Capitulo 32

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POV. Mercy.

Cuando la diosa Gea me creó para que yo fuera la encargada de proteger a su hija, no podía estar más que orgullosa de su elección.

Alice tiene un alma tan pura pero a su vez misteriosa y aterradora. Sabía que no sería nada fácil su camino, es por eso que haría todo lo que estuviera a mi alcance para protegerla.

Cada vez que la miraba a los ojos podía notar mucha tristeza en ellos, me asombraba que pudiera conservar la calma y no estallar.

-¿Qué era lo que le ocasiona dolor al recordar?- me pregunté absorta en mis pensamientos.

Era lo que siempre me preguntaba al verla, sabía ocultar fácilmente sus emociones, se encerraba en sí misma y guardaba su sufrimiento con tal de que nadie pudiera verla triste.

-¿Por qué?- tragué saliva- ¿Por qué oculta sus emociones? ¿Acaso no comprende que se lastima?

Había algo que no podía hacer por ella, comenzaría a descubrir muchos secretos que estuvieron enterrados durante décadas y no podría evitar que sufriera.

Una vez que descubriera cada cosa que estuvieron ocultando durante años, ella decidiría si cambiar, tendría que elegir si llenarse de odio o luchar contra este.

Lo que no sabía era que todo en ella era mentira, no solo su vida, también su edad. Sus recuerdos fueron borrados una vez que nació y a lo largo de los años estos se borraban en cada cumpleaños que cumplía.

-Esa es la doble cara de las mentiras... El dolor que causan es devastador.

Cada cicatriz en su cuerpo tiene un significado, estas son partes de sus poderes y otras de sus predicciones.

El tiempo se está acabando demasiado rápido, y sentía que debía de explicarle muchas cosas a Alice.

Solo esperaba que no explotara al contarle todo.

*********

POV. Alice

Mis ojos no podían creer lo que estaba viendo, mi corazón se encontraba acelerado debido a la sorpresa.

Cada parte de mi cuerpo estaba cubierta de un espeso fuego, mi pelo cubierto con pequeñas llamas de este, y sorprendentemente no quemaba.

-Asombroso- susurré absorta en lo que veía.

Mis manos temblaban levemente y cada vez que mi corazón se aceleraba podía sentir como el fuego aumentaba en mi interior, fluyendo por mis venas.

Mis dedos tocaban suavemente mi piel haciendo que en esta se formara pequeñas marcas, lo cual llamó mi atención.

Mi pecho ardía cada vez que se formaban las marcas en mi piel.

El dolor era tan intenso que intentaba con todas mis fuerzas dejar de estar repleta de este.
Pero cada vez que lo intentaba el fuego aumentaba, dejándome dentro de él, sin escapatoria alguna.

-Relájate.

Una voz dulce se escucho en mi interior, entonces lo hice.

Cerré mis ojos de pronto intentando tranquilizarme, intentaba que mi respiración fuera calmada.

-Deja de luchar contra tu miedo.

Mi corazón comenzó a palpitar con normalidad, mis ojos dejaron de arder luego de un momento, respire profundo abriendo mis párpados.

Todo el fuego se había apagado, ya no quedaba ningún rastro de este, exceptuando las marcas 

-¿Cómo se supone que esconderé esto de mis brazos?- chillé completamente sumergida en el pánico.

-¿Por qué están estaban en mi piel?- pregunté en mi interior, con la esperanza de que las voces me respondieran.

-Confía en tu cuerpo, solo él sabe lo que está bien.

 Eran figuras de pequeñas llamas y estas estaban en cualquier parte de mis brazos, el color de algunas era suave pero a medida que la figura iba descendiendo se hacía más intenso y notorio.

-¿Qué me sucede?- me preguntaba mientras miraba mis brazos.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora