Capitulo 34

1.6K 64 0
                                    

La agarró por los brazos y rodó hasta ponerse encima de ella.

-A lo mejor necesitas que vuelva a demostrarte a quién deseas -había un destello airado en su mirada.

_________ notó que las piernas musculosas de Justin separaban las suyas y el corazón le dio un brinco, porque eso significaba que quería hacer el amor de nuevo. Una sensación cálida inundó su cuerpo y se dejó llevar mientras el corazón le latía cada vez más deprisa. Sin embargo, a pesar de que deslizó los brazos alrededor de su cuello, se oyó decir a sí misma obstinadamente:

-No te creas tan irresistible.

-Eres mía, __________, mía...

Aunque su mente protestaba, los sentidos de ___________ estaban demasiado interesados en los placeres que Justin le estaba ofreciendo como para ponerse a discutir. Lo amaba, lo amaba tanto que después de siete largos años sin tocarlo, ahora que él había vencido su resistencia y estaban de nuevo haciendo el amor, lo único que ella deseaba era disfrutar la intimidad de sus cuerpos. Justin no podía ofrecerle amor, pero podía ofrecerle eso, que era lo máximo que podía darle a una mujer. Ella se aferró a sus anchos hombros y empezó a exigirle tanto como él le estaba pidiendo a ella, y cuando por fin él se retiró y se tumbó de espaldas, los dos estaban satisfechos y temblaban de agotamiento. Incapaz de soportar la distancia que de pronto separaba sus cuerpos, ____________ se pegó a él, se abrazó a su pecho y pegó los labios a su garganta.

Casi al instante, se quedó dormida, y en el sueño, sus manos se aferraban a Justin como si no pudiera soportar dejarlo marchar.

Cuando se despertó de nuevo, __________ se estiró, abrió los ojos y levantó la cabeza.

Vio que Justin también acababa de despertarse. Los recuerdos de las mañanas en que hacían el amor y volvían a quedarse dormidos después acudieron a su mente y, misteriosamente, fue como si los años de separación nunca hubieran existido. Justin le retiró el pelo de la cara con una mano y luego la mano descendió y le acarició el cuello.

-No me has contestado -murmuró-. ¿Estás enamorada de él?

Ella cerró los ojos, resignada. Era testarudo como un bulldog. ¿Qué iba a decirle? ¿La entendería si le decía que quería a Chris de un modo que no era ni romántico ni sexual?

-Chris no es asunto tuyo -dijo finalmente alzando la barbilla-, pero no me he acostado con él. Saca tú tus propias conclusiones.

Después de esa confesión, hubo varios minutos de silencio, y cuando ella reunió el valor para mirar a Justin directamente a los ojos, dio un brinco al ver el deseo que ardía en ellos.

-No... no me mires así -susurró, y bajó de nuevo la vista.

-Te quiero para mí -dijo con voz ronca-. Me alegro de que no tengas un amante, porque no quiero complicaciones en mi camino.

Ella sacudió la cabeza con aire fatigado.

-No, no lo entiendes. Que no me esté acostando con alguien no quiere decir que quiera retomar nuestra relación. Para qué lo sepas, tú eres el único hombre con el que me he acostado, pero resulta que no quiero vivir contigo. No funcionaría, ¿es que no lo ves? -imploró-. Necesito mi trabajo tanto como tú necesitabas el tuyo cuando nos casamos. No sería feliz en casa, limpiando el polvo y haciendo la comida, necesito algo más de lo que tú estás dispuesto a darme. Necesito mi libertad.

El rostro de Justin estaba muy tenso. La miraba con ojos inquietos.

-No me pidas que te mande a sitios peligrosos -murmuró-. No puedo. Si te ocurriera algo y yo fuera el responsable de que estuvieras allí, nunca me lo perdonaría. Pero en lo que se refiere al trabajo, podríamos llegar a un compromiso. ¿Por qué no

intentamos ver cómo nos va juntos? Lo único que hacíamos en la época de nuestro matrimonio era hacer el amor, no llegamos a conocernos bien el uno al otro. Vamos a estar aquí tres días. ¿Qué te Parece si nos dedicamos a disfrutar? Ya pensaremos en el futuro cuando volvamos a casa. ¿Será posible que pasemos tres días sin pelearnos?

-No lo sé -respondió ella con cautela.

La tentación de pasar tres días juntos le robó toda su fuerza. Conocía a Justin, sabía que su idea de un compromiso era acorralarla de tal modo que ella tuviera que hacer las cosas a su modo, pero, mientras estuvieran allí, no podría manipularla. Ya había tomado la precaución de sacar sus ahorros del banco y, una vez que estuvieran de regreso en Nueva York, sabía que tendría que marcharse, pero por el momento...

Por el momento, ¿por qué no podía simplemente disfrutar de su marido? Tres días era un período de tiempo muy corto para acumular suficientes recuerdos para toda una vida. ¿Por qué Justin no entendía que eran incompatibles?

-De acuerdo -accedió ella finalmente-. Pero cuando volvamos, no esperes que automáticamente me vaya a vivir contigo. Acepto con esa condición.

Él sonrió con regocijo.

-Nunca pensé nada distinto -dijo con ironía. Hundió los dedos en la nuca de ____________ y la obligó a inclinar la cabeza para besarla. El beso empezó con naturalidad y luego se volvió gradualmente más intenso hasta que se aferraron el uno al otro con un deseo que sólo había un modo de satisfacer.

Mientras se vestían para asistir a la fiesta que Marina había organizado para los medios, una de las celebraciones previas con motivo del baile de gala, _________ se asombró de lo familiar que resultaba la situación; era la misma rutina de años atrás que volvía a imponerse sin que hubieran hablado de ello siquiera. Ella entraba la primera en el baño y luego, mientras se maquillaba y se arreglaba el pelo, Justin se duchaba y se afeitaba. Esperaba hasta que ella se pintaba los labios y entonces le plantaba un beso y el carmín se corría. Él se reía y ella volvía al espejo para arreglar el estropicio. ¿Cuántas veces habría hecho eso en el pasado? Incontables. Formaba parte de su vida de casados y, cuando ____________ se encontró con la mirada de Justin en el espejo, se dio cuenta de que también él estaba recordando aquello e intercambiaron una sonrisa.

Había elegido un vestido de seda rosa pálido. El corte era muy sencillo, ya que su baja estatura no le permitía llevar nada frívolo, a riesgo de parecer una muñeca. El color le favorecía mucho, resaltaba sus ojos azules y el tono arena de su pelo.

OMG QUE HORROR EL TERREMOTO EN EL NORTE :( GRACIAS ADIOS EN ANTOFAGASTA NO SE SINTIO FUERTE PERO AUN ASI TUVE QUE EVACUAR YA QUE VIVO AL FRENTE DEL MAR:( FUERZA A TODA LA GENTE DE ARICA Y IQUIQUE AGRADECIENDO QUE SOLO HAY DAÑOS MATERIALES Y REZEN <3

YA NO ME INTERESAS...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora