C 38: Ojos que ven

842 101 12
                                    

Kagome se retuerce de dolor bajo la mano de Hakudoshi cuyos dedos, cual raíces, se han incrustado en la piel de la joven abriéndose paso hasta llegar a su pupila derecha. El costado le sangra a borbotones pero ella agradece ser la herida y no su pequeña Rin.

Rin observa impotente gritando a todo pulmón a su amigo que se detuviera.

¿Cómo llegaron a eso...?
.
.
.
.
Ésa misma mañana, hogar de Naraku

El hombre observa la perla embelesado. Cierra sus ojos, está tan cerca de su cometido, al fin podrá pedirle su deseo a la perla.
Su deseo... era tan simple... Lo que le separó de Midoriko, jamás hubiera pasado.

[Pronto...] resuena en la cabeza del hombre de ojos rojos, la voz ya la conocía, era la perla [Pronto estaré fortalecido y concedere tu deseo Naraku, no te preocupes, tú y tu adorada miko estarán juntos]

El peli negro sonrió.

[Ya sabes lo que debes hacer una vez la perla esté completa...]

-Lo sé...- un ápice de duda apareció -¿Es necesario que sea ella...?

[Es la elegida por mí, su poder espiritual es grande y ya has visto de lo que es capaz su lado oscuro...]

-Pero... ¿Por qué debe...- no pudo terminar de formular la pregunta, apretó los labios.

[Es necesario Naraku, Kagome debe sufrir de la forma más lenta y cruel posible antes de poder ser sacrificada, sólo así su poder será contaminado...] espeta la voz.

-Lo sé, es solo que...

[¿Me desobedeceras estando tan cerca?]

-No- estruja la joya, rechina los dientes.

[Entonces has lo que te pido y ambos nos beneficiaremos]

-Cómo digas Magatsuhi...

El timbre de la puerta suena repetidas veces, deja la joya dentro de un frasco y se dispone a abrir, no hay nadie más en casa que él. Se paraliza al ver a Midoriko frente a si.

-Midoriko...- susurra feliz de tenerla allí.

-Tengo que decirte toda la verdad antes que cometas un error...- sus ojos se ven decididos como antes, como cuando defendía a su hija de quién fuera.
.
.
.
.
-¡Ayame!- grita el anciano líder del grupo de lobos entre arcadas de sangre -Busca al líder del otro clan, Koga...- no pudo seguir más, la sangre lo estaba ahogando.

-¡A-abuelo...!- la pelirroja contiene las lágrimas, contiene su inmenso dolor y corre lo más rápido que puede lejos de su ahora destrozada aldea, todos cuanto le importan han muerto. Si tan solo Koga no se hubiera marchado tan de repente al saber el asunto que su abuelo quería discutir con él.

Los dos sujetos que arrasaron con el clan se mofan de lo sencillo que ha sido, no notan la huida de la pelirroja.
.
.
.
.
Abie trataba de salvar a su madre pero aquel yokai extraño llamado Byakuya la atrapó dentro de una ilusión.

La dama de los vientos usa los cadáveres de los compañeros caídos de la princesa de las aves como marionetas, todos atacan a la madre de la princesa, que no sabe lo que sucede, por estar en la ilusión.

Al salir del trance lo único que queda es sangre y cadáveres, cae de rodillas mordiendo su labios inferior que sangra.

-Mi clan...- se lamenta temblando de rabia.
.
.
.
.
.
Sango está preocupada, ni su hermano ni su padre han ido a casa desde ayer. Camina de un lado a otro mientras Miroku le observa sin saber que decir, él también está preocupado, una sensación extraña le revuelve las entrañas, además... Su maldición está por llegar a su terrible fin.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora