POV. Cassandra.
Hoy era el día en el que la Luna Roja se posará sobre el cielo, anunciando la hora en el que algo poderoso se avecina, al caer la noche miles de seres de distintas razas comenzarán a despertar revolucionando cada lugar en el que se encuentren.
La noche que marcaría el comienzo de algo extraordinario y el final de algo realmente aterrador, sería el comienzo de una nueva era en donde la felicidad llegaría a manos de todos, esto haría estallar una gran guerra entre todos los más poderosos seres.
-¿De qué sirve tener poder si no tienes felicidad?- me pregunté.
El aire a mi alrededor era tenso, el cielo se encontraba cubierto de colores claros mezclándose entre si logrando un hermoso paisaje, digno de una obra de arte tan perfecta y completamente natural.
El tenue murmullo de cada persona que se encontraba fuera del Palacio llegaba a mis oídos.
Pequeños suspiros se escapaban de mis labios.
-¿Qué sucedería al caer la noche?- me volvía a preguntar.
Algo en mi interior se removía al saber que tan solo unas horas faltaban para que la Luna se posara sobre el cielo, anunciando su llegada ante todos.
-Ella está a punto de llegar- susurraron a mí alrededor.
********
-¿Te encuentras bien, cariño?- escuché la voz de mi esposo a mi lado, dirigí mi mirada hacía él encontrando su rostro preocupado.
-Claro que sí, querido- respondí besando tiernamente su mejilla, presintiendo en mi interior que algo ocurriría.
Nos encontrábamos frente a cientos de personas a nuestro alrededor a la espera de la gran Luna, el lugar se encontraba repleto de murmullos expectantes a lo que sucederá, mi corazón comenzaba a acelerarse cada minuto que pasaba.
El cielo comenzaba a ser invadido por una luz roja, tan roja como la sangre, llamativa, escalofriante.
Las puertas del Palacio se abrieron, captando nuestra atención.
Unos fuertes pasos comenzaron a escucharse, ante mi presencia apareció la figura de una joven esbelta, llevaba un vestido rojo, su cabello caía en ondas sobre sus hombros, un largo cabello negro, su rostro era increíblemente perfecto, su belleza relucía sobre todo el lugar llamando la atención de los presentes.
Sus enormes ojos grises eran tan llamativos como dos perlas, increíblemente parecidos a los míos. Su cuerpo emanaba un aura oscura, poderosa, pero a su vez brillante, lleno de luz, su rostro se encontraba serio, sus facciones eran tensas, su mirada se dirigió hacía cada uno de los presentes, recorriendo la mirada por cada una de las personas encontrándose con la nuestra.
Sus ojos me observaban atentamente, analizándome, sus pasos comenzaron a dirigirse hacia donde me encontraba, un leve escalofrío recorrió mi espalda, nuestros cuerpos se encontraban a tan solo unos pasos de distancia.
-Buenas noches- habló, su voz era suave, dura. Cada uno de los presentes se encontraba atónito ante su presencia, una sensación de calidez comenzó a inundar mi pecho, presentía que la conocía, desde hace tiempo.
-¿Quién eres?- pregunté con voz aguda, al observar como esta permanecía en silencio.
-Alice- respondió seria.
La miré sin comprender.
-¿Qué es lo que quieres de mí?- mi respiración se encontraba alterada.
Esta río levemente mientras me observaba con ternura, mi mirada se dirigió hacia su espléndido vestido blanco, este terminaba en pequeñas pedrerías brillantes de un azul intenso.
-Quiero que recuerdes- se aproximó- quiero que me recuerdes- añadió.
-¿Qué?- pregunté abrumada.
-No olvides mi nombre- pidió sonriendo- no debes contarle a nadie que me viste, exceptuando a él- giró caminando hacía la puerta.
La observé consternada.
-Nos veremos- giró para observarme- madre- y todo se volvió oscuro.
Mis párpados se abrieron abruptamente al recordar aquellos ojos grises en mi sueño, sus ojos eran parecidos a los que había soñado, mi respiración comenzaba a entrecortarse al notarlo.
-Buenas noches- respondí alzando la voz- ¿Quién eres?- pregunté observando a las personas que se encontraban detrás de su cuerpo, mi mirada se dirigió a su rostro esperando su respuesta.
-Alice- la observé sorprendida, ella no era la joven que aparecía en mis sueños- Una nueva visitante- sonrió. Pude notar como el cuerpo de Alisson se tensaba a mi lado, estaba enojada, lo sabía.
-No necesitamos más personas en este lugar- la voz de mi hija se hizo presente causando un leve desagrado en mi interior.
Una risa sarcástica por parte de Alice logró exaltar a algunas personas que se encontraban presenciando la escena.
-Le estaba hablando a la reina- respondió fría, sonriendo- no te he hablado a ti- la miró con desprecio.
-Soy la princesa- respondió Alisson- debes respetarme- se encontraban en una guerra de palabras, ninguna daría por terminada la conversación.
-No me importa quien seas- dijo, observando como si supiera lo que diría, su presencia emanaba peligro, protección, calidez.
La sangre fluía por mi cuerpo lentamente, mi interior de removía ante sus mirada sobre mi, mi pecho ardía
-¿Qué me sucedía?- me volví a preguntar.
ESTÁS LEYENDO
La Elegida
Vampiros«Eres nuestra reina» «El momento está llegando» Susurros y pesadillas constantemente, me mantenían confundida y asustada. Sabía que algo se avecina, pero algo muy malo. «Nuestro futuro está en tus manos» «Ya es la hora mi niña» «No tengas miedo...