Capitulo 63 (Parte 3/3)

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POV. Alice Camberleck.

-Sí- murmuré agobiada ante los recuerdos- pero a veces nuestro amor no es lo suficiente para la persona, quizá no es lo suficientemente fuerte para permanecer a su lado- giré mi rostro observando como el agua traslucía ante el brillo que emanaba el cielo.

-El amor no trata de cuan suficiente debes de ser para una persona, el amor no se mide en cantidades- respondió- no puedes dejar que los recuerdos te ahoguen en la infinita amargura.

-Las almas gemelas- murmuré sin previo aviso.

-¿Qué?- me dijo sorprendido ante mis palabras.

-Las almas gemelas- volví a repetir- cuando dos personas están destinadas a pasar la eternidad unidas, el amor comienza a crecer envolviendolas, creando una barrera a su alrededor siendo imposible poder separarse, sus almas se entrelazan siendo una; ni el propio destino podría separar sus caminos- comenté, sumergiéndome entre sus pupilas.

-Cuando la encuentras lo sientes, tu corazón comienza un ritmo constante, tu respiración se acelera, tu pecho se comprime; no lo comprendes pero lo sientes, sus almas se llaman, sus corazones reclaman por unirse por primera vez, cuando sus miradas se funden con la otra se pierden en un infinito recóndito, tus manos sudan y es en ese instante en el que sientes que todo cambiará, para siempre- murmuró observando por una milésima de segundo mis labios.

-Alexander- murmuré alterada- debemos volver- mi cuerpo reaccionó rápidamente alejándose, mi piel se estremeció al impregnar el tenue aire sobre mis piernas que yacían alejadas del agua.

-Debemos- asintió comenzando a levantarse para luego quedar a tan solo unos centímetros de mi- te acompañaré- susurró respirando suavemente sobre mis labios, mi pulso se encontraba acelerado, asentí extasiada, alternando mi mirada entre sus labios y sus ojos que se encontraban en la misma situación.

Carraspeé levemente retrocediendo, comenzando a emprender viaje hasta el Palacio, abrumada ante todo lo que había ocasionado en mí.

¿Qué había sucedido?

************

POV. Mercy.

Me encontraba a un lado de Ethan, observando en la lejanía a Cassandra sumergida en sus pensamientos.

-Mercy- habló Ethan a mi lado- ¿Qué sucede?

-Comenzarán a sufrir y tendrán que pagar el precio de la oscuridad que habita en sus corazones, tendrán que sufrir para entender el verdadero significado del amor, y esto recién está comenzando.

-¿Alice también sufrirá?- preguntó con el miedo reflejado en lo más profundo de sus ojos.

-Me temo que sí- asentí suspirando levemente- tendrá que pagar el precio de la ignorancia y el mismísimo trato de sus padres hacía ella.

-¿Valdrá sufrir por alguien que no conoces, pero a su misma vez crea infinitas galaxias de amor en tu interior?- volvió a preguntar, sus ojos eran un misterio ante mí, queriendo revelar su mayor secreto, temiendo ser descubierto; lo observé agobiada ante aquella pregunta.

-Claro que sí- exclamé exaltada- vale la pena sufrir para saber el verdadero significado del amor; aprenderás a amar cuando sepas sobrellevar el sufrimiento- acaricié su mejilla- porque no hay amor sin sufrimiento, este es parte de la vida, aprenderás a base de golpes, y el sufrimiento será tu más grande contrincante- finalice sonriendo.

-Porque el amor es nuestra única fe- murmuramos a la misma vez, sumergiéndonos ante un sin fin de emociones; el amor.

-¿Qué es lo que me haces sentir Ethan?

************

POV. Alice Camberleck.

-Alice- murmuraron a mi lado, gire mi mirada hacía Alexander quién me observaba confundido- ¿Te encuentras bien?- preguntó de manera suave.

-Sí- murmuré extasiada ante su cercanía.

Podía notar como sus músculos se tensaban ante cada movimiento brusco, su mirada detalla cada extremo del camino asegurándose de que todo estuviera en orden.

Mi cuerpo se paralizó al encontrar a tan solo unos metros de mí la presencia de Cassandra que me observaba aliviada, su rostro se encontraba fruncido expresando preocupación; aquello había provocado que mi pecho se comprimiera al recordar lo que había sucedido horas atrás.

-¿Qué quieres de mi, Cassandra?

-Mercy- murmuré.

-Alice- susurró- ¿Dónde te encontrabas?- preguntó observando detrás de mí.

Alexander.

-Necesito tu ayuda- respondí ignorando su pregunta.

Un leve suspiro se escapó de mis labios mientras comenzábamos a caminar hacía el Palacio.

**********

-¡¿Cómo es posible?!- exclamó aterrorizada observando la gran herida que yacía sobre mi pierna.

Mi cuerpo se tensó ante su mirada.

-Alice- murmuró observando mi rostro, un extenso silencio comenzaba a ser presente en la habitación.- Esto es grave- añadió.

-¿Qué hacemos?- pregunté observando como gran parte de mi muslo comenzaba a adoptar un color morado.

-Conozco alguien que podría ayudarte- respondió- pero no te gustará saber quién puede ser- carraspeo.

-¿Quién?- volví a preguntar confundida- Mercy- le llamé al no notar alguna respuesta de su parte.

-Cassandra- susurró audiblemente- ella es la indicada para sanarte- comentó esperando alguna reacción de mi parte.

-¿Qué?- murmuré abatida.

Un incómodo silencio se hizo presente entre ambas, envolviéndonos ante nuestros pensamientos.

-Alice, ella es tu única opción; es bastante arriesgado que tengas esta herida- su voz se torno seria.

Mis vellos se erizaron ante la idea de estar a solas junto a mi verdadera madre.

-Bien- acepté rendida.

-¿Estás segura, Alice?- preguntó sorprendida, asentí pensando en no arrepentirme de mi decisión.

Una extraña sensación comenzaba a ser presente en mi pecho al observar como se dirigía a paso apresurado hacía la puerta, mi pulso se encontraba acelerado.

Cassandra.

Lo minutos pasaban y cada extremidad de mi cuerpo temblaba ante la espera de su presencia, ¿Por qué el destino se empeñaba en juntarlas constantemente?

Me encontraba perdida en mis pensamientos cuando un leve ruido logra llamar por completo mi atención, ante mi se encontraba Cassandra observando mi rostro preocupada, nuestras miradas se encontraban conectadas, ninguna era capaz de apartarla.

Nuevamente el silencio comenzaba a envolvernos, este era realmente incómodo.

-Puedes pasar- hablé intentando normalizar mi respiración, asintió entrando por completo mientras cerraba con disimulo la puerta, podía sentir cada parte de su cuerpo tensa ante mí.

Su mirada aún se encontraba posada en mi rostro mientras lentamente descendía hacía mi pierna, observando aterrada la grave herida.

-¿Qué ha sucedido?- preguntó.

-Alisson- murmuré llamando su atención, sus ojos se oscurecieron- ella ocasionó la herida en mi.

-No puede ser- susurró agobiada, posando suavemente su mano sobre la herida, provocando que mis ojos se cerrasen rápidamente a causa del dolor.

-Madre...

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora