La Elegida

Capitulo 30

-Conforme pasaba el tiempo la fuerza de la niña crecía incontrolablemente, su poder se desarrollaba de una manera increíble, aún creciendo dentro del vientre de su madre podía controlar el clima sin siquiera darse cuenta.

Mi mirada perdida en algún punto desconocido me hacía perder en mis pensamientos, imaginando un bebé creciendo con un extraño poder.

>>Solo un hijo de Gea existiría, uno en millones de siglos, la diosa estaba completamente segura de todo lo que sucedería, pues se sentía orgullosa al crear una chica con un poder único e increíble, un poder inigualable, sabía que una parte de la niña tendría maldad y a su vez una pureza asombrosa- sigue relatando.

-¿Cómo podría sentirse orgullosa de mi?- interrumpi sus palabras.

Su mirada me analiza en silencio.

-Porque eres maravillosa, Alice. Pero tú no lo notas.

-Hasta hace poco tiempo creía ser una persona relativamente normal, Mercy. Dime tú...¿Cómo reaccionarías si toda tu vida fuera un simple telón?

-Se que esos pensamientos son los únicos que rondan por tu mente. La vida da giros inesperados, eres tú quien debe decidir que hacer con sus decisiones- me responde.

-¿Cuánto poder tendría?- cambio de tema, queriendo ignorar lo imposible.

-Tendría el poder de controlar los elementos, fuego, tierra, agua y aire. También tendría el poder de transformarse en un lobo, una bruja y en un vampiro. Pero había una cosa muy importante, ella tendría el poder de predecir qué sucedería, sus visiones sobre el futuro serían realmente poderosas.

-¿Acaso es posible crear un ser con solo magia?- le pregunto.

Sonríe- Todo es posible en un mundo diferente a la realidad, pero no todo es fácil porque la diosa tuvo que pedir ayuda a los dioses.

-¿Si ella es una diosa, por qué necesitaría ayuda de otros?- vuelvo a interrogar.

-Porque a veces el poder es tanto que para soportarlo se deben de unir más personas.

Asiento en silencio, procesando la historia.

-¿Qué decidieron los dioses?

-Aceptaron ayudarla con la condición que al nacer fuera llevada hacia la tierra en donde estaría conviviendo con humanos, hasta que la hora llegue y sus poderes se despierten.

>Gea había decidido que al nacer la niña una gran luna roja se posará sobre el cielo avisando a todos los seres que la gran hija de la diosa había despertado. Faltaban solo minutos para que la niña naciera, conforme los segundos iban pasando ella comenzaba a tener visiones sobre lo que estaba por suceder.

-Hay algo que causa mi intriga...- trago saliva visiblemente confundida.

-¿Qué es?- me pregunta acariciando mi brazo.

-¿Por qué decidió que sería una luna roja?- me atrevo a hacer esa pregunta que rondaba mi mente largas horas.

-Se le llama así porque está repleta de sangre, y eso sucedería cuando la niña naciera.

Vuelvo a asentir sin emitir ningún sonido.

-¿Cómo era ella?

-Era una niña realmente hermosa, su belleza era cautivadora,sus ojos eran de un gris tan precioso digno de perderse en ellos.

-¿Cuál sería su destino?

-Ella crearía su propio destino, su propia historia.

>>Solo debía de recordar que el fuego recorría por sus venas al igual que sus otros elementos. Ella sería capaz de controlar interminables tormentas llenas de rayos y truenos. Sería capaz que controlar grandes incendios y provocarlos, será capaz de crear grandes tornados que te llevarían a tu peor pesadilla, también podría crear grandes tormentas de arena y muchísimas cosas más.

Mi garganta se cerca al escucharla hablar.

-Una tormenta- pienso anonadada.

-Una de tantas, princesita- me responden.

-Solo tú tienes el poder de apagarla.