Tal como te imaginé (Sesshome)

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Narración

-Eres la elegida... te he visto por varios días, no cabe la menor duda, eres la elegida, sé que dibujas por eso coloqué el fragmento en el plumón y reccionó...- la mujer de cabellos negros estaba emocionada no paraba de parlotear.

-No entiendo señora...- la cabeza le daba vueltas a la joven.

Sesshomaru permanecía callado aunque se notaba su descontento.

-Pues verás, comenzaré por el principio, mi nombre es Midoriko, soy una miko- sonrió -Era la protectora de una joya ancestral- Shippo llegó con un viejo libro, Midoriko agradeció y lo abrió, mostró la página en que se veía la ilustración de una perla color rosa -La Perla de Shikon... Nadie sabe realmente como fue que apareció, es una joya poderosa y mágica, capaz de conceder poder o cualquier deseo a quien la posea, desde muchos siglos tanto bestias como humanos han luchado por obtener su poder... pocos logran controlarlo, la perla esconde un secreto, si eres débil puede envolverte en su oscuridad y hacerte cometer las peores atrocidades, la perla promete magia pero solo encuentras muerte. En la época antigua dos familias se levantaron una contra la otra por la joya, terminó en masacre y años sin fin de guerras. Las familias, ya destrozadas, decidieron escoger a una miko para que custodiara la perla y la purificara, así, su oscuridad sería contenida. Ésa miko soy yo, Midoriko, gracias a la perla obtuve longevidad, la cuidé por siglos, de humanos y yokais- sus ojos entristecieron un poco -Pero hace muy poco...- cerró el libro -Un sujeto que busca la perla hace mucho me encontró, casi la roba, en un acto desesperado... partí la perla en miles de fragmentos...

-Hace unos meses hubo una extraña lluvia de meteoritos...- Kagome pensaba en voz alta. 《El día en que mis padres se accidentaron》

-Supongo que lo que viste fueron los fragmentos desperdigandose en todas direcciones- contesta la mujer.

-¿Éso qué tiene que ver conmigo?- pregunta Kagome tratando de comprender y mitigar los recuerdos dolorosos.

-Querida, tú eres descendiente de una de las familias... y por lo que pude comprobar... También eres una miko- caminó hasta la confundida joven, Kagome pedía que todo aquello fuera una gran broma de cámara escondida -Déjame ver el plumón...- extiende su mano.

-Sí- buscó en su bolso, se lo entregó a Midoriko.

-Ummm- lo observa -El poder mágico de un solo fragmento es limitado pero...- observó a Sesshomaru -Tu creación es perfecta, posee el aura de un poderoso yokai y aparentemente vive... no hay errores aunque sí una debilidad...- observó el contenido de tinta -Queda suficiente para un par de dibujos más, te sugiero armas o espadas para tu acompañante- la mueca de desagrado en Taisho se le hizo graciosa a la mujer. Sus ojos café mostraban una suspicacia que al demonio no le gustaba.

-¿Cuál debilidad?- por fin el peli plata hablaba.

-Es simple...- entregó el plumón a Higurashi que escuchaba con atención -Al ser una creación directa de la imaginación de Kagome- señala a la mencionada -Estás ligado a ella, si la chica muere tú igual...

-No estoy interesado en morir, quiero volver al sengoku- lanza siempre con su aire altanero y distante.

-Realmente no tienes lugar al cual regresar, no eres un yokai como Shippo o Kirara... fuiste creado, en pocas palabras, si regresas sería a la imaginación de Kagome, dejarías de existir y volverías a ser solo un dibujo común...- los ojos de la miko se clavaron en el lord.

Para Sesshomaru esas palabras fueron un golpe a su orgullo, estaba atrapado en ésa realidad con ésa chiquilla.

-Aún así tu poder es enorme, parece que fueras un Daiyokai nacido y no creado- 《Quizás... los poderes espirituales de Kagome...》-Si  proteges a tu creadora y logran reunir los fragmentos podrías desear desligarte de Kagome y hasta viajar al sengoku, aunque no sería lo mismo, tu mundo vive en la cabeza de ésta joven- se cruza de brazos.