Tal como te imaginé (Sesshome)

C 42: Magatsuhi

Se sentían felices, de verdad creyeron las cosas cambiaban para bien pero...

La perla se tornó negra cual brea e igual de caliente, la miko la dejó caer al suelo, aquel líquido negro comenzaba a extenderse por toda la madera del piso y tomar forma.

Magatsuhi apareció con la joya en su pecho.

-Hola- saluda el yokai muy campante mientras todos le ven impresionados -Están todos reunidos- menciona -Espléndido- hecha otro vistazo -Falta la exterminadora y el monje- suspira -Son tan impuntuales los humanos- niega con la cabeza.

-¡¿Quién eres tú?!- interrumpe Inuyasha.

-Qué modales los míos- sonríe -Soy Magatsuhi...

Naraku y Midoriko comenzaron a ponerse nerviosos. Haku apretó los labios.

-¿Qué quieres aquí entrometido?- arremete Inuyasha.

-Algo muy sencillo pequeño hanyou, que todos ustedes mueran...- camina por el destrozado salón.

-Magatsuhi- Naraku se le acerca -Ya no quiero ningún deseo, por favor termina con ésto

-Ingenuo híbrido, ¿Realmente pensaste se trataba de ti?- se le acerca -Nunca fue por tu estúpido deseo o por ésa miko...- lo toma por el cuello -Siempre fue por mí...

Inu no Taisho iba a intervenir pero el peliblanco le miró, el fragmento del general perro e Irazue se oscureció.

Midoriko se apresuró a acercarse para poder sacar los fragmentos pero fue inútil, ya estaban contaminados. Sus manos se quemaron al contacto, cayó al suelo.

-¡Inuyasha!- dijo la miko -Llévate al abuelo de Kagome arriba, que Sesshomaru los saque de aquí...

Fue lo último que dijo antes que el sujeto estirara su mano y le atravezara el abdomen.

-¡Midoriko!- grita Naraku tratando de safarse del agarre.

Inuyasha empuño a Tessaiga, usó su viento cortante.

El ataque fue detenido por el sujeto de trenza que el hanyou tanto detestaba. Bankotsu.

Kagura, Kohaku y Byakuya también llegaron.
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Sango va en Kirara, no podía creer lo que había sucedido. Después de recibir la noticia del fallecimiento de su padre y la desaparición de su hermano ella y Miroku se dispusieron a buscarlo pero... Él se presentó frente a ellos ese día, les atacó. Casi mueren, Miroku no tuvo más opción que arremeter como con cualquier enemigo, el niño fue herido en su brazo, se retiró pero dejó un rastro de sangre el cual la castaña estaba siguiendo en ése momento, el monje y el kitzune le acompañaban preocupados, no sabían de lo que fueran capaces los hermanos cuando se encontraran.

El rastro les llevó directamente al templo donde vive Kagome. Abajo observaron a Inuyasha pelear contra un hombre de trenza, el sujeto llamado Shadow tumbado en suelo mientras un chico de cabellos lavanda pelea contra Kohaku y Kagura. Bajaron para ayudar.
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Koga y Ayame se dirigían al templo, allí fue la persona responsable de el exterminio del clan de lobos. Ginta y Hakaku les seguían de cerca. Escucharon explosiones venir en ésa dirección, apresuraron el paso.
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Abie estaba por llegar al lugar donde las ratas que masacraron a su clan se escondían. Mataría a todos esos malditos. Podía sentir el penetrante olor a sangre y escuchar las explosiones.
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Kanna sostenía a penas el sueño del Daiyokai y las humanas. Inu no Taisho subió los escalones mientras Irasue degollaba el cuello del anciano humano. Jaken se escondio. ¿Dónde estaba su amo bonito?

Toga abrió la puerta de la habitación, Kanna los mantenía dormidos sumidos en un profundo sueño, el yokai no podía despertar todavía.

Inu no Taisho se acercó a Kagome, la tomó en sus brazos, ella dormía sin sospechar lo que se había desatado abajo. El general perro se la llevó. Kanna dejaría a Taisho despertar del retardo cuando fuera demasiado tarde.
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Midoriko se desangra pero ella no puede permitir Magatsuhi se salga con la suya, se arrastra hasta la salida, ve a Naraku tumbado en suelo, va hasta él, toma su mano.