C 28: Culpas

1K 152 43
                                    


Higurashi permanecía petrificada, veía los ojos de Sesshomaru, él se acerca a la cama en que ella fue lanzada sin ninguna consideración, tomó asiento. Su pecho mostraba su agitación, en su vida había experimentado un momento tan intenso como ése.

-¿Qué haces aquí?- Taisho se acerca al rostro de la joven.

Ella sentada en la cama, él de pie frente a ella.

-Que-queria...- la garganta se le secaba -Hablar contigo...

-¿Asunto?- sus ojos recorren el cuerpo de la chica y ella se siente desnuda ante ésa mirada.

-Tu distanciamiento conmigo, con todos- lanza frustrada -Parece que no existieramos para ti...- baja la mirada.

-Es eso...- dice más para él que para ella -Te haré una pregunta miko y quiero tu respuesta

-S-si- su corazón estaba al borde de un ataque cardíaco.

-¿Crees en la reencarnación?

-No lo sé, creo que sí

-Tú eres la reencarnación de alguien que asesiné hace años...- se aleja de la cama para darle la espalda.

-Pero tú eres un personaje inventado por mí...- dice con incredulidad.

-Miko...- voltea -Eso...

-No sigas- gatea en la cama hasta llegar al borde, se sienta -Algo me dice que no es importante que sepa más y creo que es verdad- clava sus azules lagos en él -Ven...- le extiende una de sus manos sonriendo.

El peli plata se sorprendió ante la actitud de la joven. No deseaba saber sobre el pasado. Ella estaba allí, tendiendole la mano, dándole lo que jamás imaginó, una oportunidad... sin preguntas, sólo ellos dos y lo que llevan dentro...
Tragó grueso, las sensaciones de Kagome se mezclaban con las suyas haciendo un torbellino arrasador en su interior. Se acercó, lentamente levantó su única mano para tomar la que le ofrecían. La azabache sonríe ampliamente y él se estremece, su cuerpo entero comenzaba a arder. Sabía estaba mal hacerla suya tomando en cuenta tantas cosas, su pasado, su edad (sabía que en ésa época su edad era un problema), el lugar donde estaban... pero el momento era ridículamente íntimo y excitante.

La mano de la joven recorriendo su brazo lo hacía dudar de la realidad. Ella está incada en la cama acercando su mano hasta el rostro del dubitativo hombre. Llega hasta su mejilla.

-Yo te amo, te amo tanto...- dice acercando su rostro a él -Déjame amarte Sesshomaru, no tengas miedo...- susurra a centímetros de sus labios.

Taisho no pudo más... cerró los ojos y llevó su mano a la cintura de la fémina para acercarla más a su cuerpo.
.
.
.
.
Tienda de Midoriko

La miko está demasiado enferma para levantarse de la cama, llevaba unos días así. Suspira pesado. La muerte la alcanzaría pronto. Una lágrima se le escapa. Al menos pudo decirle la verdad a Sesshomaru, él fue utilizado por alguien más, alguien que quería vengarse de ella, alguien que la odiaba con intensidad y por tanto se encargó de separle de Naraku y destrozarle la vida.

Escucha un estruendo en la entrada que le saca de sus pensamientos, trata de levantarse pero no puede, está demasiado débil. Otro ruido, voces de los chicos, más ruidos, estruendos, luces y luego nada, silencio total.

Tembló de miedo. Mal decía sentirse tan inútil, los chicos y Kirara podrían estar mal heridos y ella no podía ponerse en pie.

La puerta se abrió de golpe, Midoriko se estremeció, la sombra imponente que se le acercaba ya la conocía.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora