di cuenta que el tiempo había pasado y ya estábamos de vuelta.
Tomamos nuestras cosas y bajamos del tren.
Mi tía ya nos esperaba para volver a casa.Llegué a mi habitación, me aventé a la cama. Estaba tan cansada que transcurridos dos minutos ya casi estaba dormida, con la ropa puesta, con ayuda me mi pie izquierdo me ayudé para sacarme el zapato derecho, y luego hice lo mismo con mi otro pie para finalmente quedar descalza, estiré mi brazo hasta alcanzar la sábana y cubrirme completamente con esta.
Durante las siguientes horas no supe nada de mí ni de nadie.Finalmente cuando abrí los ojos, la luz del día estaba en todo su esplendor.
Eché un rápido vistazo al reloj en el buró.–Mierda, es tarde.– dije para mi misma. No había escuchado la alarma que estuvo sonando varias veces, pasaban de las 7:00 am y yo debía estar en la escuela a las 7:30 para la primera clase.
Me levanté de un salto y miré a ambos lados tratando de pensar que hacer primero antes de salir corriendo hacia la universidad.Busqué ropa cómoda y me vestí, no había tiempo para bañarme.
Fui al baño a cepillarme los dientes, tomé mi mochila esperanzada de no olvidar nada.Baje corriendo las escaleras y llegué a la puerta donde mi tía esperaba con las llaves en la mano, esperando para llevarme.
–No bajaste a desayunar.– comentó mientras tomaba su abrigo y su bolso color gris oscuro.
–Lo siento, se me hizo tarde.– ni siquiera me había dado tiempo de despertar bien cuando ya me encontraba corriendo de un lado a otro en la habitación.
Bajé del auto y revisé la hora en mi teléfono, 7:33.
Obviamente ya era tarde, así que corrí esperando que el profesor aún no estuviera en el aula.
Al llegar, miré por detrás de la puerta de cristal, el profesor escribiendo en la pizarra.
Abrí la puerta y pedí permiso para pasar, asintió sin mirarme y sin dejar de escribir.
Caminé entre todos mis compañeros que ya estaban tomando notas, buscando un espacio libre encontré uno y me senté.
Mientras buscaba mi bloc de notas, miré mi teléfono, ilusionada creí haber recibido algún mensaje de Joe. Pero no tenía ni una sola notificación.
Algo golpeó mis pensamientos y me llevó de vuelta a al salón de clases donde me encontraba y debía estar prestando atención.
El profesor pidió que dejáramos en su escritorio el boceto de lo que sería nuestro proyecto final. Boceto que había olvidado por completo.
Al finalizar la clase tuve que hablar con él intentando que aquel descuido no afectara mi calificación, después de varios intentos para convencerlo logré que me diera un día más.Salí de ahí, pensé que debería concentrarme más en la escuela, ya con esta era la tercera vez que olvidaba hacer una tarea, y me sentía fatal por eso.
Durante el transcurso del día, revisaba mi celular, ansiaba ver el nombre de Joe en mis notificaciones, pero no obtuve tanta suerte ya que para final del día mis únicas notificaciones habían sido de mi madre preguntando cómo estaba y de mi tía que dijo que saldría tarde del trabajo y no podría pasar a recogerme.
Así que como había dicho antes, decidí olvidarme de Joe por un rato y concentrarme en mis tareas pendientes.
Con la mochila al hombro y mi teléfono en la mano, caminé por el pasillo hasta llegar a la puerta principal, me detuve un momento pensando cómo regresar a casa.
Mirando al horizonte buscando un taxi o autobús alguien se posó a mi lado.–¿Vendrán por ti?.– preguntó Conan, tuve que mover mi cabeza hacia arriba para poder mirar su rostro siendo que él es mucho más alto que yo.
–No, planeaba tomar el bus.– comenté.
–Te llevó.– dijo al mismo tiempo que tomó mi mochila y caminó en dirección al estacionamiento.
Como no me dió tiempo de decir que no era necesario, comencé a caminar detrás de él, dando pasos rápidos hasta que finalmente se detuvo, echó mi mochila en el asiento trasero y caminó hacia la puerta del copiloto para después abrirla y luego hizo un ademán invitándome a subir al auto.
Así que no me quedó más remedio.
Me senté, instantes después Conan cerró la puerta y subió al auto, lo encendió y miró por el retrovisor para dar marcha atrás y salir del estacionamiento.–¿Que pasa, Marisa?.– dijo después de mirarme por unos segundos y luego regresó la mirada a la carretera.– Te noto intranquila.
Lo estaba, deseaba que Joe hiciera acto de presencia, una llamada, un mensaje, cualquier cosa. Pero no lo había hecho.
No había hablado con él desde el rato que pasamos en la cama y eso me tenía al borde del nerviosismo.
No comprendía cómo alguien podía perder contacto después de pasar el rato. Me sentía utilizada. ¿Acaso solo me había utilizado para saciar sus deseos carnales? ¡Dios! Empezaba a enloquecer por la incertidumbre.–No, no pasa nada. Es solo la escuela, ya sabes tareas y eso.– En parte si me preocupaba eso, ya que el asunto con Joe no me dejaba concentrarme en absolutamente nada, debía prestar más atención en clases y terminar a tiempo mis deberes.
Al llegar a casa mi tía estaba saliendo de esta, cerró la puerta con llave y luego me miró al bajar del auto.
Luego le echó un rápido vistazo a Conan que también había bajado.–Hey chicos, llegan justo a tiempo. Amelia llamó y dijo que necesita ayuda en algunas cosas para la boda... después de eso iremos a su casa a cenar.– dijo sin dejar de caminar hacia su coche. Se detuvo unos instantes, esperando a que subiéramos junto con ella.
Miré a Conan sin entender muy bien lo que pasaba, pero él lucía tranquilo.–No tengo planes para hoy, vamos.– dijo encogiéndose de hombros y comenzó a caminar en dirección a donde mi tía ya nos esperaba, segundos después hice lo mismo, no muy convencida. Aún tenía tarea que hacer.
"Supongo que podría quedarme despierta hasta tarde y terminar mis pendientes para pasar todo el día con un chico lindo" pensé.
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Actos prohibidos
RomanceEstá es la historia de Marisa y Joe (primos) que al conocerse se enamoraron, al principio luchan contra sus sentimientos, su principal problema es que son familiares pero ese no es el único obstáculo para estar juntos ya que Joe es mucho mayor que M...