Capitulo 61 (Parte 1/3)

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Todo mi cuerpo tembló de rabia al observar como un extraño humo se dirigía hacia mi dirección con la intención de envolverme en el, mis pasos retrocedieron a un lado, esquivando todo a mi alrededor.

-Eres despreciable- hablé con voz ronca.

Mis movimientos eran constantes, lograba esquivar cada uno de sus golpes.

-Es una lástima que tu querida madre no logre recordarte- gritó riendo cínicamente, mi cuerpo se paralizó ante sus palabras.

Un fuerte gruñido brotó de lo más profundo de mí, la observé con rabia antes de aproximarme hacia ella, el fuego brotaba de mis manos, el aire comenzaba a sucumbir violentamente, el suelo temblaba bajo mis pies, pequeñas gotas de lluvia se hacían presentes.

Su cuerpo se movía torpemente intentando esquivar cada uno de mis golpes, grandes esferas de fuego se aparecían de mis manos para dirigirse hacia su cuerpo, atacando sin piedad, su mano se movió en mi dirección atacando abruptamente mi pierna derecha, creando una pequeña mueca de dolor en mi rostro.

Sonreí ante aquello, mi cuerpo frenó cada uno de mis movimientos, sonreí observando su rostro, de mis manos comenzaban a emanar pequeñas esferas de colores tenues, el fuego comenzaba a mezclarse con el agua creando una especie de esfera diferente, todo a nuestro alrededor permaneció en una calma abrumadora, esperando mis movimientos para explotar.

Su rostro expresaba sorpresa, mi corazón palpitaba dolorosamente, retrocedí antes de lanzar innumerables esferas sobre su cuerpo, logrando derribarla, un pequeño gemido de dolor brotó de sus labios.

-Ella nunca te querrá- murmuró con desprecio mientras su cuerpo yacía sobre el suelo.

Mi pecho de comprimió ante sus palabras, reí amargamente antes de lanzarle una llamarada de fuego, pero esta no logró alcanzarla.

Una persona se encontraba frente a mi, intentando proteger el cuerpo de Alisson, sus brazos se encontraban apuntando en mi dirección reteniendo el espeso fuego entre sus manos.

Cassandra.

-No te atrevas a tocarla nuevamente.

-Cállate- murmuré antes de lanzar nuevamente otra esfera repleta de fuego en su dirección, la capturó entre sus manos antes de lanzarla hacia mí, haciéndome elevar del suelo mientras mi cuerpo era expulsado a gran velocidad por los aires.

Un leve quejido brotó de mis labios, mis cejas se encontraban fruncidas ante el dolor, suspiré entrecortadamente antes de incorporarme lentamente observando el cuerpo de Cassandra levemente inclinada, intentándolo proteger a Alisse, la escena era devastadora.

Mis párpados se cerraron rápidamente, necesitaba de Mercy.

Unos minutos pasaron mientras permanecía con mis ojos cerrados, mi cuerpo ardía, el dolor sobre mi pecho aumentaba, un leve crujido a mis espaldas alertó a cada uno de mis sentidos, giré mi cuerpo rápidamente encontrándome ante Mercy quien me observaba preocupada.

-Alice- me llama observando la escena tras mis espaldas, asentí con mi ojos cerrados, necesitaba salir de ese lugar, mi cuerpo ardía, pequeñas heridas se hacían presentes en mis brazos, mi vista de dirigió a mi pierna quien tenía una enorme herida.

Giré mi rostro observando como Cassandra se encontraba abrazando a Alisson como si su vida dependiera de ello, un sentimiento amargo recorría mis entrañas.

Esa escena acababa de romper mi corazón, y era malditamente doloroso.

-Regresemos- murmuré agobiada ante toda la situación, observé un leve asentimiento por parte de Mercy antes de marcharnos sin mirar atrás.

-Ella nunca te querrá.

-Lo lamento- susurró Mercy con dolor en su voz.

-Nunca serás ella...

**************

El agua cristalina recorría mis pies en una danza suave, mojando una pequeña parte de mis piernas, el leve viento azotaba sobre mi rostro en una dulce caricia.

Mi mirada se encontraba posada sobre mi pierna, en ella se hallaba una herida con leve profundidad, mi ceño se fruncía cada vez que una punzada recorría mi cuerpo al moverla.

Los acontecimientos pasados eran presentes en mí, atacando mis pensamientos. ¿Por qué me dolía tanto?

Me encontraba ante una enorme laguna, frente a mi una pequeña cascada se formaban entre las rocas adoptando un aspecto maravilloso, el lugar se encontraba alejado del Palacio, todo era tranquilo, tan solitario, la suave brisa acariciaba mis cabellos creando una danza sin fín, el murmullo de los pequeños insectos creaba la sinfonía perfecta.

-Intentamos reconstruirnos pero a veces es inevitable no rompernos aún más...

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora