Capitulo 42

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Cada persona tiene sus demonios en su interior, ya sea emociones o un recuerdo que le atormenta.

Pero, ¿Qué pasaría si mis demonios fueran reales y habitaran dentro de mí, esperando el momento indicado para salir?

¿Qué sucedería si los dejara salir?

Cuando te encuentras mentalmente cansada, agotada por todo lo que sucede a tu alrededor, estos van adueñándose de tu cuerpo, haciéndose cada vez más fuertes y controlando cada extremidad de ti.

¿En qué me convertiría?

Podía sentir cómo cada célula de mi cuerpo se cubría de fuego, sentía como mi enojo aumentaba a medida que me encontraba cerca de casa, mis manos temblaban a causa de las pequeñas descargas eléctricas que sentía en estas.

-Debes controlarte, princesa- comienzan a murmurar con preocupación.

-¿Quién eres?- me atrevo a preguntar entre temblores.

-Todo a su tiempo- responde una de las voces.

¿Podría detenerme una vez que los dejara salir?

Un suspiro cargado de dolor escapó de mis labios al encontrarme dentro de mi casa, podía sentir como punzadas atravesaban mi pecho como si estas fueran dagas y quisieran acabar con mi corazón.

-¿Qué sucederá a partir de ahora?- temí por la respuesta.

Mis pasos se apresuraron a llegar hasta el salón donde quizás se encontraba Mercy.

Intentaba mantener el control sobre mi cuerpo, sentía como uñas me desgarraban mi interior queriendo salir de mi, mis oídos podían sentir el inminente movimiento de mi corazón.

Cada parte de mi cuerpo se inmovilizó al encontrarme a Ethan junto a Mercy, hablando animadamente.

-¿Debía de decidir de qué lado estar?- me pregunté observandolos sin que supieran de mi presencia.

-Deberías hacerlo, antes de que el verdadero infierno comience- vuelven a susurrar en mi mente.

Un silencio intenso rodeó nuestro alrededor, mis ojos observaban cada uno de sus movimientos, ambos al verme se sorprendieron, intercambiaron una mirada rápida antes de levantarse para dirigirse hacia donde me encontraba.

Mis párpados se cerraron fuertemente al sentir una nueva punzada sobre mi pecho, ahogándome, podía percibir la preocupación de Mercy al observarme en aquel estado.

-¿Alice?- escuché de lejos la voz de Mercy, preocupada.

Abrí mis ojos lentamente, encontrándome con los rostros sorprendidos de Mercy e Ethan, este último se encontraba observando aterrorizado.

-Quiero que nos vayamos ahora- mi voz salía más ronca de lo habitual provocando un leve temblor sobre el suelo.

-¿Qué?- preguntó sorprendida.

-Quiero- volví a repetir sintiendo como mis ojos cambiaban- que- mi voz se tornó aguda- nos- me acerque lentamente hacía ella- vayamos- un extraño líquido resbaló lentamente sobre mis mejillas- ¡ahora!- grité posando mis manos rápidamente sobre mis oídos, sintiendo un dolor agudo dentro de estos.

-¡Alice!- exclamó Ethan, intentando acercarse a mí.

-¡No!- grité cayendo de rodillas sobre el suelo, luchando para no permitir que ellos me ganaran.

-¡Aléjate!- grité nuevamente levantándome con brusquedad.

Un fuerte gruñido se escuchó sobre todo el lugar, proveniente de lo más profundo de mi garganta, asustando a mis acompañantes y ocasionando que las ventanas vibren.

Llevé mis manos rápidamente hacía mi rostro, y al observarlas me encontré con un gran rastro de sangre sobre mis mejillas.

Unos brazos fuertes me rodearon levantándome lentamente, intentando no lastimarme.

Podía sentir el eco de algunas voces a mí alrededor, pero me era imposible poder comprender lo que decían, un suspiro salió de mis labios antes de caer en un profundo sueño.

*******

POV. Cassandra.

Mis dedos se movían rápidamente al compás de la melodía que provenía del piano que se yacía en el salón que acostumbraba a utilizar cada noche para desahogándome.

Las teclas se hacían una bajo el tacto de mis dedos, mis párpados se encontraban cerrados, hipnotizados por la melodía que se escuchaba.

Una imagen apareció en mis pensamientos, sorprendiéndome, en esta se encontraba una chica levemente inclinada con sus brazos posados sobre una estantería con libros dentro.

Me encontraba absorta en su rostro intentando reconocer de quién se trataba, cuando de un momento a otro, levantó su mirada, observando maliciosamente.

Era la joven con la que siempre me encontraba en mis sueños, la chica que siempre me decía que muy pronto nos veríamos.

Un escalofrío escaló por cada extremidad de mi cuerpo ante su mirada mordaz.

-Ella está por llegar- susurró antes de desaparecer ante mi vista.

Dejando una gran confusión ante mí.

-¿Quién está por llegar?- pregunté ante el silencio.

-Te esperaré...

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora