Se había visto obligada a aceptar su ausencia cuando la había abandonado y ahora no era capaz de aceptar su presencia. Era un espejismo, un producto de su imaginación, demasiado viril y enérgico para ser real.
Pero él se quedó junto a la puerta, observándola con sus imperturbables ojos grises..., y era totalmente real. En vez de mirarlo a los ojos, _______ dejó que sus ojos se pasearan por el cuerpo de Justin y en seguida se fijó en lo bien que le sentaba la chaqueta marrón y lo impecablemente que le caían los pantalones. El pulso se le aceleró y se mordió el labio inferior.
-Justin...-le tembló la voz y tuvo que aclararse la gargañta-. ¿Por qué haces esto?
-¿Qué quieres decir? -preguntó él, y sus ojos brillaron peligrosamente-. Eres mi mujer y quiero saber qué está pasando aquí. Está claro que has estado evitándome. ¿Es que debo hacer como si no existieras, como parece que tú querías hacer conmigo? Perdona si he estado un poco lento, cielo, pero no esperaba verte y me ha pillado desprevenido. No pensaba fingir que no te conocía.
Ella suspiró aliviada.
-Ya, eso -dijo con un suspiro, sintiéndose débil ahora que sabía lo que quería Justin-. Sí, la verdad es que estaba evitando que nos encontráramos. No sabía cómo te tomarías lo de que trabaje para ti y no quería arriesgarme a perder el trabajo.
-¿Le has contado a alguien que estamos casados? -rugió.
Ella sacudió la cabeza.
-Todos me conocen como _______ Flint. Volví a adoptar mi apellido de soltera porque no quería aprovecharme del tuyo.
-Muy loable por su parte, señora Bieber -murmuró sarcásticamente, y fue hacia su mesa-. Siéntate, no voy a morderte.
Ella hizo lo que le indicaba, preparada para seguir respondiendo preguntas. Si fuera a despedirla, ya lo habría hecho; su puesto de trabajo parecía estar a salvo y eso la ayudó a relajarse.
Justin no se sentó, sino que se apoyó en el borde de la mesa, cruzó las piernas a la altura de los tobillos y los brazos, sobre el pecho.
Se quedó en silencio mientras sus ojos grises la examinaban de arriba abajo. ______ se puso de nuevo en tensión. No sabía por qué pero se sentía amenazada, aunque él no se hubiera movido de su sitio. Aquel silencio acabó por resultarle irritante.
-¿De qué quieres que hablemos? -preguntó con aspereza.
-Has cambiado, Sarah... ______ -se corrigió-. Un cambio drástico, y no me refiero únicamente al nombre. Te has dejado el pelo largo y has adelgazado mucho. Y, sobre todo, eres realmente buena en una profesión que yo habría jurado que nunca te interesaría. ¿Cómo te has convertido en periodista?
-Por casualidad -respondió con voz risueña-. Acababa de pasar por un puente justo cuando se hundió, y escribí una crónica y se la di al redactor jefe del periódico donde trabajaba. La publicaron y me ofreció trabajar de periodista. Hasta entonces
era administrativa.
-Lo dices como si fuera de lo más normal que hayas llegado a ser una firma de una de las revistas de actualidad más punteras -se limitó a responder-. Supongo que te gusta tu trabajo, ¿no?
-¡Pues claro! -dijo, inclinándose con avidez hacia delante. Le brillaban los ojos y hablaba con entusiasmo-. ¡Me encanta! Antes no entendía por qué siempre tenías tantas ganas de que te mandaran a trabajar por ahí fuera, pero a mí también me ha
mordido el mismo Oops. Se te mete en la sangre, te engancha, ¿a que sí? Me imagino que me he convertido en una adicta a las emociones fuertes; cuando paso demasiado tiempo en la redacción me quedo mustia.
-Tus ojos no han cambiado -murmuró casi para sí con la mirada clavada en el rostro de _______-. Siguen siendo enormes y azules como el mar, como si un hombre pudiera ahogarse en ellos. ¿Por qué cambiaste de nombre? -preguntó bruscamente.
-Ya te lo he dicho, no quería aprovecharme de tu fama -explicó pacientemente-. Quería valerme por mí misma, para variar, y me di cuenta de que me encantaba. Es como lo de ______. En la universidad, Sarah se transformó en _______ en algún momento y, desde entonces, ya soy _______.
-¿Universidad? -preguntó con ojos llenos de curiosidad.
-Sí, por fin he conseguido licenciarme -respondió riendo-. Cuando te marchaste, me apunté a muchos cursos: de redacción, de escritura creativa..., pero luego empecé de periodista y el trabajo me absorbía totalmente, así que he terminado a trancas y barrancas.
-¿Y te pusiste a régimen? Si has cambiado tantas cosas en tu vida, ¿por qué no la figura?
Sonaba casi como si estuviera resentido, y _______ se quedó mirándolo con desconcierto. Imposible que le molestara que hubiera adelgazado, se dijo. Además, tampoco había adelgazado tanto...
LINDAS COMENTEN Y VOTEN :( <3
OMG JUSTIN TE SORPRENDES TANTO QUE RAYITA NO SEA LA MISMA Y AHORA QUE YA HAN HABLADO QUE SUCEDERA UPS!

ESTÁS LEYENDO
YA NO ME INTERESAS...
Fanfiction______ se preguntaba si Justin la reconocería después de siete años. Había perdido peso, se había vuelto más segura y había conseguido hacer carrera como reportera de una importante revista. Después de tanto tiempo, ¿reconocería Justin Bieber, el nu...