Capitulo 65

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-Debes controlarlo- Mercy se encontraba a tan solo unos pasos de mi cuerpo, observando con su ceño fruncido.

Un leve gruñido se escapó de mis labios al incorporarme lentamente, podía sentir el tenue ruido de mis huesos crujientes.

La verdadera oscuridad habita tu interior, es hora que muestres tu lado oscuro.

-Mercy- murmuré con voz aguda, tan fría como si del hielo se tratase.

-Mírame- ordenó conectando nuestras miradas- Debes controlarlo, utiliza tu fuerza, conviértete en tu propia reina, escucha las voces- finalizó, alejándose rápidamente, dejándome a la deriva de mi propia oscuridad.

Conviértete.

Lucha.

Deja qué la oscuridad se acople a ti.

Déjate llevar.

Recuerdos borrosos, irrelevantes, esparcidos a mi alrededor, llantos desgarradores que no ocasionaban más que felicidad, el olor a sufrimiento que impregnaba en cada rincón del oscuro lugar.

-Imagina por tan solo un momento todo a tu alrededor de manera distinta, cada poro de tu cuerpo irradiando luz, protegiendo la naturaleza, las personas siendo felices sin necesidad de sufrir interminablemente, haciendo justicia ante todo el mal que crecía en cada ser maligno, demostrandoles quien era la reina, expresando cariño con cada acción; queriendo cambiar el odio y reemplazarlo por amor, cariño, contención.

-Esperando el momento indicado para saber la verdad en cada mentira, gritando quien eres, enseñando tu verdadera naturaleza, abriendo tu corazón para permitir enamorarte nuevamente; dejando de lado el dolor que se adueña de tus entrañas convirtiéndote en todo lo malo que puedes ser.

-Esta eres tú, Alice. Eres todo lo malo y lo bueno que existe en este miserable mundo, tu eres nuestra única oportunidad para cambiar absolutamente todo. Eres nuestra verdadera reina, quién tendrá que batallar ante todos los seres que desbordan oscuridad, salvando vidas inocentes, sobreviviendo entre el veneno qué se esparce en el subsuelo.

-Tú vales todas las catástrofes, porque eres nuestra salvación, nuestra propia protección, tú. Así que cierra tus ojos y déjate llevar ante tus emociones, no temas que ellos te protegerán, recuerda siempre que solamente tú los controlarás.

-Lucharé entre todos- murmuré sintiéndome extraña.

Las pequeñas ramas crujían bajo mis pasos, el frío acariciaba mi rostro pálido, mis ojos luchaban por encontrar su verdadero color ante la oscuridad que se esparcía entre ellos.

Mis labios se curvaron lentamente formando una sonrisa tenue, controlando mis demonios, demostrando ser la reina de mi oscuridad.

-¿Escuchas eso? El silencio expresando admiración ante ti, dejando que reines sobre él.

-Esta eres tú, Alice- habló en la lejanía una voz que no pertenecía a Mercy.

****

-¿En donde estaban?- Ethan me observa preocupado.

-Ethan- sonreí- nos encontrábamos observando los grandes jardines que se encuentran a nuestro alrededor..

-¿Sabes dónde se encuentra Mercy?- habló llamando por completo mi atención, provocando una sonrisa en mi rostro.

-¿Qué sucede con ella?- pregunté divertida.

-No sucede absolutamente nada, Alice- respondió carraspeando incómodo.

-¿Qué sientes por ella?- volví a preguntar, observando su rostro completamente rojo.

-Alice- murmuró serio.

-Eres una increíble persona Ethan, no te avergüences de tus sentimientos- acaricio su rostro- Podrías enamorarla hasta cerrando tus ojos- reí, consiguiendo una sonrisa divertida en su rostro.

-Gracias por estar a mi lado- respondió antes de estrecharme entre sus brazos.

-Creo que debería agradecerte a ti, por no alejarte de mi vida y siempre cuidarme- murmuré acomodándome en su pecho, sintiendo paz luego de mucho tiempo.

Era sorprendente todo lo que podía cambiar tu vida en tan pocos días, como personas que tanto querías terminan decepcionandote y otras se quedan a tu lado protegiendo tu corazón.

Ethan siempre había estado para mí, cuidándome de todo los males que habitaban a nuestro alrededor, enseñándome a confiar, era una de las personas más importantes de mi vida, significaba tanto en mí.

-Chicos- una voz ronca nos sobresaltó, rompiendo nuestro abrazo.

Mercy se encontraba a tan solo unos pasos de nuestro cuerpo, observándonos sin ninguna expresión en su rostro.

-Mercy, querida- sonreí sospechando de su actitud.

-Alexander te busca- respondió fríamente.

La observé sorprendida.

-¿Alexander?- pregunté consternada.

Asintió.

-Nos veremos- susurré posando mi mano suavemente por el hombro de Ethan, para luego recorrer por su pecho ganándome una mirada confundida de su parte.

Mis pasos se dirigieron hacía Mercy quien me observaba con sus ojos oscuros, sonreí cínica.

-Cuando dos personas se encuentran enamoradas, puedes notarlo por susmiradas, allí encontrarás la verdad...

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora