C 1: Sesshomaru

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Recibí un plumón con una especie de cristal rosa incrustado de parte de una mujer en una extraña tienda, hice un dibujo del antagonista de una historia inventada por mí sin imaginar lo que sucedería.

Mi dibujo brillaba con intensidad y flotaba en el aire, temble de miedo cuando la tinta comenzó a salir del papel chorreando la alfombra, era una escena increíble, aquel líquido tomaba forma. De repente quedé extasiada ante la figura que se formó.

¡SESSHOMARU, EL PERSONAJE QUE DIBUJÉ, ESTABA FRENTE A MÍ, CON VIDA!

Era tal y como lo imaginé, como estaba plasmado en la hoja pero ahora imponente y amenazante caminaba hasta mí.

Caí al suelo impactada.

Los acontecimientos que estan ocurriendo en mi alcoba son inverosímiles, casi sacados de la imaginación de alguna extraña persona.

Los ojos fríos de mi propia creación se clavan en los míos.

-Humana, ¿Donde estoy?- repite.

-E-en...- la quijada me temblaba.

-Habla de una vez- frunce el ceño, su voz era como trueno que chocó contra mi pecho haciéndome estremecer.

-En... Japón- fue lo único que pude decir.

-Ésto no parece Japón- su pesada mirada recorrió la habitación entera.

Caminó hasta la ventana mientras yo recobraba la lucidez y le seguía, sus ojos se turbaron al notar el paisaje de la ciudad al otro lado de mi ventana. De un salto salió y comenzó a correr, no podía dejar que un Yokai malvado inventado por mí corriera solo por las calles de Tokio, salí de la habitación, bajé los escalones y corrí siguiendo el rumbo que Sesshomaru tomó.

La fría brisa nocturna golpeaba mi rostro y yo estaba desesperada.

¿Realmente eso estaba pasando?
¿Estoy buscando a un Yokai que se escapó?

Tape mi rostro, ni siquiera en mi cabeza sonaba creíble. Un grito me sacó de mis pensamientos, corrí lo más rápido que pude hasta el lugar, mi decepción fue grande al darme cuenta que quien gritaba era una joven porque su manicura se arruinó.

No tenía más opción. Debía hacerlo por más ridículo que fuera...

-¡Sesshomaru...!- grité atrayendo la atención de las personas -¡Sesshomaru... por favor ven!- una chica se acercó a mí.

-Niña no grites por tu novio... seguro se fue por sus razones- quería lucirse frente a sus amigas que nos observaban y reían divertidas.

-Sesshomaru no es mi novio- rabie -Es mi...- pensé en algo coherente - Perro- desvié la mirada, seguí mi camino.

De repente me vi frente a varias chicas sonrojadas y con corazones en los ojos, sabía que iba en el camino correcto.

Lo encontré en un mirador, parado en el risco, la luna lo iluminaba y el viento jugaba con su cabello y estola. Un par de chicas le miraban embelesadas, decidí acercarme.

-Sesshomaru- llamé.

Al voltear, nuevamente esos icebergs se clavaron en mí, se movió a gran velocidad hasta estar frente a frete, con su mano derecha tomó mi cuello y me elevó, las jóvenes presentes gritaron y huyeron despavoridas.

-Humana, exijo una explicación- el dorado de sus ojos iba siendo remplazado por el color rojo -Es obvio que no estoy donde pertenezco- estrujo más mi cuello, la uña de su dedo pulgar hizo una pequeña cortada en mi piel, inyectó veneno era ardiente y doloroso.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora