POV. Alice Camberleck.
Mercy se encontraba a un lado de mí, sus ojos expresaban preocupación, podía sentir las miradas de los demás presentes sobre cada uno de nuestros movimientos.
-¿Te encuentras bien?- la voz de Mercy retumbó en mi interior.
-Recordé- respondí- cuando mi madre me dió a luz.
¿Por qué este recuerdo llegaba a mi mente?
-¿Podemos seguir?- pregunté observando la puerta.
-Claro- respondió Cassandra con voz suave.
¿Por qué no puedes recordarme, madre?
Mis pasos eran lentos, aún pequeñas partes de aquella visión regresaban a mi mente.
¿Por qué la habitación se encontraba cerrada?
¿El amor podría salvar a las personas de sus tormentos?
Una punzada en mi corazón se hizo presente al recordarlo...
¿Qué sucede cuando te enamoras de la persona errónea? ¿O de una persona prohibida?
Aquello me había sucedido.
El brillo en mis ojos al observarlo sonreir, como su mirada reluciente ante miles de estrellas sobre nuestros cuerpos, su sonrisa traía luz a mi vida.
Él me enseñó que el amor puede salvarte de las penumbras de cada uno de tus tormentos, me enseñó que el amor es indestructible, es un pasaje hacia un mundo distinto de la realidad, un mundo feliz.
-Aquí es- escuché nuevamente la voz de mi madre volviéndome a la realidad
Frente a nosotros se encontraba una puerta de madera, perfectamente pulida, su color era tan oscuro.
Las paredes eran de apariencia rústica en el centro de esta se encontraba una enorme cama adornada de colores oscuros, el azul se mezclaba con el negro, creando una combinación perfecta para mi. A un lado se hallaban pequeños candelabros de plata sobre una pequeña mesa de madera oscura, las luces crean una calidez absoluta en el lugar.
-Es hermoso- murmuré observando a Cassandra- me ha encantado, gracias- sonreí agradecida, sus ojos brillaron al ver mi rostro iluminado.
-Esta habitación es horrible- la voz de Alisson se hizo presente en el lugar, giré a observarla con desprecio.
-Tú eres horrible- respondí sintiendo como una leve risa se escuchaba en el lugar por parte de mis dos acompañantes- todo de ti es horrible, incluso tu presencia- giré mis ojos enfadada.
Un silencio incomodo se hizo presente.
Oh querida Luna, ayudadme a encontrar paz en el tormento de mi interior.
*********
Un fuerte murmullo se podía escuchar desde la habitación, intuía que las personas comenzaban a prepararse para la cena, ¿Qué sucedería en esta?
Observé mi rostro por última vez sobre el maravilloso espejo que se encontraba en el baño, mis ojos eran exactamente iguales a los de Cassandra.
Un fuerte suspiro se escapó de mis labios mientras me disponía a salir de la habitación, un ligero silencio se hacía presente en el pasillo.
Un furtivo ruido a mi espaldas paralizó mi cuerpo, girando rápidamente frente a Cassandra, ella se encontraba saliendo de su habitación con la mirada sobre el suelo, pensando quizás, mi presencia aún no había sido descubierta por su mirada.
Mi corazón se aceleró al observar como elevaba su mirada percatandose de mi presencia. Su cuerpo se paralizó a tan solo unos metros de mi, dudaba en hablar y aquello dolía por alguna extraña razón.
¿A qué le temes querida madre?
- Presiento que te recuerdo de algún lugar- admitió sorprendiéndome.
Mi corazón comenzó a acelerarse, podía sentir el leve temblor de mi pulso.
¿De donde me recordaría?
-¿Te encuentras bien?- preguntó al notar que la observaba en silencio.
-Lo siento- me disculpé caminando a su lado.
Las palabras se encontraban estancadas en mi interior, ¿Por qué mis nervios aumentaban al tenerla a mi lado?
-¿Eres de muy pocas palabras?
-¿Sueles ser fría la mayor parte del tiempo?- contraataque causando que riera fuertemente, sus ojos se cerraron y pequeños hoyuelos se formaron en sus mejillas, también tenía aquella acción al reírme.
-Quizás- respondió divertida, era la primera vez que observaba su rostro sonriendo.- ¿Por qué has querido venir aquí?- preguntó.
-Por la verdad- respondí con simpleza.
-¿Por la verdad?- su rostro se torno confundido, nos encontrábamos llegando hacia afuera del Palacio.
-Busco que se revele la verdad- expliqué- quiero devolverle la felicidad a todos- finalice, frenando lentamente al encontrarnos ante todos los presentes.
-¿Incluso la nuestra?- volvió a preguntar con insistencia.
-Incluso su felicidad- respondí, observando como nuevamente una sonrisa adornaba su rostro.
Frente a nuestros cuerpos se encontraba una gran mesa preparada para que todo el puedo pueda cenar junto a nosotros, un leve murmullo se escuchaba en todo el lugar.
Algunos presentes observaban sorprendidos nuestra llegada o quizás al encontrar su reina sonriendo.
¿Cuánto te costará sonreír, Cassandra?
Mi mirada recorrió sobre todo el lugar, buscando la presencia de Mercy.
-Tranquila- murmuró Cassandra aún a mi lado- tus acompañantes estarán por llegar- me sonrió para posar su atención sobre un joven que se encontraba de espalda.
-Gracias- agradecí observando a su dirección.
-No puede ser- susurré abrumada al observar por completo su rostro.
-¿Cómo sería posible que esto sucediera?
A tan solo unos metros de mí se encontraba aquel joven el cual estaba en mis sueños, esos ojos celestes que constantemente aparecían en mi mente, estaban frente a mí, incapaces de sentir mi presencia.
-Mercy- murmuré temblando levemente.
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La Elegida
Vampire«Eres nuestra reina» «El momento está llegando» Susurros y pesadillas constantemente, me mantenían confundida y asustada. Sabía que algo se avecina, pero algo muy malo. «Nuestro futuro está en tus manos» «Ya es la hora mi niña» «No tengas miedo...