Actos prohibidos

Capitulo 50

Ya era tarde y yo aún no terminaba de desayunar así que me apresuré a comer, luego fui a cepillar mis dientes y de ahí regresé a la habitación, tomé mi mochila y salí rápidamente en dirección a la camioneta.
Mi tía y yo subimos y pronto ya íbamos en camino.
Recordé que hoy es el cumpleaños de Joe y que no había invitado a nadie aún, espero que no sea demasiado tarde, pero tenía problemas.
No sabía a quién podía invitar.
A Theo, probablemente Conan, la pequeña Iveth y a su mamá. Pero a quien más podía invitar?

-Tía, seguramente debes de saber los nombres de los amigos de Joe, podrías darme algunos?.- le pregunté después de sacar una libreta y un bolígrafo de mi mochila.

-Claro, para que los necesitas?

-Bueno, lo que pasa es que compré algunas cosas para hacerle una fiesta de cumpleaños a Joe, solo me faltan los invitados.- dije eso ultimo riendo.

-Una fiesta, cuando?.- preguntó sin despegar la vista de la carretera.

-Hoy, hoy es su cumpleaños... cierto?.- titubee.

-Si, pero creí que él ya te había dicho que irá a casa de su amiga Natasha. Ella lo invitó a pasar su cumpleaños allí.

-Qué? No, él no me mencionó nada.

-Ayer me dijo que lo haría.

"Seguro eso fue antes de que se molestara conmigo" pensé.

-Claro, creo que si dijo algo parecido.- dije sin ánimos de seguir hablando de eso.

El resto del camino fue silencioso, no podía creer lo que estaba sucediendo.
Le organicé una fiesta a Joe, le dije que si hacia algún plan que me avisara y no me dijo nada sobre eso.
Si, Joe se molestó ayer pero no es motivo suficiente.
Era algo realmente increíble, me sentí como una tonta enamorada de alguien que no le corresponde.

Pero él ahora había sobrepasado los límites.
Me sentía fatal, quería, necesitaba llorar.

Llegamos a la escuela, bajé del auto y mi tía se fue.
Las clases pasaron más lento de lo normal, no había prestado atención a casi nada de lo que mencionaron los profesores.
Y es que mi mente estaba distraída, no podía dejar de pensar en que Joe no me avisó sobre los planes que tenía.
Era de las peores cosas que alguien me había hecho y lo peor de todo es que quien lo hizo fue Joe.
Creí que lo conocía y me di cuenta de que estaba equivocada, su comportamiento era de una persona completamente distinta a la que creí conocer.
Debía dejar de pensar en eso, mis pensamientos estaban acabando conmigo.

Después de clases regresé a casa, lo primero que hice fue ir al baño y lavarme la cara, por más que lo intentaba no podía dejar de pensar en lo que había pasado.

Me senté un momento en la cama, decidí que olvidar a Joe, ignorarlo a él e ignorar lo que siento por él es lo mejor para mí.
Está vez debía ser definitivo, no podía perdonar tal cosa.

Tomé mi teléfono y le hablé a Jerry.
Le conté todo y después me hizo sentir mejor, hablar con él siempre tenía ese efecto en mí.
Siempre dice las palabras correctas.
Luego de hablar sobre mis problemas Jerry me dijo que Eric pregunta por mí cada día, que la semana pasada él y su novia viajaron a la playa y también me comentó que me extraña tanto que hasta pensó en comprar un boleto para Canadá.
Yo le dije que nada me haría más feliz que verlo y lo invité a venir a la boda de mi primo Christian y Amelia.
Terminamos de hablar, me recosté en la cama, estaba cansada, cansada de las decepciones, de que mis dos mejores amigos estuvieran tan lejos de mí, casada de Joe y su inmadura actitud.