Capitulo 75 (7/12)

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POV. Alice Camberleck.

Pequeñas tiendas se encontraban a mí alrededor, los niños corrían con mucha euforia. Ver sus rostros iluminados al ver a sus padres creaba una inmensa admiración en mi interior, el saber que podrían crecer junto a su verdadera familia, estar a su lado toda la eternidad, causaba una enorme tristeza en mi corazón al recordar que mi vida no había sido de esa manera.

-¿En donde se encontraban mis antiguos padres, los que me observaron crecer día a día, que había sucedido con ellos, por qué habían desaparecido?

Mis ojos divisaron una pequeña casa completamente aislada de todas las personas, causando mi mera curiosidad.

Mis pasos se dirigieron hacía su dirección tocando suavemente su puerta, mi corazón latía pausadamente al escuchar unos lentos pasos detrás de esta.

Mi respiración paró abruptamente al encontrar frente a mí a un anciano observando mi rostro con curiosidad.

-Buenas tardes- murmuré sin saber que decir- Lamento el momento inoportuno, solamente quería saber quien vivía por este lugar- comenté ganando un altivo de diversión en sus ojos.

El hombre se alejó de su puerta retrocediendo algunos pasos hacia el interior de su casa, haciendo una pequeña reverencia con su mano, invitándome a pasar.

-Puedes pasar, niña- respondió sonriendo- Eres bienvenida en mi hogar- su presencia emanaba un aura cariñosa, nada en el emanaba amenaza, en lo absoluto.

-Por dios- murmuré asombrada- ¡Tu hogar es precioso!- giré a observar, su cuerpo se encontraba reposado sobre un gran sillón, con su mano palmeó el asiento a su lado.

-Oh- respondí- Lo lamento, soy Alice, un placer- me presenté sonriendo.

-Muchas gracias, mi nombre es Steven, el placer es todo mío- respondió, observando como un gran suspiro se escapó de mis labios al sentarme- Me alegra que te haya gustado.

-Lamento haber aparecido de esta manera- me disculpé analizando su rostro, pequeñas arrugas se esparcen a lo ancho de sus ojos, sus labios se encontraban en una pequeña sonrisa, me sentía extrañamente cómoda junto a él- No comprendo por qué me dirigí hacia aquí, supongo que soy una persona demasiado curiosa- me reí de mis propias palabras.

-No debes de disculparte, querida- entrelazo sus manos girándose levemente para observarme- Hay algo en ti que llama mi atención- expresó.

-¿Cómo?

-Tus ojos me expresan que eres una persona extraordinaria- respondió sorprendiéndome- Pero algo en ellos inquieta tu interior, tienes una lucha en tu mente ¿No es así?- preguntó, un pequeño nudo comenzaba a formarse en mi garganta al notar en sus ojos la bondad, me encontraba frente a una persona la cual expresaba sus emociones ante mi sin tener miedo a lo que podría suceder, estaba confiando en mi.

Suspiré dudando en hablar- No comprendo que me sucede, temo decepcionar a muchas personas y causarles sufrimiento- admití.

-¿Temes equivocarte en tus decisiones?- preguntó- Déjame decirte una cosa, no debes de temer a equivocarte porque esto es parte de la vida, parte de crecer. No podrás remediar tus errores por que estos son parte de ti y a su vez dejarán una enseñanza en tu vida. Aprenderás a base de errores, las equivocaciones son solamente un ligero empujón que debes de enfrentar para aprender.

-Pero... ¿Qué sucedería si esto le costará sufrir a demás personas?- pregunté recordando a Alexander.

-¿Te encuentras enamorada?- preguntó abruptamente. Mis ojos se abrieron sorprendidos.

-¿Qué?- murmuré sorprendida- ¡Claro que no!- me exalté nerviosa.

-Tus palabras dicen algo pero tu mirada dice otra cosa- respondió.

-No es cierto- susurré sin saber qué responder.

-Te daré un consejo, niña- murmuró la voz cansada del anciano- todo en esta vida tiene un propósito, el amor es uno de ellos, este tiene uno y es hacerte feliz. Pero esto no significa que siempre lo serás, no temas al dolor que te encontrarás en el camino; cada cosa que sucede tiene un por qué y tu vida también lo tiene- sus grandes ojos me observaban entre pequeños lentes, el gris se contrastaba entre la pequeña luz que detalla su lente- No temas a entregar tu corazón nuevamente, aprenderás a amar de diferentes maneras, te tocará patalear a mitad del camino inclusive te toparas con circunstancias malditamente complicadas, pero saldrás adelante.

-¿Te preguntas como un viejo podría decirte esto? Porque al ver tus ojos puedo encontrar tu alma desbordada, el miedo se encuentra en tu corazón creando barreras, te han roto el corazón. Has caído en las redes del amor, te enamoraste como nunca antes. Pero ¿Qué sucede ahora? Llega un hombre realmente desconocido ante ti, haciéndote sentir emociones fuertes, jamás reconocidas y en verdad está sucediendo, a veces no es necesario enamorarte de alguien al conocerlo. Simplemente basta una simple mirada, una sonrisa, para escapar un suspiro lleno de esperanzas.

-Déjame decirte una última cosa antes de que te vayas... Jamás permitas que el temor recubra tu corazón, que invada tu cuerpo. Porque no hay peor enemigo que el miedo. Permítete sentir, enamorarte, desear.

-Steven- murmuré sintiendo mis ojos picar a causa de las lágrimas, sus palabras habían logrado entrar en mí creando esperanzas.

-Escucha lo que te diré, pequeña- sonrió- Nunca dejes que te subestimen, que te lastimen y nunca pretendas ser quien no eres para complacer a alguien- su rostro se mostraba serio- ¡Nunca!

-Gracias- agradecí envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo, posando mi rostro entre su cuello, sintiéndome extrañamente cómoda.

-Te encontrarás con situaciones desbordantes y deberás pensar de manera egoísta, no importa cuanto elijas la felicidad de las demás personas antes que la tuya. Deberás pensar en ti muchas veces, por que tu bienestar es la luz de los demás, no olvides que tu también tienes derecho a la felicidad, no permitas que el dolor maneje tus emociones por qué estarás acabada- acarició mi cabello de manera suave, expresando su inmenso cariño.

-Pasaré a verle más seguido- quité las lágrimas de mis mejillas mientras sonreía- No me olvide.

-Será imposible que eso suceda, madame- reí por su apodo- Te esperaré, cuando sientas que necesitas de un respiro no olvides donde me encuentro- asentí emocionada.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora