Tal como te imaginé (Sesshome)

C 46: Volverte a conocer

"Hace muchos años atrás un ejército de yokais trató de aniquilar a los humanos, Magatsuhi fue su líder.

Varios monjes fueron masacrados, pero, un grupo de Yokais se compadecieron de la humanidad y ayudaron. Con ellos, la batalla fue ganada.

Magatsuhi murió gracias a Inu no Taisho, un joven y aguerrido yokai, la humanidad quedó en deuda. La paz reinó entre humanos y varios grupos de yokais.

Muchos años después, nació una pequeña, una grandiosa miko (Midoriko). La joven hija de un noble se enamoró del mozo del castillo (Onigumo). El muchacho, al ser descubierto su romance, fue apaleado y casi muerto. Onigumo juró no regresar por Midoriko hasta convertirse en un hombre que estuviera a su altura, se despidió con con beso, una rama de mimbre y una promesa. La chica ante lo sucedido se marchó de su hogar a un templo donde sus dotes de miko florecieron.

Onigumo al salvar a algunas personas de un incendio su cuerpo sufrió heridas graves. Fue cuidado por Kaede, la miko del lugar, al final, los yokai le ofrecieron al joven brindarle poder para recuperar a su amada a cambio de su alma, así nació Naraku.

Naraku buscó a Midoriko por años, hasta encontrarla convertida en una de las más poderosas sacerdotisas. Bajo su cuidado tenía a dos niños, el hijo menor del general perro Inu no Taisho (Inuyasha) y una pequeña huérfana (Kikyo)

Naraku y Midoriko se casaron y... así nació su pequeña hija Kagome.

Como verás, gracias al deseo correcto, la historia cambió un poco pero... hay cosas que no escapan al destino...
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Sengoku, hogar de Naraku, media noche

-Calma cariño- dice el hombre muy nervioso a su esposa.

-Estoy calmada- dice ella bastante relajada -Kikyo llegará junto a Hitomiko para ayudarme, Kagome fue por ellas

-Sí amor- camina de un lado a otro -Trata de respirar y... no entres en pánico...- sudaba como puerco en matadero.

-Cariño- la mujer respira calmada.

-Midoriko...- siente que le falta el aire -Tendrás a nuestro bebe... no lo puedo creer

-Naraku, trata de calmarte

Kagome llega con las otras dos mujeres, asistirán en el parto. Después de un rato el bebe nace, sus padres y hermana están felices, infinitamente felices.

-Bienvenido al mundo Hakudoshi- dice el yokai a su hijo en brazos.

Un nuevo miembro de la familia.

En la mañana los amigos de la pareja llegaron para dar las felicitaciones.
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Nueve años después, primavera, alrededores de la aldea

Kagome recoge flores, se siente tan dichosa, hoy es el cumpleaños de su hermano menor. Excusa perfecta para que Inuyasha llegue a casa, hacía mucho no lo veía puesto que él pasaba con su padre entrenando, no puede evitar su corazón de un vuelco al recordarlo. Se pondrá lo más bonita posible para que al fin note que ha dejado de ser una chiquilla. Cómo deseaba él la notara, le mirara como mujer.

-Lo voy a lograr- dice decidida.

Cuando ha juntado un buen manojo de flores se dispone a irse, escucha un crujido, ramas quebrarse, se asusta, está lista para pelear, aunque no lo parezca, es una híbrida y puede defenderse, sus padres le enseñaron a hacerlo.

-¿Quién anda allí?- pregunta.

Desde los árboles aparece un sujeto, un Daiyokai, ella podía ver a simple vista lo poderoso que era. Tragó grueso. Si él estaba allí con malas intenciones estaba perdida.