Conan y yo subimos al asiento trasero.
Mi tía encendió la radio y se dispuso a escuchar música con un aire de los ochentas. Yo, por alguna extraña razón me sentía nerviosa, quizá fue por el hecho de que mi compañero de universidad pasó su brazo derecho por mis hombros.–¿Me dirás quién es Amelia?.– preguntó después de notar que intentaba romper el hielo pero no tenía ni idea de cómo lograrlo.
–Oh, claro.– dije en tono avergonzado.–Amelia es la prometida de mi primo Chris, hermano de Joe, supongo que lo recuerdas ¿no?.– dije intentando seguir con la charla.
–Claro, lo vi hace algunas horas.– dijo haciendo notar que obviamente lo recordaba, por lo cual me sentí estupida por haber hecho aquella pregunta.
Me quedé en silencio, no sabía de que hablar con Conan, además de que me sentía incómoda dado que estábamos en el mismo coche con mi tía y Conan tenía tenía su brazo a mi alrededor.
Llegamos a lo que sería el lugar donde escogerían el banquete que ofrecer en la boda.
El lugar era blanco, se veía implacable y adornado con algunas flores en tonos rosa y amarillo.
Nos recibió una señorita con falda lápiz y cabello recogido. Llevaba una carpeta entre las manos, nos indicó que la acompañáramos a donde se encontraban los futuros esposos quienes habían llegado minutos previos.
Subimos las escaleras y llegamos a una habitación lujosa, frente a la enorme ventana que dejaba ver la cuidad, estaba una mesa cubierta con un mantel color blanco y pequeños platillos de comida cuidadosamente acomodados.
Amelia y Chris nos miraron y emocionados se acercaron a saludar, les di di un cálido abrazo.–Él es Conan, un amigo de la universidad.– dije amablemente.
Conan sonrío y les ofreció un saludo de mano a ambos.
Sonrieron de vuelta y dijeron lo encantados que estaban de conocerlo.Mientras terminaban de saludarse, miré a la puerta que estaba del otro lado de la habitación donde Joe iba cruzando el umbral de la mano de Natasha.
Mi tía se acercó a charlar con ellos.
Mi amigo y mi primo seguían charlando pero yo había dejado de prestar atención. Sentí un pequeño golpe en el estómago. No esperaba ver a Joe aquí y mucho menos con esa compañía.
Natasha se veía fresca como siempre, llevaba puesto un vestido ajustado de mangas largas y color rosa pastel, sostenía el brazo de mi primo.
Sonreía abiertamente y luego miraba a Joe al mismo tiempo que pasaba su propio cabello detrás de la oreja.Mi tía dio media vuelta y los tres caminaron hacia donde nos encontrábamos de pie.
–Y bien, ¿Ya eligieron algo?.– preguntó Natasha y después nos miró a mí y a quien me acompañaba en ese momento.– Vamos, tienen que probar esto.– dijo dirigiéndose a ambos para luego soltar la mano la Joe y caminar hacia la mesa.
Nos entregó uno de los platillos, Conan tomó la cuchara y en un repentino movimiento lo llevó hacia mi boca, eché un vistazo a mi alrededor, todos tenían la mirada puesta sobre nosotros. Sentí como mis mejillas comenzaban a enrojecer, separé los labios y cuidadosamente mi amigo introdujo el utensilio.
Miré a Joe quien al notar que mis ojos posaron sobre los suyos, apartó su mirada rápidamente hacia otro lado. Todos parecían sorprendidos.–Me gusta el sabor.– dije al terminar de masticar.– Quisiera probar aquel.– finalice y me dirigí a la mesa, intentando desviar la atención que tenía puesta en mí.
Conan se acercó a mí y en seguida probó un bocado de lo que parecía salmón a la plancha.
Lo miré de reojo, parecía calmado.
Me impresionó como no pareció importarle tener miradas sobre él, en ese momento me di cuenta de que estaba acostumbrado a ser el centro de atención.
Siempre muestra seguridad y eso es algo que me agrada de él.
Yo, por el contrario siempre había sido algo tímida, y y así tuviese un pequeñísimo momento de atención sobre mí, comenzaba a ponerme nerviosa.Finalmente después de probar y de escuchar nuestras opiniones, los prometidos decidieron que platillo y postres ofrecerían en su gran día.
Amelia, nos confesó lo difícil que era hacer los preparativos para la boda y cuidar a un bebé.
Me compadecí de ella, se veía cansada y estresada, pensé que quizá podría ayudarla un poco más en lo que necesitara.Después de una charla, decidimos ir a casa de mi primo Chris para ahí pasar el resto de la tarde y después cenar.
Conan y yo subimos al coche de mi tía, y minutos después ya habíamos llegado a la casa.
Amy y Chris ya habían llegado, entramos a la casa con tenues luces. Amelia sostenía al pequeño Kevin, la niñera que lo había cuidado durante el día se despidió de todos y salió rápidamente de la casa, supuse que tenía alguna otra cosa por hacer debido a su apresurado paso.Me acerqué al bebé y le pedí a su madre si podía sostenerlo un momento. Ella me lo entregó y lo tomé con ambos brazos, estaba más grande y regordete que la última vez que lo vi.
Me acerqué a Conan que estaba en la sala, todos se dirigieron a la cocina.
Mi amigo veía las fotos que se encontraban en el estante a un lado del televisor, cuando se dio cuenta de mi presencia dirigió su mirada a mí y luego se acercó.–¡Oh, quien es este pequeño tan lindo!.– mencionó para después tomar su pequeña mano.
–Se llama Kevin, en una ternura. Mira sus cachetes.– Conan se veía entretenido mientras el bebé balbuceaba y le apretaba el dedo índice.
Los dos nos sentamos en el sofá blanco y cómodo, entreteníamos a Kevin mientras los demás terminaban la cena.
Escuchamos la puerta abrirse y de inmediato voltee a ver de qué se trataba.
Joe y Natasha entraron riendo a carcajadas y con bolsas y botellas de vino en la mano.Joe nos dio un vistazo pero no se detuvo, siguió caminando detrás de Natasha hasta que entraron a la cocina y los perdí de vista.
Me sentía mal por mí, aún pensaba que Joe y yo podíamos tener algo pero me ignoraba por completo cada vez que estábamos cerca.Minutos después nos llamaron para ir al comedor, le entregamos al pequeño a su madre quien ya le preparaba su alimento en un tazón y después me dispuse a acomodar la mesa.
Conan me ayudaba al tiempo que los demás sacaban la vajilla de la alacena y llevaban la cena al centro del comedor.
Finalmente nos sentamos a cenar.
Tenía mucha hambre así no tardé mucho en dejar el plato vacío.
Miré a Conan y también había terminado, luego miré a Joe, tenía su brazo al rededor de Natasha y cuando creía que nadie lo veía le daba pequeños mordiscos en la oreja, cuando lo vi no pude evitar sentir celos.–Te ayudo con los platos.– le comenté a Conan y luego tomé los míos y los llevé al fregadero donde los lavé y acomodé junto a los otros.
Tomé una pequeña toalla y mientras me secaba las manos sentí como unas manos se posaban en mi cintura, reaccioné al toque dando un salto casi diminuto.
–Vamos afuera, quisiera tomar aire fresco.– dijo mi amigo que aún no quitaba las manos de mi cintura y me miraba fijamente a los ojos.
Dejé la toalla sobre la mesa y caminé detrás de él.
Los demás se veían entretenidos en la charla así que dudo que hayan notado que salimos de ahí.Salí y Conan cerró la puerta detrás de mí, me senté en una banca que estaba frente al pequeño pero bien cuidado jardín. Estaba oscuro y solo teníamos la poca luz de una lámpara y la luz que venía de adentro de la casa.
Había sido un largo día y yo me sentía cansada así que apoye mi cabeza sobre el hombro de quien me acompañaba en ese momento, él miraba al cielo con gran atención, cómo si buscara algo.
Conan tomó mi mejilla y la levantó en dirección a la suya, lentamente se acercó a mí y besó mis labios.
Su beso fue tierno, tenía mi labio superior entre los de él y con movimiento suave rocé su labio inferior con la lengua.
Aquel beso comenzaba a ser más intenso así que opté por alejarme.
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Actos prohibidos
RomanceEstá es la historia de Marisa y Joe (primos) que al conocerse se enamoraron, al principio luchan contra sus sentimientos, su principal problema es que son familiares pero ese no es el único obstáculo para estar juntos ya que Joe es mucho mayor que M...