Capitulo 25

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Mi cuerpo temblaba levemente, el salón se había convertido en un silencio aterrador.

Quizá si me hubieran advertido desde el principio que todo esto sucedería, si me hubiesen explicado todo lo que me pasaría, me hubiera precavido de todo y no me sentiría de esta manera.

Tal vez si no me hubieran ocultado el secreto de mi naturaleza. Todo sería distinto, me encontraría comenzando nuevas lecciones para aprender a utilizar mis poderes antes de que estos despertaran en mí.

Si todo fuera distinto, no me encontraría de esta manera. Perdida, confundida y sobretodo preocupada por lo que podrá ocurrir.

Mientras podía sentir la mirada de Mercy sobre mí, atenta a cada uno de mis movimientos, expectante a lo que le diga, bajo las manos de mi cabeza lentamente al no sentir dolor sobre esta.

Mi mirada se encuentra con la suya esperando alguna reacción de su parte, pero no dice absolutamente nada permanece callada mirándome.

Sus pasos se aproximan hacia mí, sus ojos me analizan como buscando respuestas a sus preguntas, mi cuerpo permanece quieto, esperando cualquier movimiento de ella.

-¿Qué ocurrió para que gritaras de esa manera, Alice...?- pregunta, frunciendo el ceño.

-Él me vio- susurró apenas audible.

-¿Quién?- pregunta nuevamente, descolocada.

Mi vista se fija en sus ojos, y pequeños flashback vuelven a mi mente, cada uno más claro que el otro, las voces, las personas, el lugar, absolutamente todo podía oírse con claridad.

Flashback

-Ya casi es la hora- comenté con voz ronca, para luego sonreír tiernamente.

Su sonrisa era exactamente la misma que la mía.

Dió un paso hacía atrás anonadado por lo que veía.

-¿A qué te refieres?- preguntó desconcertado.

Sonreí.

-Ya lo verás- respondí- nos estaremos viendo- avisé para así marcharme sin dejar rastro.

-¡No!- escuché a lo lejos como gritaba, para luego colocar sus manos sobre su cabeza.

Fin del flashback

Su mirada seguía fija en mis ojos, no sabía lo que había logrado hacer, sentía que ella podía ver a través de mis ojos lo que yo misma veía.

Su mirada era inexpresiva no podía ver ningún sentimiento dentro de ella.

-Esto es malo- respondió, pasando su mano por su nuca nerviosamente- muy malo- volvió a repetir esta vez mirándome.

-¿Qué ocurre?- pregunté desconcertada.

-Solo desea que no le cuente a nadie sobre ti- me advirtió- porque sino esto será realmente peligroso- espetó aterrada.

 ¿Qué pasaría si el me recordara?

Había soñado con mi supuesto padre, el rey más temido de todos, el más poderoso, al que le habían borrado todo rastro de su memoria que tuviera que ver conmigo.

Quizás con ese sueño podría recordarme, o quizás olvidarme aún más si fuera posible.

La inseguridad rondaba en mi, no sabía que ocurriría al verlos de frente, quizás debía ocultar mi identidad ante ellos incluso la princesa, o luchar y tener posibilidades de ganar o perder.

-¿Qué podría ocurrir?- me animo a preguntar rompiendo el silencio.

-Vendrán a buscarte y te mataran- respondió, mirándome severamente.

Aquella respuesta logró descolocarme, mis ojos expresaban ira, el solo hecho de pensar que podrían matarme me enfurecía.

Debería sentirme aterrada no enfadada, cada momento que pasaba lograba sorprenderme de mi misma al no sentir pánico en lo absoluto, pues cualquiera que estuviera en mi lugar se encontraría aterrado.

Al contrario en mi, nunca sentí miedo, solo me limite a arriesgarme y seguir mis impulsos.

Un segundo a otro recordé las ventanas y la mire nerviosa.

-¿Qué haremos para limpiar este desastre?- pregunte rápidamente mirando el suelo.

-Vete a dormir que de esto me encargo yo- respondió suavemente.

Iba a negarme pero al ver su mirada decidí hacerle caso y dirigirme hacía la habitación.

Todo estaba sucediendo demasiado rápido, cada día que pasaba mi cuerpo se cansaba aún más, necesitaba descansar y alejarme de los problemas por unas horas.

Me dirigí hacía el baño para refrescarme el rostro, no recordaba en qué momento había comenzado a sudar.

Mis manos temblaban levemente, mi cabello se encontraba de color negro, un color demasiado oscuro, mis ojos estaban de un color verde pero en estos había algo extraño.

De mis pupilas salían flechas y alrededor de mis ojos se encontraban números romanos, estos indican el tiempo, como si lo estuvieran contando, lo cual me sorprendió.

-¿Qué jodida broma es esta?- murmuro estupefacta.

Nunca me había sucedido nada como esto, nunca.

Mi mirada se centraba en mis ojos a través del reflejo del espejo provocando que mi respiración se acelerara aún más rápido al notar como la aguja del reloj se movía lentamente.

Contando el tiempo que quedaba antes de que todo comenzara.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora