C 23: Ejército

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La joven abrió sus ojos de par en par, algo frío le atraviesa el hombro, era el filo de Sounga. Ella ve a Taisho a los ojos.

-Sesshomaru por favor no lo hagas...- la espada es movida a un lado para causarle dolor, ella gime, la sagre brota de la herida -Duele... no lo hagas...- una lágrima se le escapa -Yo te a...- no pudo continuar, la hoja fue sacada con la mayor brusquedad de su hombro, cayó de rodillas, lloró, su pesadilla estaba ante ella.

"¿Si algún día tienes que escoger entre Sounga y yo... a quién escogerías...?"

La respuesta estaba dada, las cartas sobre la mesa, los dados se detuvieron y en cada caso ella perdió, perdió...

Otro dolor punzante en su ya agotado y sofocado cuerpo.

Taisho le atravesó el otro hombro, la punta de aquella espada llegó hasta el suelo escarla. ¡Cuanto dolor...! ¿Por qué sentía que se repetía ése momento?, el sabor del amargo instante sabía a nostalgia, a pasado, sus ojos se clavaron en los sangrientos orbes del hombre que ella quería tanto. Esa mirada gélida, esa indiferencia ante su dolor, esas ansias de matarle.... ¿Por qué ahora parecían tan etéreo todo? Su vida, su pasado, sus orígenes, su mundo entero... era tan incorporeo todo... un pasado violento se negaba a aparecer o... ¿Era ella que lo negaba? 

Sesshomaru se agacha y besa la frente de Higurashi empapada con sangre seca y fresca de aquella lluvia infernal, ella parece ensimismada.

-No debiste haber confiado en él Kagome...- susurra Taisho sonriente -Trata de recordar, sabrás por qué algo entre ustedes estaba condenado al abismo desde el principio...- se dirige a los labios de la joven quien derrama lágrimas y aparentemente no le escucha -Te daré el segundo y último beso que recibirás de él...- la besó mordiendo su labio inferior tan fuerte que un hilo de sangre se resbala -No te preguntaré tus últimas palabras, puedo imaginar cuales son...- saca la espada del hombro de la joven en un solo tirón, ella sólo da un quejido ahogado tratando de mantener el equilibrio y no caer de boca al suelo. 

Una flecha es dirigida a Sesshomaru cuando está a punto de matar a la joven oji azul, la energía maligna le repele, el peli plata mira la dirección de la que provenía. Kikyo había lanzado aquella flecha.

-¿También quieres morir bruja?- frunce el ceño -Te mataré de nuevo, como hace tantos años lo hicieron...

La mujer de ojos café no entendía a lo que se refería.

-¡Inuyasha levántate!- ruega Kikyo.

Esa voz, el híbrido ya sabía de quién era, debía ponerse de pie y ayudarle, ella lo necesitaba. Estruja el mango de Colmillo de acero, agradecía a Kagome por haberla puesto en sus manos.

-¡Bakuryuha...!- ataca Inuyasha.

El ataque da en el cuerpo de Taisho, logra herirlo puesto que estaba desprevenido. Luego del ataque polvo se levanta impidiendo que puedan ver bien. Inuyasha simplemente sintió que alguien le jalaba, se percató que Kirara estaba al frente, subió a su lomo.

-Kikyo y Kagome...- dice para la sombra borrosa que le socorre.

-Ya las ayudaron, tranquilo- contestan.

Él sabía ahora de quien se trataba. Se relajó un poco. Midoriko fue en su auxilio. Gracias a kami fue en su auxilio.

Naraku volaba con las dos mikos. Kikyo miraba a su rescatador con confusión. Creyó que él odiaba a Kagome, ¿Por qué ayudarle?, ¿Por qué las salvó?

Uno de los tentáculos de Naraku sostenía a Kagome que estaba completamente perdida, desorientada, su corazón estaba roto, lloraba como los cielos, lloraba sangre, también escurria el líquido por sus hombros lastimados, las gotas recorren sus brazos hasta la punta de sus dedos y caen hasta el suelo perdiéndose en la espesura. Ya no habían lágrimas en sus ojos. Todo era su culpa, no debió haber dibujado aquella espada, puso la tentación en manos de un adicto ¿Qué esperaba?
¿Que él al final desechara todo lo que ha deseado sólo por ella?

Aún así confiaba en que él  saldría del trance en que Sounga lo hundió, ella lo arrastraria a la realidad, lo salvaría, de éso estaba segura.

Volteó la vista hacia atrás, 《Sesshomaru...》 así sacrificara todo cuanto poseía, ella lo salvaría. Si su destino era morir en sus manos lo aceptaría, después de todo, ella ya se sentía muerta, él le vio con total desdén, indiferencia, frialdad... y... la mató en el alma, no importaba la muerte de la carne. Ya sabía lo que sentía por él. AMOR... solo esperaba que de alguna manera, a pesar de la conexión, él siguiera viviendo aunque ella muriera.

Estaba enamorada, totalmente enamorada, cada mirada, caricia, palabra, convivencia, todo, todo la llevó a ése momento, lo amaba... y le mató el corazón, oh como es de cruel el destino, su amor fue recibido con soberbia.

《Regresaré por ti...》
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Ya estaban muy lejos, cerca de la ciudad, llegaron hasta la tienda de Midoriko. Higurashi se reunió con sus amigos, lloró de alivio, estaba feliz de verlos bien, tan feliz que no reparó en aquel hombre de cabellos como la noche y ojos de rubí que le salvó, se limitó a agradecerle.

Pidió ir por su familia luego que fueron atendidas, a medias, sus heridas. Midoriko dijo que era arriesgado y que irían ella y el llamado "Shadow", Kagome insistió en que no estaría tranquila si no se aseguraba que estaban bien, salió de la tienda seguida de su sensei, vio hacia la montaña, lo que de allí se acercaba le aterro.
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Taisho observa a Inuyasha huir junto a Midoriko y a Kagome y Kikyo ser salvadas por aquel híbrido de ojos rojos. Ya lo conocía, eran enemigos, el padre de aquella miserable humana a quien asesinó hace tantos años. Sonrió, los dejaría irse por ahora, cuando todas las gallinas estuvieran en el gallinero, entonces y sólo entonces les mataría a todos.

En cambio, se centraría en su conquista. Alzó su espada al cielo y la clavó en el suelo sin soltarle.

La tierra tembló, las nubes tronaban, la lluvia de sangre paró.

Un enorme hueco comenzó a formarse, el suelo se agrietaba, llamas ardientes salían de ellas. Sesshomaru sacó la espada del suelo rojo, dio varios pasos hacia atrás.

El hueco se agrandaba más y más, miasma líquido salía a borbotones, las llamas crecieron. Varios cadáveres de yokais e incluso humanos de aspecto samurai comenzaron a salir, la espada de los infiernos llamaba a un ejército igual de infernal. Eran cientos y cientos, tenían un sólo objetivo y casi indestructibles. Una escena que hubiera hecho estremecerse al más rudo. La nube púrpura y carmesí fue aumentando de tamaño, la lluvia escarlata continuó, se movía, donde sea que caían aquellas gotas la vegetación se marchitaba, todo moría. Taisho marchaba hacia la ciudad seguido de su inmesurable ejército, conquistaria ésa ciudad y el mundo entero se arrodillaria ante él. ¿Eran realmente los pensamientos del daiyokai o los de Sounga?

A la entrada de la ciudad las personas vieron atónitas la escena, era algo inverosímil. Corrieron despavoridas. Un ejército de cadáveres se adentraba en la ciudad, una nube que llora sangre sobre ellos y al frente un yokai que parecía la mismísima muerte encarnada.

Kagome pudo ver el cúmulo en el cielo y supo que Taisho se acercaba, un frío le recorre la columna vertebral, pavor.

Continuará...

Aquí su humilde escritora reportandose con otro capítulo....!!!!

Santa macarena....!!!!!

Esto se va a des controlar xD

Me dará un infarto 0~0

Sesshomaru puede dar miedo cuando quiere xD

Qué más pasará?

Sepanlo en el próximo episodio ^-^

Well, me despido, bye....

Tal como te imaginé (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora