C 32: Buscar, canción, corazones

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Afueras de Tokio, mansión de Naraku

Hakudoshi permanecía sentado en su cama pensativo. Le preocupaba el que Naraku estuviera tan cerca de su cometido. La puerta de la alcoba se abrió, el niño se sobresaltó pero solamente era Kikyo.

-Hakudoshi- dice la recién llegada -Te he notado inquieto... ¿Sucede algo?

-Nada humana- camina hasta la ventana -Nada en especial...

-¿Tiene que ver con Naraku?- se acerca a él.

-Tiene que ver con todo...- coloca su mano en el vidrio -Siempre supe cual era mi destino, sólo vivo por dos propósitos... informar a Naraku sobre cualquier tema de la perla y las misiones que me encomienda y...

-¿Qué es lo otro?

-Soy su contenedor...- bajó la vista -Y cuando ya no sea útil yo...

Kikyo tentó posar su mano en el hombro del pequeño pero dudo en si estaría bien.

-¿Por qué no te revelas?, busca tu camino, vete de aquí, Kagura quiere hacerlo y yo igual...

-Tú eres humana, Kagura, Kanna y yo somos quimeras nacidos de Naraku, no podríamos existir sin él... si lo desea nos puede destruir, no hay forma de escapar de él- voltea para clavar sus ojos lavanda en la miko -Sólo hay un camino...- 《Desearía no haberte conocido Rin, así no me dolería tanto... dejarte》

Kikyo veía al niño con pena, se suponía que Hakudoshi era nada más que una creación sin alma o corazón pero... ése niño frente a ella con esos ojos tristes sí que sentía y sufría, con corazón o no, él experimentaba el mismo pesar que quienes tienen ése órgano.

Tras la puerta Naraku escuchaba atento, por un instante le pareció atroz lo que hacía pero... espantó esos pensamientos, él obtendría su deseo, costara lo que costara. Naraku también tenía deseos y poseía un corazón que sangraba hacía tanto tiempo, ¿Por qué seguir con el dolor pudiendo sanar la herida? Se fue en total silencio autoconvenciendose de que hacía lo correcto, no había nada de malo en querer ser feliz luego de tanto sufrir, nada de malo.
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Sango, Miroku y los niños arribaron al hospital, se encontraron con Midoriko, ella les informó que estaba bien, había logrado escapar. También mencionó que el abuelo de Kagome estaba interno en el centro asistencial, nada grave, lo inquietante fue lo que dijo... su nieta fue secuestrada, Inuyasha y posiblemente  Sesshomaru habían ido a buscarla.

Luego de recibir la información, los niños se quedaron al lado del anciano para hacerle compañía.

Miroku le lanzaba una mirada acusadora e inquisitiva a la sacerdotisa, ella entendió.

Pidió que fueran a otro lugar. 

Sango los observa irse con algo de preocupación, ¿Qué le diría Midoriko? 
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-Por tu mirada deduzco que quieres preguntar algo...- la miko estaba dispuesta a aclarar las cosas, guardar secretos era, a éstas alturas, inútil y agotador.

-Quisiera saberlo todo...

-Bien, te contaré...- se abraza a si misma -Comenzó cuando me convertí en la miko protectora de la perla, desde ése momento mi vida fue un tormento...
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Inuyasha trataba de alcanzar a Sesshomaru pero el tonto en cierto punto comenzó a volar y le perdió de vista, por suerte aún quedaba su olor.

Se reprochaba el haber permitido que se llevaran a Kagome, si algo le sucedía él no se lo perdonaría jamás, a lo lejos logra divisar la vaga silueta de Taisho, apresura el paso para no perderle de nuevo.

Sesshomaru por su parte está perdido en sus pensamientos, Shishinki seguro se llevó a Kagome por lo ocurrido a su pueblo, lo que no sabe es que todo fue por una causa justificada. El padre de Shishinki trató de secuestrar para hacerla suya a la madre de Sesshomaru, tal ofensa debía ser cobrada, el obtener la "Luna sangrienta" sólo fue un premio inesperado. Frunció el ceño, Inu no Taisho aveces era blando, cuando vio al joven Shishinki se conmovió de él, en parte le recordó su propio hijo, no pudo matarle pero lo dejó marcado, así no olvidaría lo sucedido y se mantendría alejado.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora