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Cuando entró vio que Greg también estaba presente y daba vueltas por la habitación, mientras que Justin, repantigado en su silla y con los pies encima de la mesa, parecía físicamente relajado, si bien un destello en los ojos indicaba que estaba alerta.
Sin saludar a Justin, ________ preguntó a bocajarro a Greg:
-¿Qué pasa? ¿Han herido a alguien?
Dos años atrás, uno de sus mejores amigos había muerto en Sudamérica mientras cubría una revolución, y esa tragedia había hecho que se diera cuenta de los riesgos que corría un reportero. En ese momento se rodeó la cintura con los brazos para recibir una mala noticia, que hubieran herido o matado a algún compañero. Greg captó inmediatamente su preocupación en el tono de voz bajo que empleó.
-No, no han herido a nadie -aseguró con delicadeza. Recordaba bien que la única vez que había visto derrumbarse a _________ había sido al anunciarle que habían matado a Artie Hendricks.
Ella suspiró aliviada y se hundió en una silla. Miró a Justin y vio que seguía con cara relajada y ojos alerta.
Confundida, miró de nuevo a Greg.
-Entonces ¿qué pasa?
-El baile benéfico de Sakarya es la semana que viene -la informó Greg, y atravesó la habitación para ir a sentarse a su lado.
-Sí, ya lo sé. Se suponía que yo tenía que cubrir esa noticia -dijo secamente, y dirigió una mirada acusadora a Justin-. ¿A quién vais a mandar en mi lugar?
-«Iba» a mandar a Andy Wallace y a Patricia King -contestó Greg-, pero Marina Delchamp se ha negado a concederles una entrevista personal. ¡Maldita sea! -su frustración estalló y pegó un puñetazo al brazo del sillón-. ¡Estaba todo acordado y
ahora nos dice que no!
-No es el estilo de Marina -protestó _________-. No es una esnob. Debe haber una razón.
-Y la hay -intervino Justin desde su postura relajada-. Hablará únicamente contigo, o eso dice. ¿Por qué tienes que ser tú? ¿La conoces personalmente?
________ sonrió al darse cuenta de que lo que tanto deseaba se había hecho realidad: Marina había puesto a Justin entre la espada y la pared, y no estaba nada contento con la situación.
-Sí, es amiga mía -admitió, y si a Justin le pareció raro que conociera a la maravillosa ex modelo, se guardó de decirlo. Ahora Mariana estaba casada con uno de los hombres más poderosos de Sakarya y era la encargada de organizar el baile benéfico, así que podía elegir con qué periodistas quería hablar.
-Habla con ella, convéncela de que se deje entrevistar por Patricia en lugar de por ti -ordenó Justin-. O haz la entrevista tú misma por teléfono -la satisfacción de su tono de voz indicaba que creía haber resuelto el problema.
_________ notó que la rabia la invadía, pero dominó su genio.
-Me imagino que cuando una es la esposa del ministro de Economía, concede entrevistas a quien le viene en gana -dejó caer
.
-_________, te estoy dando una orden. Entrevístala por teléfono.
-¡No querrá! -ella abrió los ojos con ingenuidad-. Mariana puede hablar conmigo por teléfono cuando le apetezca. Lo que quiere es verme. Y, además, tengo una invitación para el baile -dijo como de pasada. Tenía intención de tomarse unos días la
semana siguiente y volar a Sakarya por su cuenta, pero ahora veía un modo de derrotar a Justin, y tenía que contenerse para no echarse a reír a carcajadas.
-No va a funcionar -le advirtió Justin -. Dije que no harías internacionales y lo decía en serio. No irás.
Sentado junto a ________, Greg rumiaba su frustración hasta que, finalmente, se puso de pie con los puños dentro de los bolsillos.
-¡Es nuestra mejor reportera! -dijo conteniendo, su enfado-. La estás desperdiciando.
-No estoy desperdiciándola -gruñó Justin, y se levantó de la silla con un movimiento ágil que lo dejó en posición de ataque, listo para reaccionar. En ese instante _______- leyó una advertencia en sus ojos-. Ya te lo he dicho, Downey, está descartada de cualquier reportaje que pueda resultar remotamente peligroso, ¡y eso incluye las fiestas benéficas en un desierto lleno de petróleo cuyo control se disputan todas las potencias!
-¿Es que estás ciego? -aulló Greg-. _________ vive con el peligro, lo lleva con ella adondequiera que va. Maldita sea, ¡si ni siquiera puede tomar un autobús como una persona normal! ¡Si yo viviera como ella, envejecería diez años en un día!
Hábilmente, _________ se interpuso entre Greg y Justin y miró a este último.
-Si Marina se niega a recibir a Patricia, vais a perder la entrevista -dijo, para devolver la conversación al punto de partida. Había un destello de triunfo en sus ojos azules-. O conmigo o con nadie, ésa es la cuestión. ¿Cuánto hay en ti de periodista?
Justin apretó,la mandíbula, enfadado, y lanzó una mirada a Greg.
-Fuera de aquí -ordenó con brusquedad, y sus ojos se concentraron en _________-. Mi respuesta sigue siendo no.
-Como prefieras.
__________ salió del despacho con más aplomo del que ella misma se creía capaz.
Recogió sus cosas y se marchó de la revista riéndose entre dientes.
A la mañana siguiente no le sorprendió que, en cuanto entró en el edificio, la mandaran subir a la oficina de Justin. Se demoró unos momentos en dirigirse allí, disfrutaba con la idea de hacerlo esperar. Fue a dejar el bolso en su cubículo y guardó el manuscrito en el cajón de su mesa. Luego borró de su expresión todas las señales de regocijo y fue al encuentro de Justin.
En lugar de la frustración y el enfado que esperaba encontrar, Justin parecía muy satisfecho, y aquello la puso alerta.
-He resuelto el problema -dijo él casi ronroneando. Se acercó y le acarició el pelo. Ella le apartó la mano, irritada.
-¡Voy a cortarme el pelo! -dijo secamente-. Tal vez así dejes las manos quietas.
-No te lo cortes -le advirtió él-. No te gustarían las consecuencias.
-Me cortaré el pelo si me da la gana. ¡No es asunto tuyo!
-Ahora no vamos a discutir ese tema, pero te prevengo: no te cortes el pelo o te daré una azotaina -amenazó. Alzó una ceja y dijo, cambiando de tema-: ¿No quieres que te diga cuál es la solución que he encontrado?
-No. Si estás tan satisfecho, seguro que no me va a gustar -dijo. Reconocía implícitamente que era obvio que había encontrado el modo de salirse con la suya.
-Yo no diría tanto -murmuró-. Te va a gustar. Puedes irte a Sakarya, cariño -hizo una pausa y vio que los ojos de _________ brillaban con entusiasmo. Entonces dejó caer la bomba-. Yo iré contigo.
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YA NO ME INTERESAS...
Fiksi Penggemar______ se preguntaba si Justin la reconocería después de siete años. Había perdido peso, se había vuelto más segura y había conseguido hacer carrera como reportera de una importante revista. Después de tanto tiempo, ¿reconocería Justin Bieber, el nu...