Paréntesis: Un día con Naraku

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Naraku Shadow, mi nombre. El apellido es inventado, una mentira, como casi todo en mí.

Sólo he deseado una cosa en mi vida y se me fue arrebatado, nunca lo superé. Pero la perla me lo dará, tendré aquello que tanto quiero así tenga que destruir al mundo entero.

Soy egoísta por anteponer mis deseos al resto del mundo pero ya una vez traté de ser bueno, traté de ser generoso y me quitaron todo.

Ahora el mundo arderá bajo mis pies y le arrebatare lo que me plazca.
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Hice una trampa para la miko y el daiyokai. Kagura los odia. Ella es una de mis extensiones, la primera que surgió, la dama de los vientos pero también representa mis pasiones. Por tal entiendo que ame de forma tan ferviente, hasta el punto de lo tóxico.

Casi muere, Hakudoshi le ayudó, tuve que asegurarle que al final el objeto de sus amores sería suyo, sólo así se calmó.

Últimamente Hakudoshi me preocupa, se pierde por mucho tiempo, cree que no sé que se escapa, lo sé perfectamente.

Sobre Kikyo, siempre he sabido que está hasta la coronilla del tal Inuyasha, la necesito para que recolecte los fragmentos, luego se puede marchar con él si quiere.
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El plan funcionó, la miko y el yokai tuvieron una fricción, mientras los veía por el espejo, los antiguos recuerdos me asaltaron, Kagura se regocijaba y yo permanecía en silencio.

Hacian lo mismo que yo hace mucho..., sabía estaba mal usarlos como piezas de ajedrez pero no me importa, por obtener lo que deseo haré cualquier cosa, hasta la artimaña más vil. Hakudoshi me mira, se supone que él no siente pero... por un instante pareció que sus ojos transmitían empatia.
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Hoy me trasladé a un hostal en la falda de una montaña a las afueras de Tokio, tendré una breve reunió.

El cómo llegué a ser el alcalde de la ciudad es fácil, extorsionando, mintiendo y pisoteando. Me gusta sentirme poderoso, así nadie se atreverá a quitarme lo que es mío.

Mi asistente, Sara, lee la agenda mientras vamos en el auto, aún es temprano. Me siento nostálgico al ver ése bosque, fue en uno así donde conocí lo que era sentirse completo. Cierro mis ojos, un suspiro se escapa sin que lo pueda contener.

-¿Está bien señor Naraku?- pregunta Sara.

-Cancela lo que sea que deba hacer hoy, me quedaré aquí hasta mañana...- mi vista no se aparta de la ventana.

-Pero... señor, usted ya ha cancelado reuniones y... está atrasado en algunos pendientes...- insiste.

-Necesito a alguien que haga esas cosas por mí...- pienso en voz alta.

-¿Como quién señor?- pregunta mi asistente.

-Olvídalo...- mis ojos no se apartan del follaje.

Kikyo debió haber llegado ya, le dije que se adelantara, uno nunca sabe dónde pueda encontrar un fragmento.

El auto arriba a la entrada, abro la puerta, salgo seguido de Sara.

-¿Qué le digo a los empresarios que esperaban reunirse con usted?

-Diles que enfermé... y quiero que te tomes el día libre, regresa en el auto- camino al vestíbulo del hostal.

Voy a mi cabaña, abro la ventana y aspiro el viento del bosque, hacía tanto tiempo que no lo sentía. Todo me recuerda al pasado.

Me cambio por ropas más cómodas. Veo la silueta de Kikyo alejarse del hostal, debe ser porque sintió algún fragmento.

Unas flores color púrpura me hacen pensar en Hakudoshi, su curiosidad por conocer mi deseo. Sonrío pesado, aveces quisiera abandonar todo, pero estoy cerca de cumplir mi cometido, un último esfuerzo valdrá la pena.

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora