Capitulo 51 (Parte 4/10)

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POV. Alice Camberleck.

A veces un sentimiento falso nos hace más feliz que uno verdadero, nos convence de que es la realidad, nuestra felicidad, mientras los verdaderos nos lastiman, nos destruyen lentamente, haciéndonos daño una y otra vez.

Eso era lo que estaba sintiendo en este preciso momento, me encontraba frente a mis verdaderos padres y a un lado de estos se encontraba su nueva hija, Alisson.

Mi pecho ardía al observarlos juntos, como una verdadera familia, una familia que fue arrebatada hace siglos y que estaba formada a base de mentiras, mentiras que formaban parte de mi vida.

¿Cómo podría soportar aquello todos los días?- pensé.

-Lo soportarás porque eres fuerte.

-Te protegeremos, confía.

Volvieron a escucharse tenues voces en mi interior, logrando que mi pecho se infle ante la emoción de saber que cada uno de mis demonios se encontraría de mi lado, protegiéndome y evitando que mis elementos quisieran aparecer.

Observaba a mi alrededor los rostros tristes de muchas personas, sufriendo por todo la malo que habitaba en la chica que se encontraba frente a mí, su rostro duro, frívolo, demostraba que solamente era un ser cruel, enviado a destruir cada persona que pasara por su camino.

-¿Cuánto daño había causado durante tanto tiempo?- murmuré en mi interior.

Observaba el rostro sorprendido de los reyes quienes se encontraban mudos ante la conversación.

-¿Por qué quieres quedarte aquí?- la voz firme del Rey se hizo presente, sus ojos me observaban serios, analizando cada facción de mi rostro.

-Necesito un lugar para vivir- respondí, mi ceño se mantenía fruncido en mi rostro.

-¿Cuánto tiempo te quedarás?- preguntó nuevamente, no muy convencido.

-El necesario, unos días quizás- murmuré indiferente.

-Está bien- aceptó- te acompañaremos a tu nueva habitación junto a tus acompañantes- asentí.

-Luego de que conozcan sus habitaciones podrán bajar a comer cuando quieran- comentó Cassandra- es una cena celebrando la llegada de la Luna Roja- finalizó disponiéndose a caminar.

Podía sentir las miradas de las personas cada vez más cerca, sonreí a cada uno de ellos queriendo transmitirles mi calidez.

Entre todos los presentes se encontraba una niña en malas condiciones, su vestimenta estaba rota y su rostro expresaba tristeza.

Mis pasos se dirigieron hacia ella, por el rabillo del ojo pude observar como los Reyes se giraron a mi dirección consternados por mis acciones.

Mi mirada seguía fija en la niña que se encontraba observando sorprendida, al llegar a ella me arrodillé levemente hasta alcanzar su altura, estire suavemente mi mano para acariciar dulcemente su mejilla.

Podía sentir que éramos el centro de atención de todos los presentes, acerqué mi rostro lentamente hasta el suyo para besar dulcemente su frente, la curaría.

Sentía que mi cuerpo emanaba un aura distinta, protectora, envolviendonos durante algunos segundos.

Comencé a alejarme lentamente observando como su rostro había cambiado al igual que su ropa, perfectamente limpia, su ojo se encontraban iluminado.

Elevé mi rostro observando las miradas atónitas de cada presente, giré mis cuerpo hacia donde se encontraban los Reyes observando sorprendidos, mi rostro indiferente se hizo presente en mi comenzando a retomar el camino.

-¿Cómo hiciste eso?- preguntó Alisson mirándome con repugnancia.

-El amor- respondí fríamente, haciéndole una leve seña con mi cabeza.

*********

Grandes cuadros adornaban las paredes del pasillo, pequeñas reliquias de oro se encontraban en cada extremo de las paredes dejando un aspecto delicado.

Mis pasos comenzaban a ser pesados, mi mirada se centró en una enorme habitación con dos paredes de madera ocultando su interior.

Comenzaba a sentir pequeñas punzadas en cada parte de mi cuerpo, mis ojos se cerraron abruptamente recordando pequeños sucesos.

Una niña

La reina dando a luz a una pequeña bebé.

Esta era arrebatada de sus manos por una joven.

Aquella niña, era yo...

Podía sentir mucho sufrimiento en su interior, removiendo mi pecho cada vez más.

La ElegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora