C 35: Pasado (capítulo especial 2/2)

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Pov Midoriko

Tres años han pasado, no he vuelto a saber nada de Onigumo. Me he convertido en una gran miko, las inseguridades que antes sentía se fueron junto al primer y único beso que he dado en mi vida. Ya no vivo con mi familia, desde que recibí la perla mi hogar está junto al templo más grande de la región. Mi misión en la vida en purificar y cuidar la perla. Es un trabajo demandante pero no me quejo, así no pienso en él.

Los monstruos llegan por montones a atacarme, los parto de tajo con mi espada, aprendí combate hace un año, el arco y la flecha no me eran suficientes. No tengo ningún soldado que me proteja, desde que me mudé al templo me impuse sobre las ideas de mi padre y reuse la idea de un protector, nadie cuidaría de mí, yo lo haría por mi misma.

Hoy debo ir a hacer un exorcismo en una casa cerca del templo. Al regresar ya había caído la noche, me detuve a observar las estrellas, suspiro porque todo me recuerda a él. Siento un yoki muy grande emanar de más adelante, rechine los dientes, ¿Será algún yokai que desea la perla? La traje conmigo, de hecho casi siempre la traigo conmigo. Caminé ocultando mi presencia lo más que pude. Sin querer escuché una conversación entre un joven yokai y otro más maduro.

-Madre dice que está de acuerdo con que criés a tu hanyou ya que su madre murió... eso no significa que yo lo esté- para ser joven tiene un porte y una ferocidad que te hace temer -Sin embargo, puedes hacer lo que te plazca, sólo quiero me heredes antes a Sounga y Tessaiga

(Aquí Izayoi murió, fue enterrada antes que Inu no Taisho lo supiera, él iría por Inuyasha en ése momento para criarlo como su hijo)

-Dime Sesshomaru...- dice el yokai Inu -¿Tienes algo que proteger?

-Mi único objetivo es el poder, fuera de eso no hay nada que me interese...- espeta con un hilo de desagrado.

-No puedo darte algo que debe usarse para proteger a quienes te importan porque deseas poder hijo...

Frunció el ceño, se veía amenazador, pero se fue.

-Humana- dijo el daiyokai mayor al verse solo -Sé que estás allí, es de mala educación escuchar conversaciones ajenas

-Lo siento- me disculpo saliendo de mi escondite.

El yokai no me resultaba amenazador como su hijo, o al menos fue lo que entendí al escucharlo decirle hijo. Su nombre era Inu no Taisho, desde allí nos volvimos amigos, fue como conocí a Inuyasha, su hijo menor, un pequeño que aparentaba unos seis años, Inu lo dejaba bajo mi cargo en varias ocasiones, de su otro hijo no volví a saber, parece que permaneció con su madre.
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Dos años después

Salí para recolectar hierbas escuché el llanto de una criatura, corrí lo más que pude seguida de Inuyasha, en la orilla de un caudaloso río había una pequeña, cabello negro y ojos café  (Kikyo), la pobre se debatía entre saltar al agua o dejar que un enorme yokai le matara. Por suerte ya había aprendido a crear arco y flechas con mi reiki.

-¡Inuyasha!- el niño me miró -Ve por la pequeña, yo me encargo de la bestia...- asintió y corrió hasta ella.

No tenía la espada, sólo mi poder. Cree mi arma, apunté a la cabeza del yokai y lancé, el monstruo se movió con agilidad, sólo una parte de su rostro se quemó.

《¡Rayos!》pienso creando otra flecha y disparando.

El maldito se mueve muy veloz para ser tan grande, Inuyasha envuelve a la niña en sus brazos de forma protectora, sabía que él estaba siendo valiente para que no me rindiera. Seguí atacando con ferocidad pero es demasiado ágil. El demonio se lanza de frente, logro darle en un costado purificando su lado derecho de la cadera para abajo pero él con sus enormes garras me dio en la mano derecha, quebró mi muñeca y me hizo una herida en el hombro con la otra garra, caigo al suelo. Escucho a los niños gritar, veo la sangre roja impregnar la hierva.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora