POV. Guarida Dark Moon.
-Está todo listo, señor- alzó su voz un pequeño muchacho, en sus manos traía un gran maletín. Sus ojos eran completamente negros, un demonio.
-Muchas gracias, Axel- respondió la voz ronca del hombre que yacía frente a este.
Un pequeño ruido de característicos tacos resonaba entre el pequeño pasillo, una mujer esbelta se dirigía hacía el desconocido hombre quién se encontraba en la espera de su presencia.
-Alisson- sonrió estrechando sus manos, la mujer lo observaba con malicia.
-Robert- respondió desvaneciendo su sonrisa- Ella está aquí, en el Palacio- anunció.
-¿Recuerdas lo que tienes que hacer?- preguntó observándola serio.
-Si, cariño- sonrió- La mataré.
-¡No!- alzó su voz- La necesito con vida, quiero hacerla sufrir- respondió repleto de odio.
-De acuerdo, Robert- accedió- mientras tanto te mantendré al tanto.
-¡Espera!- gritó al observar como se alejaba a toda prisa- ¿Cuál es su nombre?- preguntó con normalidad.
-Alice- respondió- Alice Camberleck- giró desapareciendo de su vista.
****
POV. Cassandra.
El cielo se encontraba despejado, el azul intenso que irradiaba traía consigo una infinita tranquilidad, disolviendo la oscuridad a su paso.
Mi madre solía decirme que no hay nada más hermoso que la mismísima naturaleza, y que ciertas eran sus palabras.
-Cariño- murmuró Christopher a mi lado.
-Mi rey- respondí besando su mejilla, sin duda alguna entre sus brazos me sentía en casa, protegida, querida. Una sensación repleta de ternura comprimía mi pecho al conectar nuestros ojos, expresando todo el amor que nuestras almas desbordaban.
Y es que podría pasarme toda la eternidad admirando sus ojos.
-¿Te encuentras bien?- me observó preocupado- En la noche murmurabas pequeñas palabras, como si estuvieras dentro de una pesadilla.
-Murmurabas el nombre de una chica- respondió- Alice Camberleck- mi respiración se aceleró.
-¿Qué más murmuraba, Christopher?- mi voz sonó ronca.
-Murmurabas que ella era tu verdadera hija- respondió, paralizando mi cuerpo.
-¿Cómo?
****
POV. Alice Camberleck.
Un pequeño jadeo se escapó de mis labios al notar como el beso se tornaba aún más apasionado.
-¡Alice!- un grito nos sobresaltó.
-¿Mercy?- preguntó Alexander.
-Oh- sonrió con malicia- Lo lamento, no fue mi intención interrumpir absolutamente nada- rió posando su mano sobre su cuello, nerviosa.
-No te preocupes- carraspeé nerviosa, mi mirada se encontraba ante Mercy, quien nos observaba de manera pervertida- ¿Qué ha sucedido?
Su sonrisa desvaneció.
-Debemos hablar, Alice- respondió erizando mi piel.
Algo no andaba bien.
-Bien- acepté observando rápidamente a Alexander- Debo irme, lo lamento- sonreí besando suavemente su mejilla.
****
-Estás siendo vigilada, Alice- soltó abruptamente.
-¿Cómo?- pregunté- ¿Quiénes me vigilan?- mis manos temblaban.
-Tus principales enemigos- respondió- Los demonios, están siendo controlados por alguien a quién le mantienen informada de ti.
-¿Quién es la persona que se encuentra detrás de todo esto?- mi voz sonaba ronca ante el solo hecho de imaginar que alguien se encontraba vigilando cada uno de mis movimientos.
-Alisson- mi cuerpo se tensó al escuchar su nombre, la ira comenzaba a invadir mi cuerpo y sabía que no terminaría bien.
-Maldita- gruñí caminando de un lado a otro.
-Escuchame- alzó su voz autoritaria, sus manos se encontraban posadas sobre mis hombros en el intento de detener mis pasos- Debes de tener sumo cuidado al estar cerca suyo, no sabemos lo que esté planeando, pero te aseguro que no es nada bueno.
-¿Qué podría hacerme?- reí con amargura, no dejaría que absolutamente nadie me hiciera daño.
-Matarte- respondió- O quizás utilizarte para sus beneficios, haciéndote sufrir sin piedad- un fuerte temblor azotó mi cuerpo..
-¿Qué haremos?- suspiré tratando de normalizar mi respiración.
-Cuidaremos cada uno de sus pasos, debemos de saber que planea. Mientras tanto necesitas entrenar aún más, no sabemos que podría suceder en unos días; tendremos que tener cuidado con lo que hablemos, ella podría estar cerca espiandonos y no nos beneficiaría- explicó.
-Alice- llamó logrando que centrara mi atención en su rostro- ¿Qué sucede con Alexander?- reí nerviosa ganándome una pequeña sonrisa de malicia en su rostro.
-No sucede nada- respondí tropezando con mis propias palabras.
-Eso no se notaba cuando los encontré prácticamente devorándose mutuamente- rió observando mi rostro repleto de vergüenza.
-Mercy- murmuré regañandola con la mirada.
-No intentes comprimir lo que sientes, princesa- sonrió- Nadie puede luchar contra su corazón, cuando el amor llega es inevitable, todo sucede por algo, recuérdalo- respondió mientras en mis pensamientos se encontraba el rostro de mi abuela, sonriéndome.
-¿Qué sucede con Ethan?- contraataque provocando que su rostro se desfigure.
-Nada.
-Cuando dos personas se encuentran pérdidas la una a la otra es imposible no darse cuenta, en su mirada tienen la respuesta a sus preguntas- sonreí logrando que posara sus manos sobre su rostro, abrumada ante sus sentimientos.
Se encontraba en una lucha interna, debatiendo sus sentimientos.
-Me hace sentir- respondió luego de unos minutos- ¡Maldición, Alice! Estoy cayendo ante él y por primera vez en mi vida no le temo a mis sentimientos, me siento en casa- sonreí con ternura, mi pecho se comprimía ante el calor que emanaba sus dulces palabras.
Así es el amor, Mercy. Cuando llega no puedes huir de él, te absorbe como un imán...
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La Elegida
Vampire«Eres nuestra reina» «El momento está llegando» Susurros y pesadillas constantemente, me mantenían confundida y asustada. Sabía que algo se avecina, pero algo muy malo. «Nuestro futuro está en tus manos» «Ya es la hora mi niña» «No tengas miedo...