C 29: Noticia, lágrimas, atardecer

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(Sé que dije que hoy no habría capítulo pero terminé antes mis asuntos y pude traerles éste nuevo episodio que espero les guste, pongan la canción romántica y al final la corta venas que más les guste y disfruten ^-^)

Afueras de Tokio

Midoriko abría los ojos con dificultad, pestañea y... se da cuenta que no está enferma y no reconoce el lugar en que se encuentra, además, está encadenada. Agita sus brazos haciendo que las cadenas rechinen, el sonido rebota en toda la habitación, la oscura y amplia habitación decorada de forma exquisita con aire inglés de la época antigua. Ella está acomodada en una enorme cama adosada hecha de una madera refinada y tallados intrincados, los almohadones y las sabanas son de la seda más suave, pero no repara en ninguno de esos detalles, ella sólo se siente enjaulada, atrapada por aquellas cadenas en sus muñecas.

-Despertaste- dice Kagura mientras se contonea caminando hasta el borde de la cama -Naraku dijo que cuando despertaras te preparara...- le quita las cadenas -Te ayudaré a arreglarte

La miko no entendía nada. ¿Naraku la esperaba?, ¿Quería que se arreglara...?, ¿Para él?

Su corazón se aceleró, tenerlo cerca... casi había olvidado que era su prisionera y que seguramente él había cometido alguna atrocidad para hacerla vivir más tiempo, entonces su corazón le dolió. El hombre que tanto ama se convertía en un monstruo, todo por amor a ella... le dolía, muchísimo.

-Levántate y ni trates de escapar, todo el lugar está lleno de yokais y trampas y por si eso fuera poco, él te incrustó un fragmento, no puedes alejarte... te tiene atrapada- la dama de los vientos se cruza de brazos -Sígueme

Ante la advertencia Midoriko no pudo más que caminar tras la yokai hasta el cuarto de baño, muy moderno, pulcro y hermoso, verdaderamente la miko se encontraba en una jaula de oro. Toma una ducha, con la ayuda de Kagura se coloca un bellísimo kimono, tenía pintado un hermoso paisaje de atardecer, era lo más hermoso que la miko había visto desde hacía tanto tiempo. Fue maquillada y perfumada, le entregaron un broche para su cabello con figurillas doradas de golondrinas.

Kagura la condujo por un pasillo, adornado con pétalos blancos, olía a rosas frescas.

Llegaron hasta un salón comedor, enorme, de color marfil, iluminado, divino, todo en aquel lugar era tan hermoso. La de ojos de rubí se retiró cerrando las puertas y dejando a Midoriko sola.

Ella se pasea por todo el salón, la mesa está puesta, deliciosos platillos, manteleria preciosa, cubiertos, platos, copas, todo era bello. Los cuadros mostraban paisajes del Japón feudal.

La araña que colgaba del exquisito techo brillaba imponente.

Midoriko suspiró. Naraku se había esmerado tanto por poseer dinero, siempre le dijo que sería importante para tratarle como la lady que era, ella siempre le aseguró que no le importaban esas cosas.

-Hola- dicen en tono suave tras ella -¿Pasamos a la mesa?- el dueño de aquella voz le ofrece su mano.

Ella se voltea, asiente, le entrega su mano y se deja llevar hasta la mesa, él jala la silla para que ella tome asiento, le acomoda y luego besa su mano para finalmente sentarse frente a ella.

-Naraku...- lo mira con tantas sensaciones distintas en su interior -¿Por qué estoy mejor, qué hiciste...?- los ojos se le cristalizan.

-Shhhhh- toma su copa -Mañana te diré todo, por hoy- sus ojos se vuelven suplicantes -Por favor... finge que el tiempo jamás pasó y que nunca nos separaron, creo que nos lo merecemos...

¿Cómo decir no?
Ella también lo amaba, también deseaba que los malos momentos fueran borrados, quería estar a su lado y quererlo hasta la locura.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora