Tal como te imaginé (Sesshome)

C 9: Kikyo

Lunes, colegio, 3:23 pm

Inuyasha terminaba de guardar el equipo de gimnasia.
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Sango y Kagome finalizaron de hacer la limpieza en el salón.

-¿Por qué te ofreciste a hacer la limpieza conmigo?- pregunta Sango mirando fijamente a su amiga.

-Para poder ayudarte- sonríe nerviosa.

-Has estado rara hoy- recoge su mochila.

-Claro que no- va por su mochila.

-Sí lo estás- abre la puerta del salón para salir -Casi no le hablas a Inuyasha y ésta mañana evitabas la mirada a Sesshomaru...

-Estás paranoica...- comenzó a caminar por el pasillo desolado junto a su amiga.

-¿Pasó algo con alguno de los dos o... con los dos el fin de semana que no nos vimos?- realmente quería saber lo que sucedía -Puedes contarme lo que sea...

-Fui el sábado a casa de Inuyasha- comenzó a jugar con sus dedos -No sabía que ninguno iría y... estábamos solos, sugirió viéramos una película entonces... él...- dejó de caminar, bajó la mirada -Me besó- exhala.

-¡¿Qué?!- Sango se acercó a su amiga -Kagome... eso es... ¿Es bueno o malo?- posó sus manos en los hombros de la azabache.

-No lo sé, él me ha gustado desde hace mucho pero... siento que soy solamente su segunda opción...- alzó la mirada -No quiero ser la segunda opción de nadie, ni siquiera de Inuyasha

-Kagome...- la castaña abrazó a la chica con ternura -Ya aparecerá alguien que sea sólo tuyo- sonrió.

-Sí- su rostro ya no estaba tan triste -Sé que hay alguien para mí en algún lugar...

-Bien dicho- animó -Sigamos, ésta noche iré a tu casa, haremos una pijamada

-Está bien- sonrió -Sango- volvió a entristecer -Mañana será...

-Tres meses desde el accidente- terminó la frase -Estaré contigo Kagome- reconforta.

-Gracias...

Continuaron su camino, llegaron al primer piso, oyeron un grito. Alguien se acercaba corriendo, se escuchaba el ruido de la suela impactar el piso, retumba en todas direcciones, las chicas se pusieron en guardia, Higurashi sentía la presencia de un fragmento, no tenían sus armas pero harían lo necesario para defenderse.

El sonido cada vez estaba más cerca, ahora se distinguían jadeos, en cualquier momento verían a quien corría hasta ellas.

-Aquí viene...- dice Kagome distinguiendo una silueta desde lo lejos.

Sus rostros eran de sorpresa y... burla al notar que quien corría era Miroku.

-¡Sálvese quien pueda!- grita mientras de manera graciosa corre a toda velocidad.

Detrás del atolondrado joven corría una chica de ojos rojos blandiendo una espada a un lado y otro. Era Marito, una alumna de tercer año perteneciente al club de esgrima.

-¡Ven aquí maldito mujeriego!- grita la chica -¡Te enseñaré a no engañar a las mujeres!

Miroku al ver a Sango corre más deprisa y se oculta tras de ella.

-Señorita Marito- se aferraba a la falda de Sango -Ella es mi novia y... no le gustará que me mate- oculta su rostro tras la castaña.

-¡¿Qué yo qué?!- exclama la mencionada mientras trata de alejar a Miroku.

-Joven Miroku, ¿Qué sucede?- pregunta Kagome asustada por el aura maligna alrededor de la chica rubia frente a ellos.

-Bueno... le pregunté si podríamos tener un hijito y...