Capitulo 70 (2/12)

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-¿Qué intentas decirme?- pregunté observando su cuerpo a mi lado.

-Lo que intento decirte, es que el tiempo se acaba- suspiró posando su mano sobre su cuello- cuando la Luna desaparezca anunciando la hora de un nuevo comienzo. Tú cambiarás, tu aspecto volverá a ser el real y tendrás que presentarte ante todos, asumiendo las consecuencias que esto conlleve- cerró sus ojos- tienes poco tiempo, Alice, en menos de un mes tendrás que estar preparada para todo lo que ocurrirá.

-¿Qué ocurrirá?

-Una guerra se desatará, tú tendrás que decidir en que lado te quedarás- respondió Gea con dolor- deberás elegir entre el bien o el mal, solo recuerda que con tan solo una decisión basta con cambiar el rumbo de absolutamente todo a nuestro alrededor.

-¿Qué sucederá con todos aquí?- mordí mi labio inferior, temerosa.

-El destino es incierto, solo tú tienes la decisión de qué hacer. Tus acciones definirán todo a nuestro alrededor, tú eres nuestra única oportunidad de ser feliz, no olvides jamás dejar de ser quien eres- hizo una pequeña mueca con sus labios- No olvides tu felicidad, lucha por ti, por todos.

-¿Y si nunca encuentro mi felicidad?- suspiré.

-Lo harás- acaricia mi cabello- Te encuentras realmente cerca de tu felicidad, pequeña.

Un leve presentimiento se instalaba en mi pecho, alertando mis instintos.

Los sueños.

-Gea- murmuré consternada.

-¿Qué sucede?- me observó preocupada.

-¿Qué significan mis sueños?- pregunté, decidida a averiguar sus respuestas.

-Premoniciones- respondió dulcemente- tienes el don de sucedera en el futuro- la observé en silencio.

-Madre- susurré en mi interior- mis sueños van más allá del futuro.

-¿A qué te refieres, Alice?

-Puedo presentir la muerte de las personas a través de mis sueños, el dolor, la tristeza; todo se mezcla en mi interior acechándome sin piedad.

-Alice-leves suspiros se escapan de sus labios- tienes que saber algo.

Mi pulso se aceleró golpeando sin piedad mi pecho.

-¿Qué sucede?

-Tienes sangre de Banshee recorriendo tus venas- me sobresalte - sangre pura, eres parte de su linaje.

-¿Qué?- susurré levantándome de mi asiento- ¿Cómo es posible?- sus ojos expresaban cariño.

-Tus abuelas son descendientes de Banshee, sabía que ocurriría no pude evitarlo- se disculpó intentando acercarse.

-¿Por qué?- susurros sin sentidos se escapan de mis labios, al intentar pronunciar mis palabras.

-Debía de hacerlo, era lo que dictaba la profecía, Alice, lo valía- posó su mano sobre mi hombro.

-Necesito estar sola- alejé mi cuerpo lentamente, mientras sus palabras se clavaban como puñales sobre mi pecho.

-Banshee.

-Era una descendiente de las Banshee.

****

-¡Alice, tu puedes!- gritó creando pequeños remolinos de viento a mi alrededor.

La observé enfadada, mis manos ardían a causa del fuego que se instalaba en ellas. Podía sentir como mi interior era sucumbido por fuertes descargas eléctricas.

-¡Presta atención, maldición!- alzó su voz nuevamente- ¡Atácame!

-¡No puedo hacerte daño, Mercy!- grité repleta de ira, sus ojos se aclararon y podría jurar que todo su cuerpo comenzaba a cambiar, envolviéndose en una nube de electricidad.

-¿Qué sucede?- sonrió cínica- ¿Tienes miedo de ser una cobarde?- rió seca.

Le devolví la mirada, enfadada.

Algo en mi interior comenzaba a arder, el enfado crecía sin ningún consentimiento, preparándome para la peor versión de mí.

-¡Cállate!- grité observando como se preparaba para lanzarme grandes esferas repletas de electricidad.

-¡Hazlo, Alice, lucha contra mi poder!- mi respiración se aceleró- ¡No temas, tus padres no te recuerdan para sentirse decepcionados de ti!- todo a mi alrededor se hallaba en silencio, el suelo comenzaba a temblar bajo mi cuerpo.

-Déjanos hacerle daño.

-Hazlo.

-¡No hables de ellos!- grité, escuchando voces a mi alrededor, queriendo salir.

-¡Mírate!- rió de manera continúa, lanzando sobre mi esferas de color gris, mi cuerpo actuaba como reflejo logrando esquivar sin problema- defendiendo a personas que nunca te querran- y en ese mismo momento pude sentirlo.

Había explotado, los árboles se sacudían entre sí con una fuerte violencia, atacando.

Mi cuerpo era absorbido por un aura oscura. Grandes esferas se formaban entre mis manos con gran magnitud, mis ojos se encontraban tan negros como la mismísima oscuridad.

Mi mente se encontraba en blanco, podía sentir como la ira dominaba cada extremidad de mi cuerpo, lanzando esferas repletas de fuego hacia su dirección.

Su cuerpo se deslizaba de un lado a otro sorprendida de mi fuerza.

Un fuerte golpe sobre mi estómago logró derribarme unos cuantos centímetros, mis párpados se cerraron a causa del impacto. Sus ojos observaban cada uno de mis movimientos, intentando no revelar sus expresiones.

Un fuerte gruñido se escapó de lo más profundo de mi garganta, logrando estremecerme. Impulsando cada vez más esferas a nuestro alrededor con el fin de lastimarle. Ella las devolvía con fuerza, alcé mis manos hacia su dirección deteniendo el tiempo, mi corazón latía aceleradamente sorprendido por lo que acababa de suceder.

Logré estabilizarme siendo impulsaba por mis piernas, sus ojos expresaban el terror en cada uno de mis movimientos.

Un fuerte suspiro se escapó de mis labios al volver el tiempo a su tiempo inicial, atacando su pierna con una gran esfera de hielo, logrando que cayera sobre el suelo.
Mercy me devolvió el golpe lanzando una enorme daga repleta de electricidad, fallando en el intento.

Me encontraba preparada para lanzarle una enorme luz repleta de fuego, cuando un extraño recuerdo atacó mis sentidos dejándome perpleja.

-¿Qué piensas sobre el amor, cariño?

-¡Mamá!

-Alice, estaré junto a ti toda la eternidad.

-Le temo al amor.

-No quiero sufrir más, Alice.

-Por favor haz que pare todo esto.

Mis ojos se inundaron de lágrimas al recordar.

Algo no estaba bien...

-¡Ethan!- grité desesperada temiendo que algo le ocurriera.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora