C 34: Pasado (Capítulo especial 1/2)

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(Es un capítulo especial que será de dos partes, narrará parte de la historia entre Naraku y Midoriko desde el punto de vista de ambos, espero lo disfruten, muchas cosas saldrán a la luz y se aclararán)

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Pov Onigumo

Por primera vez en mi vida me veo ayudando a alguien en lugar de robarle, a mis diez años jamás lo había hecho pero... si es lo que tenia que hacer para entrar en ése castillo y ver de nuevo a ésa niña lo haré. Claro que  mi ayuda no es más que una treta, lo he hecho todo a propósito para quedar como el héroe.

《Jijiji, Onigumo eres un genio

Lo único que tuve que hacer fue colocar una cuerda en el suelo, camuflarla con tierra y esconderme, cuando uno de los empleados del castillo pasó con algunos víveres simplemente jalé.

Sonrío recordando su caída. Debo morderme la lengua para no carcajear.

Salí de mi escondite, sin que lo notara guardé la cuerda, puse mi mejor cara de niño bueno y le auxilie. Me ofrecí a acompañarlo hasta su destino y aquí estoy, a las puertas del hogar de aquella niña hermosa.

Fui llevado hasta la parte trasera, varios empleados caminaban de aquí para allá, me impresiona que tantas personas vivan para servir a un sólo ser humano. El castillo era más elegante de lo que imaginé, mis ojos pestañean y fijan la mira en todas partes porque yo no puedo creer lo que ven.

-Es un jovencito muy amable, me ayudó señor- dice el hombre al que le tendi la treta a un empleado que parece estar a cargo, trago grueso, mi vida de ahora en adelante depende de ése viejo calvo con cara de sapo frente a mí -Podría ayudar como mozo...

-Está bien- contesta el calvo -Ayudará en las labores...

Fue así como comencé a trabajar en el castillo de la princesa que acaparaba mi corazón, limpiaba los pisos pensando en que sus delicados pies pasarían por allí, cortaba la madera imaginando la calidez que sentiría cuando se quemara en el salón, cargaba los pesados bultos de comida sabiendo que serían exquisitos platillos para ella, todo fue por ella. El destino me permitió verla un par de veces, todas fueron siempre de lejos, me conformaba con eso, con apreciarla de lejos. Un día limpiaba los pisos cuando escuché un quejido, era un ave herida, la acune en mis brazos, pobresilla, determiné cuidar de ella.

-No te preocupes- le dije -Te ayudaré

-Éso es muy amable de tu parte- la dulce voz pertenecía a la dueña de mi vida, voltee y allí estaba tan bonita y elegante, su rostro tímido y apacible, sus ropas tan finas, el kimono con flores de membrillo japonés.

Trage grueso ante los nervios pero exhale el aire que había estado conteniendo, ésta vez no vacile en presentarme, traté de que las palabras salieran lo mejor posible, ella me regaló una hermosa sonrisa que atesoraria eternamente y pronunció su nombre, el cual ya conocía pero nunca de su propia boca. Supe que no volvería atrás jamás, supe entonces que ya no quería solo verla de lejos. Desde ése momento nos volvimos amigos.
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Al cumplir los dieciséis años fue el momento más trascendental en mi vida.

La princesa Modoriko tenía quince y un gran poder espiritual, escuché a los empleados murmurar que era una miko poderosa, como nunca se había visto antes. Ella, aparte de ser princesa ahora era una miko, y yo... un simple mozo, ¿Cómo puedo pretender poner mis ojos en ella?

Hubo una reunión en el castillo, parece que las dos familias punientes de la región han decidido que Midoriko sea la protectora de una cosa especial, los empleados dicen que es poderosa y peligrosa. Temi por la seguridad de la joven a quien he amado desde la infancia. Mientras colocaba los bultos pesados de comida en la bodega me preguntaba, si yo fuera un guerrero... ¿Podría protegerla?

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora